Jugar a aquello que ninguneó: así es el nuevo «ADN Barça» de Xavi

Si hay alguna figura que siempre ha personificado el estilo de juego del Barcelona ese es Xavi Hernández. Más incluso que Messi o Guardiola. El actual entrenador del equipo azulgrana es una figura histórica en el club que guardaba, como jugador y después como entrenador, las esencias de la entidad. El ADN. Lo que les enseñan en La Masía. Él tenía el estilo dentro de un tarro, protegido. Él guardaba eso que jamás podía perder el Barça.

Todo eso pasaba por una idea muy clara: en el estilo Barcelona solo se puede jugar al toque, con el dominio de la posesión y dominando al rival. El balón siempre en tu poder, no en el del otro equipo. Eso fue siempre el famoso 'ADN Barça' que tuvo en Xavi Hernández a su principal protector. Son muchas las veces que el actual entrenador defendió casi de forma sectaria esa idea y ninguneó los otros modelos que existen en el fútbol.

Si se ve al Barcelona de ahora, el que entrena Xavi, es todo lo contrario. La semifinal de Supercopa de España ante el Betis lo dejó muy claro, aunque no fue más que una continuación de toda la temporada. Los goles del Barça llegan en su mayoría por jugadas rápidas, carreras (generalmente de Dembélé) y zapatazo de Lewandowski. Ni posesión ni toque ni buen juego. Con cinco pases, balones largos y definición arriba está sobreviviendo Xavi.

Bien es verdad que en algunos partidos de este Barcelona sí se ha visto esa idea arraigada del toque, pero a la hora en la que los títulos se ponen en juego Xavi se olvida de eso. El Barça ha estado recientemente al borde del KO en dos competiciones –Copa del Rey y Supercopa, en ambas fue a la prórroga– y ahí se vio que el 'ADN Barça' es ya otra cosa: patadón arriba, carrera de Dembélé y gol de Lewandowski. Si a ello se le une que Ter Stegen está en un estado de forma formidable hace que el Barcelona siga adelante, esté líder de Liga y con opciones en todas las competiciones (excepto la Champions y sí la Europa League).

Jugar a lo que ninguneó

Este tipo de juego es por supuesto lícito, respetable y aplaudible. Le está salvando a Xavi de lo que hubieran sido dos mazazos enormes que le hubieran dejado más tocado. Pero es el tipo de juego que más ninguneó cuando era jugador. De la posesión y del tiki-taka hay poco rastro ahora. El primer gol al Betis, por ejemplo, llegó en una jugada que bien define esto: parada de Ter Stegen, patadón arriba, velocidad de Dembélé y buena definición de Lewandowski. Menos de 15 segundos, cinco toques y gol. Eso que dijo Xavi, hace unos años, que jamás podía hacer el Barça, que era una derrota como club.

Enterrada queda esa idea que era la base principal del denominado 'ADN Barça'. Esa era la de a la victoria se tenía que llegar jugando bien. Eso que el Barcelona usó siempre como característica: no todo vale para ganar, no nos vale ganar de cualquier forma. En la previa de la final de la Supercopa que se juega este domingo Xavi dejó ese discurso en papel mojado. «En el Barcelona es innegociable ganar. Estamos para ganar títulos», dijo el técnico azulgrana. Ahora lo «innegociable» es «ganar». Hace muy poco tiempo, y defendido por él a ultranza, lo innegociable era jugar bien. Y esa era la forma para ganar.

Las ideas son unas y los hechos otros. Y el que mejor lo sabe es Xavi Hernández, que se está dado cuenta de que desde el banquillo las palabras no valen y sí los resultados. Y si este domingo gana al Real Madrid, sea como sea, aunque sea de la forma que tantas veces criticó. Y si pierde, aunque sea jugando bien, con el toque y con un 80 % de posesión, quedará tocado. Porque esto, y bien lo sabe él, es el fútbol y en un gran equipo como el Barcelona lo «innegociable es ganar», no jugar bien.