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Jules Koundé, durante su etapa reciente como jugador del Sevilla

Jules Koundé, durante su etapa reciente como jugador del SevillaAFP

El Barcelona hace del Sánchez Pizjuán su Masía

Koundé es el séptimo jugador del Sevilla que en los últimos años ficha por el Barcelona, que ha pagado al club andaluz 240 millones de euros

El nombre de José Padrón a muy pocos les resultará familiar, pero este futbolista canario fue de esos muchos que abrieron camino en un deporte, el fútbol, que muy bien no se sabía que era aún durante las primeras décadas del siglo XX. Padrón jugó en el Espanyol -entonces Español- y en 1930 pasó al Sevilla. Tres años después ficharía por el Barcelona y se convertiría en el primer futbolista que pasó, en forma de fichaje, del Sevilla al club catalán.

El último ha sido Koundé, perfecto ejemplo de los nuevos tiempos. El central francés, de tan solo 23 años, ha fichado por el Barcelona, que ha pagado 60 millones (50+10 en variables) al Sevilla. Es el último ejemplo de negocio entre la entidad andaluza y la azulgrana, dos clubes que desde hace años se entienden a la perfección en los despachos.

Hubo un tiempo, especialmente la primera etapa de Laporta al frente del Barcelona, en el que el club catalán vendía su filosofía como la de fabricar ellos estrellas mientras otros -por el Real Madrid- las fichaban. Se aferraban a la idea de que ellos tenían una Masía muy potente y a la circunstancia de que durante varios años la cantera culé dio muy buenos jugadores, muchos de ellos en el primer equipo. Sin embargo obvió el Barça que cuando necesitó reforzar su plantilla además de mirar a la Masía -donde ahora ya ni se fija- también se dirigía al Sánchez Pizjuán. Se podría decir, para continuar con el lema culé, que Monchi los fabricaba y el Barcelona lo compraba.

El fichaje de Koundé ha vuelto a poner de manifiesto cómo el Barcelona mira a Sevilla cada vez que hay que reforzar de forma notoria la plantilla. El Barça pesca últimamente más en el club andaluz que en su propia cantera y las cifras están ahí. En los últimos 15 años el Barcelona se ha gastado 238,9 millones de euros en futbolistas del Sevilla, un dinero que el club andaluz ha recibido con ganas y sin complejos, fruto del buen trabajo realizado previamente por Monchi. Él descubría los jugadores y cuando ya estaban 'maduros' el Barcelona los acababa comprando.

Los primeros ejemplos de esta política de fichajes culé fueron Dani Alves (35,5 millones) y Seydou Keita (14). Cuando el Barça necesitó hacer una profunda renovación de su plantilla, con la llegada de Guardiola, el club miró al Sánchez Pizjuán y le quitó dos de las principales claves para entender al Sevilla campeón de esos años. Dos años después se fue a por otra figura del equipo andaluz, Adriano Correia, por el que pagaron 9,5 millones. Al brasileño le siguió Ivan Rakitic, nuevamente estandarte del Sevilla, por el que el Barcelona desembolsó 18 millones. Uno menos, 17, pagaron los culés por Aleix Vidal, que también era fijo en el equipo sevillista. Y por último, en 2018, cuando al Barça le iba mal otra vez miró a Sevilla y se llevó a su central titular, Clement Lenglet, por 35,9 millones de euros.

Lenglet, en su etapa de jugador del Sevilla, ante Leo Messi

Lenglet, en su etapa de jugador del Sevilla, ante Leo MessiGTRES

Todos se quedaron lejos de los 60 actuales por Koundé, pero el total de dinero que se ha dejado el Barcelona por jugadores del Sevilla -238,9 millones- pone de manifiesto como parte de la política del club ha sido la de mirar al Sánchez Pizjuán, ver qué descubrimientos de Monchi habían funcionados y llevárselos a golpe de talonario. Algo perfectamente normal, entendible y legal que además contó con la predisposición del Sevilla, siempre abierto a negociar sin problemas con el Barcelona y a encargarse de que todos esos movimientos no dejaran represalias en los jugadores que se iban, lo contrario a otros fichajes como el caso de Sergio Ramos con el Real Madrid.

De las 20 ventas más caras en la historia del Sevilla siete fueron realizadas por el Barcelona. De las cinco primeras tres son culés: Koundé, Lenglet y Dani Alves. Así, el Barça se ha convertido en el cliente más fiel del Sevilla, ese que cada vez que necesita algo mira al Sánchez Pizjuán para convertir del club andaluz en su particular Masía.

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