Si se va Carletto, Zizou. Y cuando se vaya Zizou, Carletto
Problema gordo tiene uno y no es entrenar al Madrid: es que brasileños de verdad tiene cuatro o cinco. Los demás podrían ser perfectamente paraguayos
Florentino piensa lo que servidor: los entrenadores deberían librar los fines de semana. Y días europeos a cuenta de vacaciones. Embolican más que nada. ¿Todos? La mayoría.
Por eso lo de Ancelotti y Brasil debe tomárselo a broma. Le debe sorprender que para aquellos no exista entrenador en el mundo más que Carletto. Es una fijación. Sí, claro: el tío es bueno y laureadísimo. Y Brasil no gana un Mundial desde 2002.
Quizá tiene que ver que por donde Ronaldo cabalga Richarlison y así. O que el último seleccionador, el tal Tite, empatando a cero con Croacia –cosa que le pasa a cualquiera– quitó a Vinicius, minuto 60.
En fase de descabello lo de Kylian, tenemos el culebrón Carletto. ¿Se irá, renovará, llegará a Navidad? Florentino, tan ancho. Por él, si se va que venga Zidane. Y cuando se vaya Zidane que vuelva Ancelotti
El entrenador lo tiene como imperativo legal. Él es de futbolistas. El Madrid ha sido siempre así. Cuando don Santiago levantó el Bernabéu con el dinero del pueblo fue para traer a los mejores y reventar las gradas, era la palanca de entonces. Estadio grande, más dineros. No le importó mucho el banquillo. Es tradición.
Y luego está eso de si se despistará Ancelotti pensando en Río. Para nada. Es el cargo más transparente del mundo, no tiene misterio: ganas el Mundial o a la rúa. Puede fumarse otro puro en Cibeles esperando el momento.
Problema gordo tiene uno y no es entrenar al Madrid: es que brasileños de verdad tiene cuatro o cinco. Los demás podrían ser perfectamente paraguayos. Del sur. Impagable Real Madrid, lo que entretiene.