Dani Ceballos, un regreso con clase y actitud en su última oportunidad
El sevillano fue por primera vez titular con el Real Madrid y dejó buenos gestos que animan a pensar que será importante esta temporada
Fue titular por primera vez en la temporada y cuatro meses y medio después de su última presencia en un once Dani Ceballos hizo acto de presencia. Lo había avisado Carlo Ancelotti en la previa del partido ante el Mallorca: «Puede ser» titular. Y lo fue. Y cumplió. El sevillano está ante una complicada situación, joven promesa que con el paso de los años se ha ido diluyendo entre lesiones y falsas esperanzas. Y cuando más se hablaba de su adiós del Real Madrid -siempre pendiente del teléfono por si podía regresar al Betis- más necesaria es la figura de un jugador como Ceballos.
Dani jugó 68 minutos en la victoria de los blancos ante el Mallorca. No es que fuera el encuentro de su vida ni que su trascendencia fuera mayúscula, pero sí hay que destacar varios apartados de este Ceballos que ya tiene 26 años –cómo pasa de rápido el tiempo– y que tiene esta temporada, bajo los cuidados de Ancelotti, la definitiva prueba de su carrera deportiva. El sevillano lleva años quedándose en el casi, siendo más una figura olvidada que uno más en la plantilla. También le perjudicaron las lesiones, especialmente la que se hizo en los Juegos Olímpicos de Tokio.
A excepción de algún gesto la actitud de Ceballos fue siempre impecable. Lo recuerda Ancelotti cada vez que le sacan su nombre en una rueda de prensa: Dani se merece más, ha aportado al grupo desde fuera y este año tendrá más oportunidades. Incluso Carletto siente que a veces ha sido injusto con él, dándole menos minutos de los que merecía. Y para corregir eso bien está la presente temporada en la que en el primer día de rotaciones en el Real Madrid el técnico italiano le dio una titularidad que Ceballos saboreó.
El exbético salió enchufadísimo al duelo y dejó destellos de calidad. Estaba muy enérgico, conectando con compañeros, como si cada vez que tocaba el balón él tuviera caro que se exponía ante el Bernabéu y ante su banquillo. A veces se pasó hasta de revolución por querer demostrar, aunque esa actitud, totalmente aplaudible, le llevó a firmar una jugada por la que se llevó la ovación del respetable. No hay nada más que guste al público de Chamartín que la entrega y la calidad. Y Ceballos lo mezcló en una jugada en la que protegió el esférico con gallardía y convirtió lo que podría ser una contra del Mallorca en un ataque madridista, con disparo del propio Ceballos que tocó la red por fuera. Fue un pase torero, a él que tanto le gustan los ruedos. Con el balón en los pies fue una delicia verle.
Al margen de que en las estadísticas le cuenten una asistencia en el espectacular gol de Valverde -hizo un pequeño pase en la frontal de su área, lejísimos de la portería contraria- en Ceballos hay que destacar también que leyó muy bien las fases del partido. Supo jugar tanto con derrota como con empate, ya que Ancelotti le cambió –para sacar a Camavinga– tres minutos antes de que Vinicius firmara el 2-1. Tuvo actitud Dani cuando el Madrid perdía, pidió balones y acumuló protagonismo en momentos difíciles, con Javier Aguirre montando una telaraña que rozó por momentos la agresividad.
Sabe Ceballos que este año es diferente, ya que la presencia del Mundial de Qatar en mitad de la temporada de clubes obliga a hacer rotaciones toda vez que el calendario está muy comprimido. El Real Madrid, por ejemplo, tendrá un mes de octubre diabólico con partidos cada tres días. Y ahí es vital la presencia de jugadores como Ceballos, que dan oxígeno y clase al equipo de Ancelotti y, al menos por lo visto ante el Mallorca, también calidad y actitud.