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Lewandowski y Raphinha, durante el partido de ida ante el Manchester UnitedEFE

Las dos caras del Barcelona: un cerrojo en España y una verbena en Europa

El equipo azulgrana rinde a un nivel mucho menor en las competiciones continentales, donde ha encajado más del doble de goles

El Barcelona se ha convertido esta temporada en un equipo rocoso en defensa o al menos eso dicen los números. Los de Xavi Hernández tan solo han recibido siete goles en contra en lo que va de liga y han dejado su puerta a cero en 17 de los 22 partidos que han disputado hasta el momento. Una situación que les ha llevado hasta la primera posición de LaLiga, competición que tienen en su mano y que salvo catástrofe debería ser suya.

Esta práctica también la han llevado a cabo en la Copa del Rey, donde en el único partido duro que han tenido –ante la Real Sociedad– dejaron su puerta a cero. Es por eso que ahora el Barcelona parece el cerrojo de Europa, pero muchas veces los datos no lo son todo y a pesar de que el equipo catalán no encaje apenas goles, lo cierto es que concede muchas oportunidades a sus rivales y en Europa eso le está pasando factura, pues llevan más del doble de goles encajados habiendo disputado muchos menos partidos.

En LaLiga, el Barcelona está viviendo sobre todo de la inspiración de las actuaciones individuales de sus jugadores, en especial de Marc-André ter Stegen y Ronald Araujo, que son quienes están sosteniendo al equipo pues su entramado defensivo no consigue evitar que los rivales le generen ocasiones. La diferencia es que estas oportunidades en los campeonatos nacionales no están terminando en gol, pero en Europa sí lo hace. De hecho, mientras en LaLiga tienen una media de 0,32 tantos recibidos por partido en Champions y Europa League la media asciende hasta los dos goles por encuentro, unos números con los que es muy difícil competir.

Sin embargo, si nos fijamos en la estadística avanzada podemos ver que el número de tiros que concede el Barcelona, a pesar de ser superior en Europa, es también muy alto en LaLiga. En la competición nacional los azulgranas reciben por partido una media de 8,05 disparos, lejos de las 12,17 que le tiran en competición continental, pero también una cifra elevada y que no explica cómo el Barça encaja tan poco en España y tanto en Europa.

La solidez en España

Se podría decir que el Barcelona está teniendo en LaLiga eso que llaman la suerte del campeón, pues muchos de los partidos que han acabado 1-0 o 0-1 a su favor han tenido acciones milagrosas de sus defensores, como la que hizo Araujo sacando un balón sobre la línea de gol en el Metropolitano. También ha habido fallos inexplicables de los delanteros, como el de Morales en el Estadio de la Cerámica, que echó fuera un mano a mano clarísimo. Por último, el nivel de Ter Stegen, que ha vuelto a ser el de un portero de clase mundial, también ha sostenido al Barça en infinidad de ocasiones haciendo paradas al alcance de muy pocos guardametas.

Este motivo y el bajo ritmo al que se suele jugar en la liga española han ayudado a un Barcelona que sigue haciendo aguas en defensa tal y como muestran sus números europeos, donde el ritmo es mayor y no se puede especular con el resultado. Fuera de nuestras fronteras los de Xavi están pagando caros sus despistes defensivos y podrían caer también eliminados de la Europa League mucho antes de lo que desean, ya que el Manchester United sí supo aprovechar sus oportunidades.

El Manchester United celebra uno de los goles conseguidos en el Camp NouAFP

En Old Trafford el Barcelona se jugará el pase a los octavos de final de la Europa League, una competición que viendo el once que sacó Xavi Hernández el pasado jueves es evidente que también quieren ganar. Eso sí, los diablos rojos contarán ahora con el apoyo de todo su público y tratarán de frenar a un club que en los últimos años no ha dado la talla en Europa, sobre todo fuera de casa.

Se espera un choque similar al de la ida, con ambos equipos queriendo ser protagonistas y yendo al ataque, así que habrá que ver cómo gestiona el Barcelona este hecho, pues no está acostumbrado a defenderse de equipos que quieran también la pelota y últimamente las grandes noches europeas han terminado con goleadas en contra y pesadillas.