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Marco Asensio sigue en el Real Madrid y tiene contrato hasta junio de 2023GTRES

Marco Asensio debe volver a sacrificarse si quiere jugar

En el Real Madrid no gustó que el jugador no se entrenó al máximo durante el verano y si desea ser protagonista deberá emplearse a fondo

Hay que hablar claro en el caso Asensio y no andarse con rodeos, porque en el Real Madrid lo han tenido muy claro desde el primer día de la pretemporada. El club le ofreció una renovación por tres temporadas con menos dinero, porque deseaba su traspaso, el futbolista lo sabía y al final ha conseguido quedarse. Marco no ha querido marcharse porque prefiere seguir en el club madrileño hasta el fin de su contrato para ser agente libre en junio y ganarse una prima extra en otra entidad por traer la carta de libertad. Lo malo es que el mallorquín no ha trabajado a tope en estos dos primeros meses de la temporada. Se le ha visto molesto por disputar solo siete minutos en los cuatro primeros partidos oficiales. Como él mismo dijo, Ancelotti no le sacaba mientras estuviera en el mercado. Hoy ya no lo está, es jugador del primer equipo a todos los efectos, pero en el Real Madrid no ha gustado nada una actitud de brazos caídos que ya vivió con Bale y con Isco.

El balear dialogó con Ancelotti en las últimas horas de la ventana de traspasos y le confirmó que se quedaba. El problema que tiene ahora es cambiar la visión que en la casa se tiene de él para volver a sentirse protagonista en el césped.

Pelear por ganarse los minutos

Ancelotti le ha hablado con claridad. Para obtener los minutos en el equipo deberá entrenarse con mucha mayor voluntad y transmitir esa voluntad al campo en la hora de la verdad. Hay una incógnita a este respecto y Asensio tendrá que demostrar ante Pintus y ante el entrenador que lo da todo en el trabajo diario para merecer entrar en competición.

El delantero, que anotó doce goles la temporada pasada y fue el tercer artillero del plantel tras Benzema y Vinicius, debe eliminar con su esfuerzo la sensación externa de no querer luchar al cien por cien para ganarse quince minutos en un partido. Si no tiene esa ilusión, no recibirá después ni quince ni ninguno. Nacho, Lucas Vázquez y Rodrygo son el ejemplo a seguir, siempre preparados al máximo para rendir cuando el técnico se lo exige.

Es el quinto en el ataque

Su falta de entrega ha consolidado su pérdida de enteros en la jerarquía de la delantera del campeón de Europa. Benzema, Vinicius y Valverde, quien le quitó el sitio en la fase decisiva de la pasada campaña, continúan teniendo la primacía en el ataque, pero lo peor para Asensio es que Rodrygo es el primer relevo en la faceta ofensiva y hasta Hazard le ha superado en este capítulo. El reto de Marco es poder superar a estos dos suplentes y lograr un hueco en los esquemas.

La inconstancia le supera

No lo tiene nada fácil, pues Rodrygo ha tenido un rendimiento magnífico cuando Ancelotti le ha alineado, determinante en la consecución de la última Champions. El mallorquín, por tanto, tiene que revertir muchas cosas para volver a ser.

Lejos quedan sus golazos al Barcelona hace cinco años, cuando su precio de mercado alcanzó los 135 millones de euros y fue renovado posteriormente con una mejora de contrato. La triada sufrida en su rodilla cercenó su carrera. Trabajó muy bien para volver a jugar al fútbol. Zidane le dio sitio en la fase final de la Liga de la pandemia, ganada por los blancos con varios goles suyos. También fue titular con Ancelotti. El quid de la cuestión es que Asensio nunca supo ser regular para mantener el puesto alcanzado. Es un Guadiana, un talento irregular que surge de vez en cuando por el zarpazo de su excelente tiro. No consigue una constancia en su rendimiento.

Asensio deberá aprobar varios exámenes para verle de nuevo en el once madridista. El propio Ancelotti ha manifestado que fue el tercer goleador del conjunto y eso lo tendrá en cuenta. Todo depende ya de su profesionalidad. Si se exprime, jugará. Si el entrenador observa que el mallorquín no lo da todo y solo espera a finalizar la campaña para marcharse libre, será un cero a la izquierda. En sus botas está. Y en su cabeza.