Joao Félix, salida inminente: las claves de un fracaso colectivo
El jugador más caro de la historia del Atlético de Madrid ha sido un desastre para todas las partes implicadas
La historia de Joao Félix en el Atlético de Madrid es difícil de creer después de que en 2019 el equipo rojiblanco se adelantara a varios grandes de Europa como el Manchester City o el PSG en su contratación. El joven luso, que había despuntado en el Benfica y que ya era considerado por muchos como el heredero de Cristiano Ronaldo en Portugal, le costó 127,2 millones de euros a los rojiblancos, que vieron en él al jugador perfecto para renovar un equipo que había perdido varios pesos pesados.
Casi cuatro años después de aquel fichaje, se puede decir que la historia del Menino de oro en el Atlético de Madrid ha sido el mayor fracaso del equipo colchonero como entidad. Un jugador que estaba llamado a ser el emblema del club y que ha terminado siendo un problema y una ruina, además de dejar muy tocado al que hasta antes de Joao Félix era indiscutible, Diego Pablo Simeone.
Una estrella muy cara
Resultó sorprendente que el Atlético de Madrid, que normalmente no es de hacer grandes desembolsos, pagara 127 millones de euros por un jugador que hasta esa fecha solamente había tenido media temporada buena en el fútbol profesional. Muchos lo consideraban una operación demasiado arriesgada, pero en la zona noble del Metropolitano estaban seguros de que a la larga resultaría hasta barato.
Sin embargo, a pesar de que el '7' tardó poco en demostrar su calidad, de hecho en la pretemporada y en los primeros partidos estuvo a un grandísimo nivel, pronto llegaron las lesiones, las suplencias y los enfados con Simeone, que trataba de convertirlo en un jugador similar al que tenía en Antoine Griezmann en su primera etapa como colchonero. Un futbolista al que el técnico argentino consiguió convencerle de que para brillar en ataque primero había que hacerlo en defensa.
Fracaso deportivo
Sus diferencias con Simeone han obligado al club a tener que decidir entre el entrenador más laureado de su historia o un jugador que nunca ha terminado de explotar en el equipo, pero que vería con buenos ojos seguir ligado a los rojiblancos si hubiese un cambio en el banquillo y se le otorgase el rol de líder, algo que en estos momentos parece lejano.
La calidad de Joao Felix, indudable, nunca se ha terminado de mostrar sobre el verde, ya que en la mayoría de partidos importantes, sin ir más lejos el último ante el FC Barcelona, el portugués pasa completamente desapercibido. Una situación inaceptable para el futbolista más caro en la historia del club, y del que se esperaba que fuese un jugador diferencial con capacidad para echarse el equipo a la espalda en los momentos de más dificultad.
Cesión como mal menor
Viendo que la situación estaba completamente rota, el Atlético ha optado por ceder al jugador al Chelsea, quien ya está en Londres pasando el reconocimiento médico. Esta operación según las cifras que han salido a la luz, supondrán alrededor de 10 millones de euros, además de que el Chelsea se hará cargo del 50 % de la ficha del portugués. Unas cifras que a pesar de no ser lo que pretendía el Atleti, que quería una venta por una cantidad cercana a la que pagó al Benfica, sirven para cuadrar las cuentas del club, que no están pasando por su mejor momento.
Esta cesión no incluirá ninguna opción de compra, por lo que en junio el jugador estará de vuelta en Madrid y será interesante ver como resuelven los colchoneros el problema. El deseo es que su cesión en el Chelsea sea positiva y en verano lleguen las grandes ofertas que no han llegado ahora, un movimiento arriesgado y con el que solamente se busca ganar tiempo, ya que si la cesión sale mal la situación será incluso peor.
Finalmente Jorge Mendes, agente del jugador, ha encontrado esta fórmula para posponer el problema al verano, donde se le buscará una salida definitiva, ya que a pesar de que Miguel Ángel Gil Marín siempre ha sido contrario a su salida, la situación ya parece insostenible y el clima de crispación que genera tanto en el resto del vestuario como en la afición hace que su marcha sea un fracaso, pero en estos momentos lo mejor para todos.