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Carlos Sainz, engalanado con la bandera de España, celebra su victoria en SilverstoneAFP

La frase con la que Carlos Sainz entró en la leyenda de la F1: «Stop inventing»

El español ganó el Gran Premio de Silverstone obviando las extrañas órdenes que le llegaban desde el muro

Carlos Sainz no es el favorito de Ferrari. Lo ocurrido hace una semana en el Gran Premio de Austria demuestra que en Maranello lo fían todo a Charles Leclerc y no dejan al madrileño hacer sombra a su compañero. Hace ahora un año, el español optó por rebelarse contra los jefes de su equipo y consiguió en Silverstone su primera victoria en la Fórmula 1.

El Gran Premio de Inglaterra de 2022 entró en la historia del deporte español. Allí otro piloto que no fuera Fernando Alonso volvió a lograr un triunfo para el automovilismo patrio después de nueve años de sequía. Sainz tocó la gloria que llevaba persiguiendo desde su debut en 2015 y después de una trayectoria en la que nada ha sido regalado.

Y para mantener esa línea, en Ferrari decidieron que si el madrileño quería ganar en Silverstone iba a tener que superar sin ventajas a su compañero de equipo. Un coche de seguridad provocado por Esteban Ocon convirtió las últimas vueltas de la carrera en un sprint. En ese momento, Sainz rodaba en segunda posición por detrás de Leclerc y delante de Hamilton y Sergio Pérez, que olían sangre y buscaban la victoria.

Aunque el monegasco iba por delante, la estrategia en boxes beneficiaba al español, que contaba con ruedas en mucho mejor estado. Pese a todo, los ingenieros del cavallino rampante intervinieron por radio segundos antes de que se relanzase la carrera y pedían a Sainz que dejara ventaja a Leclerc y defendiese su posición. De haber cumplido con esa orden, el ritmo del Mercedes y el Red Bull habría terminado por devorar a los Ferrari y dejado a ambos sin victoria.

Pero fue entonces cuando Carlos Sainz dijo basta y pronunció una frase que ya es historia de la Fórmula 1: «Stop inventing». Se acabaron los inventos, lo lógico era pasar cuanto antes a Leclerc y hacer camino con gomas más rápidas. Y así fue.

Un final trepidante

Aunque no se lo puso nada fácil, Sainz adelantó al monegasco e hizo camino mientras por detrás se producía una dura batalla por el podio. Leclerc trataba de evitar que Hamilton y Pérez lo adelantasen y por momentos, Fernando Alonso se quedaba a centímetros de un podio que hubiera sido doblemente histórico.

La batalla entre el Ferrari, el Mercedes y el Red Bull era tan intensa que un toque entre ellos no era descartable. Ese accidente hubiera abierto la puerta del podio al asturiano, que sobrevivía con un Alpine lejos del ritmo de cabeza. No pudo ser y el final de la carrera evidenció que la decisión de Carlos Sainz y su «stop inventing» habían salvado la papeleta a la escudería italiana. Leclerc y sus ruedas desgastadas acabaron en cuarta posición por lo que pensar en una posible victoria hubiera sido descabellado.

Un año después, el insultante dominio de Red Bull y el paso atrás de Ferrari han dejado a Carlos Sainz lejos de la lucha por la victoria. Para colmo, el español se ha visto perjudicado por una serie de injustas decisiones de la FIA, como la que acabó con su carrera en Australia. Sin embargo, en Austria subió al cajón en la prueba al sprint y Leclerc hizo lo propio en la carrera clásica. Brilla una luz de esperanza en Maranello y la temporada es lo suficientemente larga como para soñar con nuevos éxitos.