La reunión Mbappé con Al-Khelaifi, una estrategia para presionar al PSG
El jugador ha dicho al qatarí que no puede decir ahora que quiere irse cuando hace un mes expuso que deseaba cumplir su contrato; debe ser el PSG el que llame al Real Madrid
La casa blanca sabe que cada día de retraso rebaja el precio ante el club francés y si París le pide negociar hará una oferta a la baja de 135 millones más bonus, mientras París desea cobrar 200
El aficionado no entiende esta guerra psicológica, pero hay muchas cosas pendientes entre el PSG y el Real Madrid, tantas como cuentas pendientes hay entre el PSG y Mbappé. El seguidor no comprende que esta situación continúe en el tiempo, porque sufre el ansia del forofo por ver un sueño cumplido. Pero estamos hablando de clubes al más alto de nivel, de empresas como el Real Madrid que en un trienio superará los mil quinientos millones de presupuesto.
Y hablamos del fichaje más importante de la historia del balompié, con una producción de dinero que la mayoría de los simpatizantes no pueden calibrar. En esta duda, las tres partes juegan una partida de ajedrez en la que cada día que pasa el precio es más barato. Una disposición táctica de piezas en la que cada hora que pasa el Real Madrid devuelve como una guillotina los golpes de menosprecio que soportó por parte del PSG hace dos años. Un salto de alfiles en los que el futbolista contesta al maltrato de Nasser Al-Khelaifi con su estrategia de decir que piensa cumplir su contrato mientras sonríe y firma autógrafos con los chavales.
Con los dientes afilados
Kylian Mbappé le dijo a Nasser Al-Khelaifi en una cruda reunión cara a cara que él no piensa decir nunca que desea marcharse del PSG, como le exigía el presidente del club.
El dirigente árabe quiere que el futbolista manifieste su anhelo por marcharse para cubrirse las espaldas ante los radicales árabes que él financia, esos mismos ultras fanáticos que, dirigidos por él, fueron a las casas de Neymar y de Messi a insultar a sus familias para asustarles cuando no hacían lo que el club de Qatar quería.
El argentino se fue, pues no merecía la pena que su familia sufriera esta presión medieval. Ahora, Al-Khelaifi critica a Mbappé y le llamo pesetero y le aparta de los entrenamientos para conseguir una meta que no ha logrado. La diferencia es que la estrella francesa no se asusta, no se amilana, no se arredra.
El PSG tiene que dar el paso
Lo que el delantero explicó al presidente es que no puede decir ahora que se va cuando hace 50 días expuso que deseaba cumplir su contrato. Al-Khelaifi sabe bien que es una estrategia de la figura estelar del fútbol para hacer sufrir al PSG y forzar que Qatar mueva ficha. Y el futbolista está en su derecho de cumplir el contrato y marcharse libre dentro de diez meses.
Lo que el jugador ha razonado es que el París Saint-Germain debe reconocer que solo él tiene la máxima urgencia, la real, la económica, para llamar al Real Madrid y negociar la operación.
Al-Khelaifi está molesto por dos cuestiones. La primera es que su buque insignia le ha dicho una verdad como un castillo y no se dejará engañar. La segunda es que comprueba que Mbappé y el Real Madrid concuerdan en intereses y juegan las mismas cartas. Las dos partes le han dicho por activa y por pasiva, el delantero con palabras y el Real Madrid con su silencio, que si quiere traspasar a la estrella debe ser quien llame primero.
Y esta actuación destroza el relato prepotente de Al-Khelaifi de exponer ficticiamente ante los franceses que él dirige la operación. La única realidad es que el máximo responsable del París Saint-Germain no tiene las cartas en su poder y no dirige nada. En todo caso mal dirige el PSG con acciones aberrantes como dejar apartados a hombres como Mbappé, Verratti y otros profesionales, que son personas, menos famosos.
El tiempo es blanco
La casa blanca continúa serena, sin mover ficha. Ahora se preocupa de fichar un guardameta para cubrir la importante lesión de Courtois. Las partes saben que el tiempo juega a favor del Real Madrid y eso tiene quemado al emir de Qatar y a su adlátere, Al-Khelaifi, que se siente muy presionado por el jefe del Estado.
Y la entidad madridista devuelve ahora el menosprecio soportado el 31 de agosto de 2021, cuando el PSG ni contestó a su oferta de 200 millones, con la pasividad por montera.
Cada día es más barato
La cúpula de la casa blanca vive con la serenidad de saber que Mbappé jugará en su club tarde o temprano, porque así lo ha decidido la estrella. Si el París Saint-Germain no llama ahora, vendrá libre dentro de diez meses.
Con las cartas boca arriba, el equipo español calibra en su larga experiencia de fichajes estratosféricos que cada jornada que pasa el precio es más barato, pues la urgencia oprime el pecho de Al-Khelaifi, que ya ha llorado ante los medios franceses manifestando que si la figura estelar se marchara gratis tendría que despedir a más de cien trabajadores de la entidad porque habría dejado de ingresar 200 millones. Lágrimas de cocodrilo que contrastan con su maltrato a los futbolistas que fichó hace unos años y que ahora trata como esclavos cuando no le interesan.
Si Al-Khelaifi admite por fin que su relato de dirigir la operación es mentira y llama por fin al Real Madrid, se encontrará con una medida de fuerza de la casa blanca. La oferta desde Valdebebas será de 135 millones, más unos bonus por definir. Muy lejos de los 200 millones que París espera a cobrar.
La situación es muy distinta a la de hace dos años y eso lo piensa plasmar el Real Madrid. En la negociación de hace dos temporadas la entidad española sabía que Mbappé tenía sobre la mesa la oferta del París Saint-Germain y la presión de los políticos del país para que continuara. Ahora ha rechazado la propuesta del equipo parisino y ha expuesto con evidencias a los políticos nacionales que se acabó el cuento chino de jugar por Francia.
En un reciente acto ante Macron le hizo un gesto de no mirarle. Quería decirle que ya le engañó hace dos años y esto se acabó. Ya ha hecho mucho por Francia y ahora tiene que relanzar su carrera hasta el estrellato, porque la trayectoria de los últimos dos años ha descendido su cotización, superado por Haaland y por Vinicius. La Champions ganada por el City fue el punto de inflexión.
Si los árabes se comunican por fin con el Real Madrid, deberán negociar el precio final, con ese punto de partida de 135 millones.
Webs en su contra anuladas
Fíjense como actúa Nasser Al-Khelaifi para alcanzar sus objetivos que desde el PSG se apoyaron webs ajenas para criticar al futbolista francés con tal de conseguir su renovación. La misma política nefasta que utilizó Bartomeu contra las viejas glorias de Barcelona, empezando por Piqué y Jordi Alba, para lograr que se marcharan.
El club francés frenó estos ataques externos al analizar que Mbappé conocía este extremo y era un cargo más contra el PSG si presentara una denuncia ante la FIFA para conseguir su marcha con la carta de libertad ante el maltrato de la empresa que le tiene en propiedad.
Al-Khelaifi sabe bien que lo de Mbappé es una estrategia de la figura estelar del fútbol para hacer sufrir al PSG y forzar que Qatar mueva ficha
En esta situación, el representante de Kolo Muani ha ofrecido su fichaje al Real Madrid. Todos los ofrecimientos son golpes en la popa del barco del PSG que necesita vender urgentemente a su estrella.
El Real Madrid puede esperar un año, pero también asume que no será bonito para Mbappé quedarse una temporada en esta situación. Todo depende de Al-Khelaifi.