Los ocho momentos que marcarán la carrera de Gareth Bale, un jugador que pudo ser y no quiso
El galés se marcha con 33 años y con un palmarés envidiable, pero con la sensación de que pudo ser mejor de lo que fue
Gareth Bale fue un número uno. El mejor jugador de Gales. Quizás por eso llegó al Real Madrid un 1 de septiembre y se marchó un 1 de junio. Curiosidades del destino. O no. El galés, a los 33 años, ha decidido poner punto final a una controvertida carrera con muchas luces y demasiadas sombras para un jugador que da la sensación de que se quedó con mucho que ofrecer.
Su llegada al Real Madrid provocó que durante muchos años –hasta la llegada de Hazard– fuera el fichaje más caro de la historia del conjunto blanco. Un futbolista que fue noticia desde su llegada a su despedida.
Debut ilusionante
El fichaje de Bale por el Real Madrid se demoró más de lo esperado y se cerró el último día de mercado, por lo que no pudo debutar hasta el mes de septiembre. El Madrigal –hoy Estadio de la Cerámica– fue la plaza donde debutó el galés. Un debut que no pudo arrancar mejor: anotó un gol vital para el conjunto blanco cuando peor lo estaba pasando su equipo. Un empate valioso que sería el preludio de una temporada más que ilusionante donde firmó 15 goles y 22 asistencias.
ENCUESTA
Una cabalgada inolvidable
Sin duda, una de las imágenes que el madridismo –e incluso el barcelonismo– no olvidará es la de la carrera que el '11' hizo en la banda izquierda de Mestalla durante la prórroga de la final de Copa del año 2014. Una jugada para el recuerdo que dejó patente la abismal diferencia entre el físico de Bale y el de Marc Bartra. Un gol que valió una Copa del Rey.
El gol de la Décima
La consecución de la Décima siempre será recordada por el inapelable cabezazo de Sergio Ramos que provocó el empate en el famoso minuto 93. Sin embargo, no es menos importante otro gol de cabeza que puso a los blancos por delante en el tiempo extra y que abrió el camino de la victoria. Ese cabezazo que encontró la red de un joven Courtois fue obra del galés tras recoger un rechace de Di María. Otro gol en otra final decisiva.
Una chilena para la historia
Otro momento para enmarcar, por su belleza y por el momento elegido: una final de Champions. Bale destrozó al Liverpool con una obra de arte que mezcló potencia y precisión que sirvió para conseguir la Champions número 13 y para dejar boquiabierto al mundo entero.
Un heredero que rechazó el trono
En el verano de 2018 Cristiano Ronaldo abandonó el Real Madrid, tras nueve temporadas plagadas de éxitos y récords. Era la oportunidad de Bale. Coger el testigo de la estrella lusa y convertirse en el rey del conjunto blanco. Sin embargo, incomprensiblemente, el expreso de Cardiff dio un paso atrás en vez de darlo hacia delante. Ahí comenzó el principio del fin.
Del estrellato al ostracismo
Gareth Bale pasó de estrella a problema y el banquillo y la enfermería se fueron convirtiendo en sus lugares habituales. El Bernabéu perdió la paciencia con él y sus apariciones en el coliseo blanco comenzaron a verse con cuentagotas para evitar el plebiscito de la afición blanca que regalaba al galés una pitada cada vez que su nombre era mencionado por la megafonía o tocaba un balón. Tal fue la situación que Bale acabó jugando mas veces fuera de casa que en el Bernabéu.
«'Wales, Golf, Madrid, in that order'»
La situación de Bale en el equipo merengue se fue agravando con el tiempo hasta tal punto que se convirtió en insostenible. El galés acumulaba multitud de lesiones que, sin embargo, no le impedían disfrutar del golf, su otra pasión, y que solían curarse cuando en el calendario aparecía una convocatoria de Gales o empezar el día después de volver con su selección.
Sin embargo, hubo un hecho que dinamitó por completo los puentes entre jugador club y afición. Fue cuando el futbolista, tras un conseguir la clasificación con su selección para la Eurocopa 2020, mostró una pancarta donde se podía leer «Gales, golf, Madrid, en ese orden». Una lista de prioridades donde el club que le abonaba 11 millones de euros por temporada quedaba relegado al último lugar.
Gareth Bale salió del conjunto blanco tras finalizar su contrato este pasado verano donde se fue con un palmarés envidiable y hoja de servicios nada desdeñable, aunque sin el respaldo de una afición que un día lo idolatró, pero que se cansó de esperarle. El galés ponía rumbo a la MLS donde hizo, de nuevo, historia al conquistar el título de Liga.
Este lunes, a los 32 años, Gareth Bale decía adiós al fútbol. Ponía el punto final a su carrera. Una carrera en la que cosechó muchos éxitos, pero que da la impresión de que pudo aportar mucho más.