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Xavi y Laporta juntos en la despedida de Jordi Alba

Joan Laporta junto a Xavi Hernández, en una imagen de archivoEFE

La agonía del Barcelona sin palancas: el caos de Laporta sin ayuda externa

Ni logra inscribir jugadores (solo hay 13) ni le da fichajes a Xavi Hernández ni logra vender a los futbolistas que no cuentan

El Barça arranca de forma oficial la temporada este domingo. Ese día, a partir de las 21:30 horas, se medirá al Getafe en la primera jornada de Liga. Y a pocas horas, Joan Laporta tiene al equipo viviendo de forma agónica.

Sin palancas, el presidente culé tiene sumergido al Barcelona en la más absoluta improvisación. A lo que venga, sea como sea y si hay que cambiar, se cambia. Y también en el enigma, ese que provoca que solo 13 jugadores estén inscritos a muy pocos días de que inicie la Liga. Solo 13 en un gran equipo, nada menos que el campeón. Una muestra de a dónde lleva Laporta al Barça sin la ayuda de las palancas.

En este verano los culés no han tirado de ese mecanismo por el que sacaban dinero en base a la venta de patrimonio del club. Ahora tienen que hacer otras fórmulas que básicamente pasan por llevarse bien con Tebas y LaLiga para que así pueda haber inscripciones. Esto es desde la aprobación del plan económico de viabilidad del Barça a flexibilizar la norma del control económico, algo que es para todos los equipos, pero que en el club catalán tiene especial incidencia y es así el gran beneficiado. Eso sí, la opción de una nueva palanca (al estilo de las del año pasado) no está descartada.

Pese a esas ayudas, el Barça sigue teniendo un problema en inscripciones. Solo están en esta situación (que es la que permite jugar) 13 futbolistas: un portero (Ter Stegen), tres defensas (Christensen, Kounde y Eric García), cinco centrocampistas (Gavi, Pedri, Ferran, Kessié y De Jong) y cuatro delanteros (Dembélé, Lewandowski, Ansu Fati y Raphinha). El Barça cuenta que con dos salidas de estos 13 jugadores –Dembélé y Kessié– todo se desatascará.

Jugadores del Barça, en el Joan Gamper que se jugó este martes en el Olímpico de Montjuic

Jugadores del Barça, en el Joan Gamper que se jugó este martes en el Olímpico de MontjuicAFP

Y es probable que así sea, pero ya haber llegado a esta situación con tan pocos días para el inicio de Liga demuestra la agonía en la que está instaurado este Barça. Ninguno de los tres fichajes está inscrito. Ni Oriol Romeu, ni Iñigo Martínez ni Gündogan. Y en el caso del alemán, el Barça se arriesga a un gran ridículo: que el futbolista se vaya libre toda vez que colocó en el contrato una cláusula por la que si no se le inscribía antes de la primera jornada de liga. Eso ahora mismo es así.

Por no inscribir no están inscritos jugadores clave como Araujo o Balde y eso a la vez que Xavi pide fichajes y no llegan. Y Hernández se escuda en que después caen en Champions y no tiene mimbres para competir en Europa.

Para solucionar todo este problemón Laporta vuelve a pensar en otra palanca igual a la del año pasado. Joan solo sabe salvarse por la vía de las palancas y quiere recomprar lo vendido por Barça Studios para volverlo a vender en un movimiento extraño. Busca dinero a la desesperada para inscribir. Por su propia gestión y hucha no puede.

No logran sacar a los descartes

Y eso por las entradas, porque en las salidas el Barça también tiene un problema grave. No quieren a futbolistas como Dest, Lenglet o Kessié, pero no son capaces de encontrarles destino. En el caso del central francés es clave porque tiene un sueldo alto y si se va deja masa salarial libre para acometer algunas de las inscripciones pendientes.

Xavi Hernández espera sentado que Laporta le de algunas de las cosas que ha pedido

Xavi Hernández espera sentado que Laporta le de algunas de las cosas que ha pedidoAFP

Agónico también es el proceso con Dembélé, el futbolista al que hace año y medio se quería echar, hace un año se renovó y se le elevó a los altares y ahora se quiere ir dejando tirado al Barça. Y en vez de hacerlo de forma rápida para que se termine esa agonía ahí sigue Dembélé, en los entrenamientos cuando todas las partes ya han reconocido que se quiere ir. El PSG juega como quiere con el Barça, que se queda mirando esperando a ver que ocurre.

Así, a expensas de que el tiempo lo cure todo o de que llegue un Roures que lo solucione con sus ayudas millonarias, el Barça sigue inmerso en la incertidumbre y agonía impropia de un club grande, de todo un reciente campeón de Liga. Es la consecuencia de estar sin palancas y con un Joan Laporta que trabaja más para que no se vean de forma pública las penurias que de atajar como tal esas penurias.

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