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Sergio Ramos queda totalmente libre este 30 de junioGTRES

Sergio Ramos está libre y quiere volver al Sevilla: los choques del pasado contra la esperanza del futuro

Tras acabar con el PSG desea regresar al equipo en el que nació futbolísticamente, ese en el que los ultras le vetan con un historial traumático

Este 30 de junio es un día muy indicado en el mundo del fútbol. El último día del mes de junio es la fecha en la que acaban cientos de contratos de futbolistas, la fecha en la que jugadores cambian oficialmente de equipo. Sin embargo, hay algunos que terminan contrato... pero no tienen uno nuevo. Uno de esos casos es el de Sergio Ramos.

El central español, leyenda del Real Madrid y de la selección española, termina su relación laboral este viernes con el PSG. Hasta ahora el club parisino le tenía en propiedad y le ha estado pagando. Ya a partir del sábado Ramos es lo que se conoce como un agente libre, es decir, un futbolista totalmente libre de moverse como quiera y decidir su carrera sin tener que llamar la puerta a ningún club.

En términos coloquiales, el andaluz está en el paro. No tiene equipo. Dejó el PSG tras no llegar a un acuerdo de renovación y su futuro es una incógnita. Su futuro en principio pasa por Arabia Saudí, el país que está poniendo encima de la mesa del fútbol todo el dinero para llevar grandes nombres a su liga. Con algunos no lo consigue –véase Modric– pero con otros tanto sí.

Ese camino árabe pintaba bien hasta que Ramos, fiel siempre a la competitividad, abre la puerta a seguir en el fútbol europeo y de alta exigencia. Irse a Arabia (o Estados Unidos) es cobrar mucho dinero, pero también es dar por finiquitada tu carrera al más alto nivel. Ramos no quiere eso, otra cosa es si lo consigue.

De ahí que se haya abierto una vía que sería factible si solo entrara la vía deportiva: vuelta a Sevilla, el club en el que nació futbolísticamente. Sergio Ramos es un producto de Nervión, un hincha sevillista que logró debutar con el primer equipo. Un sevillista que siempre ha estado animando al club en el que creció. Pero un sevillista mal recibido por el Sánchez Pizjuán.

Sergio Ramos ha jugado dos años en el PSG, pero actualmente ya no tiene equipoGTRES

O más bien por el sector ultra del estadio andaluz, que siempre que jugaba con el Real Madrid allí le recibía con un ambiente más que hostil. Se entiende que si hubiera esa posibilidad de regreso estos radicales harían todo lo que pudieran para no ver a Ramos con la camiseta del Sevilla.

El jugador (y/o su entorno) se deja querer. Abre la idea de por qué no regresar al primer lugar en el que le vieron jugar. Sería todo un éxito para él, que regresaría a la que fue su casa, jugaría en una de liga de primer nivel y también estaría en Champions. Pero varias cosas dan sentido a que lo impida: el Sevilla no quiere ni se ha caracterizado por jugadores de tanta edad (el camero tiene ya 37) y además tiene overbooking de jugadores, necesitado de más salidas que de entradas.

Pero sobre todo está el asunto de la polémica, del ambiente de la afición, de los pequeños enfrentamientos que ha ido teniendo Ramos con su exhinchada. Todo ello se originó cuando en 2005 se fue al Real Madrid y José María del Nido, entonces presidente del club hispalense, inició una campaña mediática acusando al jugador de dejarles tirados y de no hacer bien las cosas en el traspaso.

Enfrentado a los ultras

Más allá de eso, y con continuos insultos a Ramos por parte del grupo ultra sevillista, el apogeo del enfrentamiento se vivió en 2017 cuando el jugador marcó un gol de penalti en el Pizjuán, miró a esa grada que está en el fondo norte y se encaró con estos hinchas. Se señaló el nombre de su camiseta y se puso las manos a las orejas. A Ramos le dolía (y mucho) que ese grupo le insultara a él y a su familia de forma grave cada vez que podía. Para que quedara claro que solo se dirigía a los ultras, a continuación pidió perdón al resto de la grada de Pizjuán. Pero el lío fue grande.

Es por ello que precisamente el pasado es lo que más aleja a Ramos de su futuro. Su pasado como sevillista, como madridista y los gestos. Le separa eso más que una posible negociación económica, donde evidentemente Sergio tendría que bajar mucho sus pretensiones. El Sevilla no es ni el PSG ni el Real Madrid.