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Ancelotti, junto a Modric, Kroos y Benzema, en la final de la pasada Supercopa de EspañaAFP

A todo o nada: los cuatro días en los que el Real Madrid se juega gran parte de la temporada

Juega ante el Villarreal en Copa –partido único– y viaja a Bilbao el domingo con el agua al cuello: Ancelotti sabe que son clave para cambiar la inercia

Cuatro días. Dos partidos. Dos títulos. Esto es lo que se juega el Real Madrid desde este jueves, 19 de enero, al próximo domingo 22. Hay dos trofeos en juego, si bien uno no lo perderá de forma directa (LaLiga), pero sí puede quedar muy alejado del campeonato.

Que el Real Madrid tenía un calendario muy exigente en este principio de 2023 ya lo sabían en el club blanco. Ancelotti lo ha mencionado varias veces y no para quejarse. Todo lo contrario, llegó a decir que «nos va bien» jugar dos partidos por semana porque «estamos acostumbrados a jugar cada tres días». Así está siendo y bien, al menos por ahora, no le está yendo al Real Madrid.

Tras la derrota en la Supercopa de España, el equipo blanco ha perdido su primer título de los que podía ganar en 2023. Antes de ese trofeo ya perdió en Villarreal y en esa jornada se alejó a tres puntos del Barcelona, que dio un golpe a LaLiga al ganar en el Metropolitano. El inicio de año no ha sido bueno y la única victoria es la cosechada ante el Cacereño, teniendo en cuenta que la del Valencia la consiguieron en penaltis.

Con ese precedente tan cercano afronta ahora el Real Madrid dos partidos que son mucho más que vitales. Es a vida o muerte, es tener un horizonte tranquilo o que la crisis ya sea real. Y los dos duelos son muy difíciles, a domicilio, ante equipos en buena forma y con mucho en juego. Estamos ahora en un tramo de temporada donde no se gana ningún título, pero sí se puede perder.

La Copa, en Villarreal

El primero es en Villarreal, este jueves (21:00 horas). Es de Copa del Rey, la menor de las tres principales competiciones, la que no arregla una temporada pero la que sí puede hacer cambiar dinámicas. El Real Madrid lleva sin ganar este título desde 2014 (con Ancelotti en el banquillo) y la Copa no dará brillo a la temporada si no se acompaña con la Liga, teniendo en cuenta que se la llevaría el Barcelona. Pero es un trofeo, hay que disputarlo y perder este jueves en Villarreal supone perder dos títulos de forma consecutiva en cuatro días.

Así, el Real Madrid regresa 11 días después a Villarreal con la obligación de ganar. El sorteo no fue precisamente benévolo. El club castellonense, en claro ascenso con Setién, tiene en la Copa del Rey una oportunidad para tocar el primer título nacional de su historia. Siempre se ha quedado en el casi, pero a menudo lo ha peleado. Al Madrid, en cambio, le ha ido molestando en los últimos años y se ha llevado muchas más desilusiones y desastres que alegría.

El Real Madrid esta vez está obligado a no tirar la Copa: la dinámica es mala y las rachas se cambian con victorias

Pero esta vez está obligado a no tirar la Copa. No ya porque sea un título, sino porque la dinámica es mala. Y las rachas se cambian con victorias, con impulsos que te hagan creer de nuevo que eres un equipo que está capacitado para ganar todos los títulos. Ese fue precisamente el mensaje de Ancelotti en la previa: este partido es «una gran oportunidad» para salir del bache. La eliminatoria en el Estadio de la Cerámica es a partido único, a vida o muerte. Perderlo sería caer eliminado de una competición (otra más tras la Supercopa) y seguir alargando el mal momento. De ahí que en Copa vayan a jugar Benzema y Courtois. Mensaje claro de que no se va a tirar el partido.

En Bilbao, LaLiga

Tras salir de Villarreal, el club blanco tendrá que mirar a Bilbao, donde tiene uno de los partidos más difíciles de toda LaLiga. El encuentro en San Mamés es uno de los más incómodos cada año, aunque su última derrota liguera data de 2015, el año del desastre, ese por el que ahora se le aparecen los fantasmas a Ancelotti. Eso sí, allí perdió el Madrid el año pasado en Copa.

El partido de Liga ante el Athletic será el domingo y ahí el equipo blanco se juega grandes de sus opciones en el campeonato que defiende título. Haga lo que haga, aún incluso caiga goleado, seguirá vivo en la clasificación, pero más allá de que una derrota supondría un golpe mental y deportivo, se alejaría más de un Barcelona que en Liga no falla. Media hora antes de que empiece el duelo en San Mamés habrá acabado el de los culés ante el Getafe en el Camp Nou. Y si bien en el fútbol todo puede pasar, se hace complicado contar con un tropiezo del Barça en este partido. Saldría entonces el Madrid a jugar en Bilbao seis puntos por debajo.

Esa diferencia es perfectamente salvable, distancias mayores se han visto remontadas con menos jornadas por delante, pero en el actual estado de uno y otro equipo seis puntos es una diferencia muy relevante. Es simplemente ahora una hipótesis que sí pone de manifiesto la importancia de ese partido en Bilbao y también del que este jueves afronta en Villarreal. Porque si bien la Copa no es la Champions –ni LaLiga– sí puede hacer cambiar la mala dinámica en la que se ha metido el Real Madrid.