El Real Madrid espera bajo la sombrilla y pone de los nervios a Al-Khelaifi
El PSG tiene que vender y presagiaba que la casa blanca haría ya una oferta, pero el club español no se moverá porque es el equipo francés el que debe rogarle el traspaso; devuelve el golpe de hace dos años, ni perdona ni olvida
La cúpula del Real Madrid tumbada bajo una sombrilla, con un cóctel en la mesa y esperando a que Nasser Al-Khelaifi descienda de su púlpito de soberbia a que le ruegue el traspaso. Así se sienten el emir de Qatar y todo el París Saint-Germain frente la amarga situación que viven desde hace dos meses y que se agravará en el recién nacido agosto ante dos posibles situaciones que serán muy duras.
La primera es el traspaso obligado de Kylian Mbappé para obtener dinero de la figura francesa. La segunda es la peor, quedarse con el jugador y verlo cómo se marcha libre y gratis dentro de once meses. Mbappé tiene la sartén por el mango y eso no lo soportan los dirigentes árabes de la institución parisina, acostumbrados a comprarlo todo y a todos por dinero.
Ahora entenderán ustedes la razón de los ataques del enojado Nasser Al-Khelaifi contra su afamado delantero, sus críticas de pesetero y sus amenazas de mantenerle una temporada sin jugar si no renueva o si no admite una transferencia. La estrella ya comunicó al presidente del club francés que no extendería su contrato y que deseaba cumplirlo para marcharse libre en 2024.
La fecha para renovar, propuesta unilateralmente por el dirigente del París Saint-Germain, caducó en el último minuto de julio. Ya estaba caducada desde el principio por el jugador. Y acaba de empezar un mes que confirmará todos los malos augurios del dirigente del equipo parisino.
Devolver el desprecio
El Real Madrid alucina cuando se le cuestiona que el PSG espera desde hace días una oferta suya. La visión endogámica del conjunto francés es que era la casa blanca la que debía hacer una propuesta para fichar a Mbappé. No. El Real Madrid contesta con hechos.
Es el París Saint-Germain el que está urgido de vender al futbolista para que no se vaya libre dentro de once meses y el Real Madrid espera tumbado bajo esa sombrilla metafórica para que sea Al-Khelaifi quien asuma la cruda realidad de una batalla perdida, baje al barro para mojarse y reconocer que tiene que traspasarle como sea. Que se coma ese orgullo que le corroe y acuda a rogarle el traspaso.
Es la cruda respuesta, el silencio, al nefasto comportamiento del París Saint-Germain hace dos años cuando ni siquiera contestó a las tres ofertas realizadas por el Real Madrid en los últimos momentos de aquel agosto.
Al-Khelaifi, nervioso
En esta diatriba, quedan treinta días para traspasar a Mbappé y Nasser Al-Khelaifi demuestra cada vez más su nerviosismo. Y decimos treinta días porque Florentino Pérez dejó claro hace tiempo que nunca llegará más al último día del mercado para hacer una operación. Si la hay con Kylian, se negociará antes o nunca.
Son tal las tensiones que vive el presidente del cuadro parisino, presionado por el emir de Qatar, que ha elegido al iraní Kia Joorabchian para que hable en su nombre y consiga cuanto antes una negociación práctica con Fayza Lamari y, por extensión, con el Real Madrid. Al-Khelaifi es muy prepotente y no puede tomar las riendas de este caso porque le molesta no tener la sartén por el mango.
Ni perdón ni olvido
La entidad madridista va a hacer sufrir al PSG. Porque tiene que ser el equipo francés el que baje de su tribuna mental, reconozca que tiene que traspasar a Mbappé y pida negociar el traspaso. Objetivamente es así. Y la casa blanca va a esperar a que el París Saint-Germain llame a su puerta después de despreciarle hace dos años.
Ni se perdona ni se olvida. A Nasser Al-Khelaifi le han hecho una contestación metafórica que se está cumpliendo a rajatabla: arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Ya se han encontrado. Y el árabe ha chocado con un problema grave. Las horas corren en contra del PSG y a favor del futbolista y del Real Madrid. Luis Enrique está preocupado porque el retraso en el necesario traspaso de Mbappé le impide hacer fichajes que ha pedido.
Fichajes a la espera
Dembélé es la primera adquisición de agosto en París. Será oficial en cuestión de horas. Arnau ha venido como agente libre, un guardameta de buen futuro que el Barcelona ha dejado marchar libre. Puede haber alguna contratación más en la entidad francesa para paliar anticipadamente con nombres el adiós de Mbappé.
El dinero que se cobre por la transferencia de la estrella servirá para hacer dos buenos fichajes y cada día de atraso pone de los nervios a Luis Enrique, al PSG y a los futbolistas que esperan venir y que observan cómo las ligas comienzan en diez días y quizá debuten con sus actuales equipos sin saber si se marcharán o no.
Risas ante una denuncia en FIFA
El Real Madrid espera frente a la playa la llamada urgente del PSG y se parte de risa ante el rumor extendido por Al-Khelaifi sobre una presunta denuncia del equipo parisino contra la casa blanca en la FIFA.
La prensa francesa que le hace el juego a Nasser señala que el dirigente árabe podría demandar a la casa blanca ante la FIFA por haber violado la legislación y tener firmado un precontrato de futuro con un futbolista, Mbappé, que tiene ficha en vigor y no se encuentra en los últimos seis meses de su contrato. El caso se cae nada más comenzar porque eso solo se puede demostrar si tienes ese precontrato en mano para enseñarlo en la FIFA.
Liverpool dice no
En la melopea que vive Al-Khelaifi con tal de no ver a Mbappé en el Real Madrid, ha solicitado a los clubes ingleses que le hagan ofertas por el jugador. Jurgen Kloop ya ha dicho que el Liverpool no le fichará. El Chelsea es otro de los tocados. El presidente del PSG no quiere admitir lo más importante y es que Mbappé solo quiere marcharse al Real Madrid. Eso le tiene de los nervios. Y el Real Madrid, debajo de la sombrilla. Esperando una llamada.