El Atlético se agarra a la Copa para salvar su mala temporada

El Atlético de Madrid está muy necesitado. Mucho. Eliminado en Europa, donde quedó cuarto de su grupo de Champions, y a 13 puntos del liderato de LaLiga (y eso que ha jugado un partido más que el Barça) solo les queda la Copa del Rey. Sabedor de ello, Simeone se ha agarrado a este torneo como un clavo ardiendo. Por ahora le está yendo bien. No podía hacer otra cosa con los rivales que le han tocado.

Los rojiblancos se han clasificado a cuartos de final de Copa tras derrotar al mínimo esfuerzo y sin ningún tipo de alarde al Levante (0-2). Unos 15 buenos minutos justo después de salir de vestuarios tras el descanso le ha valido a un equipo que juega siempre en el alambre. Es este Atlético un equipo que desde octubre solo gana a equipos de menor categoría –como este miércoles– y que se aferra a ello para salir a flote. Vive en el riesgo continuamente.

Un buen Levante de 2ª

Suerte tuvo Simeone que en el ecuador de la primera parte de este duelo copero al Levante le anularon un gol por falta de Bouldini sobre Oblak. Hubiera cambiado todo el encuentro. Este delantero marroquí fue el que más aprietos puso al Atlético, sin ningún tipo de argumento ofensivo en los primeros 45 minutos. Él y Pablo Martínez tuvieron dos ocasiones claras. Ninguna la aprovecharon y el equipo de Segunda División se quedó en el casi tras una buena primera parte.

Tuvo que haber bronca grande de Simeone en el descanso porque la reacción tras salir de vestuarios fue otra. Salieron enchufadísimos con el único cambio de Correa por el canterano Barrios. Griezmann empezó a coger el balón, el Atlético dominó por completo y rápidamente Álvaro Morata marcó el gol que dio tranquilidad al equipo madrileño. La jugada demostró que había otro Atleti en el campo: corte de Savic, regates de Correa, centro de Llorente y definición de Morata. Todo a un toque.

No es que a partir de ahí dominara el Atlético, pero sí era un equipo consistente que si bien vio como el Levante lo intentaba ya estaba seguro en sí mismo. Los valencianos reaccionaron bien, lo pelearon de forma meritoria, pero el conjunto de Simeone no sufrió. Y eso es lo más importante en un equipo necesitado de creerse que puede arreglar la temporada. Para eso necesita la Copa.

Los partidos del Atlético de Madrid no es que sean los más alegres de ver. Su juego no será el que salve el interés por el fútbol entre los más jóvenes. Si un niño está por estas fechas decidiendo equipo y necesita cosas con las que decantarse entre elegir uno u otro el Atleti no le ofrece ninguna. Lo peor para Simeone es que no le está funcionando este año, aunque este miércoles ante el Levante sí.

Durmiendo el partido, los de Segunda se dedicaron a lanzar córners, consecuencia de atacar sin éxito. El Atlético no sufrió, aguantó el tiempo, dejó pasar el reloj y pasó de ronda. Se encontró entre medias con un gol de Marcos Llorente ya en el tiempo añadido. Les pilló hasta a ellos por sorpresa porque ni lo habían intentado desde que habían marcado el primero. Eso cerraba ya el pase a cuartos de Copa, único torneo al que este Atleti millonario solo puede aspirar cuando aún quedan cinco meses de temporada. Eso es un fracaso que Simeone pretende mitigar con una Copa. Por ahora, contra equipos de menor categoría, que es a los únicos ante los que se ha enfrentado, le ha ido bien.