Mbappé debe decidir si solicita su traspaso en julio o si renueva hasta 2025

Dubitativo, sin personalidad para dirigir su futuro, manejado por personas e intereses más inteligentes que él, Kylian Mbappé tiene otra vez la sartén por el mango. Después de ser cobarde y ceder a las presiones de Macron, de Sarkozy y de los 125 millones de euros que le otorgaba el PSG como prima de fichaje, el jugador vuelve a tener ya la posibilidad de fichar por el Real Madrid.

El francés accedió el pasado verano al pressing de su país y sólo renovó con el París Saint Germain hasta 2024, con la posibilidad de extender el contrato una temporada más cobrando una prima de fidelidad de 50 millones, similar a su ficha anual. Ahora debe decidir si rubrica esa ampliación del acuerdo o si manifiesta su deseo de marcharse este verano. La opción de venir al Real Madrid en julio se reactiva.

Deciden todo por él

Cuando decimos que es manejado por personas e intereses más inteligentes, lo podemos demostrar. El poder político francés le convenció para no irse al Real Madrid y mantener vivo el interés de la liga francesa, que pende de Mbappé y de Messi. Y su madre, Faiza Lamary, negoció con el emir de Qatar su nuevo contrato con una ficha de 50 millones anuales y la prima de fichaje de 125 millones, más ese premio final de otros 50 millones si extiende su convenio hasta 2025. Todo se lo hacen al niño. Ni decide, ni negocia.

Todas las posiciones las toman su padre Wilfred y su madre Faiza. Fue mamá la que empezó a pedir esa gran prima de fichaje, que únicamente le daba el París Saint-Germain. Y el futbolista dejó colgado al Real Madrid y durante el mes de agosto ni se atrevió a ponerse al teléfono para decirle al club español que donde dije «digo» digo «Diego».

Es la última oportunidad

Ahora se repite la historia. Es verdad que sus padres solo firmaron un contrato corto porque sabían que si su hijo quiere ser el número uno del mundo debe jugar en una liga y en un club que le hagan merecedor a ese liderazgo. Y el sitio es el Real Madrid. Ninguna otra entidad ha osado acercarse al francés porque saben que si Mbappé decide, o deciden por él, marcharse por fin de París, será para aterrizar en la casa blanca.

Veremos primero si el futbolista se atreve a marcharse. Y veremos después si es capaz de subir al despacho de Al-Khelaifi y decirlo, o tienen que ser otra vez papá y mamá los que hablen por él, porque no tiene personalidad ni carácter para mantener posiciones frente a hombres más duros. Sean sus padres o sea él por una vez, si no piensa renovar debe comunicárselo este verano al PSG porque el conjunto parisino deberá estudiar si lo traspasa en julio y le saca 200 millones o si le mantiene en la plantilla hasta la próxima campaña y le deja marcharse gratis.

Es el quid de la cuestión, practicidad u orgullo. Cobrar dinero o no percibir nada pero sentar su prepotencia hasta el final. El año anterior se jugaron hasta el final que Mbappé se marchara gratis y le renovaron en los últimos días del cierre de mercado. Pueden jugar fuerte a esa carta otra vez. Son así.

De 300 millones nada

Mientras la familia Mbappé filtra que desea marcharse, palabras que se lleva el viento ante la jugada económica realizada hace siete meses, el PSG deja caer que pedirá 300 millones.

Les podemos asegurar que el Real Madrid nunca abonará 300 millones por un jugador. Si de verdad quieren conseguir el traspaso por la decisión del jugador o sus padres, no podrá pasar de 220 millones.

Mbappé tiene otra vez la sartén por el mango, aunque no sepa utilizarla bien. Si sus padres o su abogada la usan bien, vendrá al Real Madrid. Si sus padres sólo miran el dinero, que renueven y que se olviden de ver a su hijo como el mejor futbolista del mundo. Lleva un lustro en el París Saint-Germain y solo ha ganado el 'torneo de la galleta'. Él sabrá. Mientras tanto podrá ver cómo Nacho ha ganado cinco Champions y un tal Lucas Vázquez cuatro. Mbappé, ninguna, cero. Debe elegir. Dinero o ser alguien en el fútbol.