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Pedro Sánchez y Miquel Iceta, ministro con la competencia del Deporte en el Gobierno de EspañaGTRES

La tibia respuesta del Gobierno de Sánchez al escándalo del Barça: sin comparecencias y sin medidas

Ni Miquel Iceta, ministro con las competencias, ni José Manuel Franco, presidente del CSD, toman cartas en el asunto y se limitan a esperar a ver qué hacen Federación y Liga

Siete días después de destaparse el gran escándalo del Barcelona, que estuvo pagando durante al menos 17 años al número dos del arbitraje español, el Gobierno de Pedro Sánchez sigue sin afrontar un caso que afecta gravemente al deporte y a la integridad de tantos clubes españoles. Sin comparecencias, sin medidas, con declaraciones huecas... ni el ministro Miquel Iceta, con las competencias de Deportes, ni José Manuel Franco, presidente del CSD, hacen amago alguno de tomar cartas en el asunto por el caso más grave en el deporte español en muchas décadas.

La cabeza visible del Gobierno en materia deportiva es Miquel Iceta. Y él se ha limitado a expresar la «preocupación» del Ejecutivo por el caso, pero sin tomar ni una sola medida e incluso tampoco dar la cara o establecer a su vez una postura como Gobierno. No ha habido ninguna comparecencia de prensa ni tampoco la petición de explicaciones como sí han hecho organismos y clubes a los que les afecta de forma directa el caso Negreira.

«Apoyamos la postura que ha defendido desde el primer momento la Federación Española de Fútbol: máxima transparencia, respeto a la actuación judicial y si corresponde en cualquier momento personarse en el propio procedimiento judicial si la Fiscalía establece realmente un caso que requiera de nuestra actuación», ha dicho Iceta en unas únicas palabras sacadas a la 'fuerza' (a la salida de otro acto) por los periodistas.

De Iceta depende José Manuel Franco, el político que sí tiene 100 % el deporte a tiempo completo. Es el secretario de Estado para el Deporte (presidente del Consejo Superior de Deportes) y él tampoco le ha dado al tema el tratamiento que merece. Los hechos son de extrema gravedad, pero no hay ni palabras institucionales ni ruedas de prensa. Sus únicas palabras han sido a preguntas de los periodistas.

«Hay que afrontarlo [el caso Negreira] con seriedad, responsabilidad y rigor, pero también, llegado el momento, con la máxima determinación y la máxima contundencia», dijo este martes después de un acto. Sus palabras se contradicen por la tibia respuesta del Gobierno al que pertenece: pide afrontarlo con «máxima contundencia» pero no hacen ni impulsan nada.

José Manuel Franco, actual secretario de estado para el DeporteGTRES

El Ejecutivo de Sánchez ha tomado distancias en este asunto. No se quiere meter más allá de lo que dice la Federación o LaLiga, organismos a los que se remite a la hora de pedir medidas. Así lo demostró el propio presidente, quien preguntado por el caso más grave en el fútbol español en décadas dice que «vamos a esperar a que los órganos de gobernanza de la Liga Española aclaren la situación», situando la responsabilidad en la Federación Española de Fútbol, que la tiene, pero eso no exime de adoptar medidas. El Gobierno, por tanto, en silencio.

El resto de intervenciones de quienes lideran el Ejecutivo de la Nación son palabras vagas sin contenido. «Cuanto antes se aclare mejor por el buen nombre del deporte español», se limitó a contestar Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, finiquitando con una simple frase un caso que supone toda una alarma social en el deporte.

Solo para desmentir

Hasta ahora lo único que han hecho ha sido desmentir aquello que ven que les puede poner en problemas. Por ejemplo, las dudas que existen en torno a la figura de Albert Soler, que fue directivo del Barça y después se incorporó el Consejo Superior de Deportes.

Soler fue uno de los que impulsó la nueva Ley del Deporte –aprobada hace unos meses–, pero Iceta sí salió al paso rápidamente para desmentir que esa nueva Ley modifique los plazos de prescripción de infracciones de este tipo. Esa es una de las claves del caso Negreira: con el actual marco legal ya habría prescrito en caso de haber irregularidad. Ahí sí tuvo celeridad Iceta para decir que Soler nada tenía que ver y que la nueva Ley del Deporte no modifica el marco legal establecido anteriormente, es decir, que con la anterior Ley (que era de 1990) hubiera pasado lo mismo en el asunto clave de la transcripción.