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Al Khelaifi, presidente del PSG, y Kylian Mbappé, gran estrella del conjunto francésPaula Andrade

Al-Khelaifi se juega el cargo con Mbappé: o renuevas con cláusula o declaras que te quieres ir ahora

Hombres del emir de Qatar están en París para ofrecerle un contrato por un año con cláusula de salida y, si no firma, para que diga que quiere marcharse y justificarse ante la afición

Sepan ustedes la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. El PSG maneja a la prensa francesa para intentar mantener el liderazgo del relato y todo es mentira. Los periodistas franceses reconocen que no son agresivos con el París Saint-Germain porque necesitan a este club y a Mbappé para que el fútbol francés tenga algo de interés.

Cortita y al pie, que diría Di Stéfano desde el cielo: la única razón por la que Mbappé volvió a los entrenamientos es porque el enfado de la familia del futbolista era monumental y, cuando Nasser Al-Khelaifi llamó a Fayza Lamari para hablar, la madre de la estrella exigió al presidente de la entidad que fuera integrado inmediatamente a la plantilla y que volviera a jugar, solo para siquiera permanecer diez segundos más al teléfono.

En esa conversación Al-Khelaifi lo pasó bastante mal, porque mamá Mbappé les puso a caer de una higuera, a él y al propietario.

Tratado como un perro

Fayza acusó con dureza al dirigente del equipo parisino de tratar a su hijo como un perro después de haber renovado el año pasado y cedido a las presiones de Macron y de toda Francia, cuando el deseo de su hijo era jugar en el Real Madrid.

Le señaló con el dedo y llegó a decirle, en respuesta al ataque presidencial de no haber ganado la Champions con Kylian, que su hijo probablemente ya la habría conquistado vestido de blanco.

Sin respirar, y tras escuchar la petición de perdón del orgulloso Al-Khelaifi, mamá Mbappé puso la condición más difícil, el más allá, para escucharles: el emir, Tamim Bin Hamad Al Thani, también debe pedir perdón. Palabras mayores.

Kylian Mbappe vs. Nasser Al Khelaifi, duelo mediático en el PSGAFP

Sin haber escuchado todavía ese perdón, emisarios de Al Thani han llegado a París para hablar primero con Fayza Lamari y después, si todo avanza con el futbolista.

Nasser Al-Khelaifi se encuentra muy presionado por el emir. Le ha pedido que consiga que el futbolista se quede como sea y que no se justifique con el deseo del delantero de marcharse. No le vale. Hasta ahora todo lo han solucionado con dinero.

Entre la espada y el precipicio del Mar Rojo, Nasser ha buscado todas las fórmulas posibles para alcanzar la continuidad del futbolista. Sabe que su cargo está al borde de la caída al mar.

Apartar a Mbappé, fuera de la gira veraniega y de los entrenamientos, ha sido un enorme error. Ahora lo ha restablecido, por la presión de la madre, pero las cosas están mal hechas desde el principio.

Un contrato con liberación

Los enviados de Al Thani vienen con la idea de ofrecerle a Fayza Lamari un contrato por uno o dos años más, hasta 2025 o 2026, con clausula liberatoria en cada mercado de fichajes. En Francia no existen precios de rescisión y esa cláusula de liberación se aplicaría de forma privada.

Si la admitiera, Mbappé debe asegurarse de imponer un multimillonario precio de castigo por si los árabes incumplen ese acuerdo privado, que no sería de extrañar.

Si Mbappé no renueva y mantiene su postura estratégica de continuar hasta el año que viene, el PSG deberá traspasarle ahora mismo para recibir dinero de su adiós. Así se lo ha dicho al jugador. No aceptará que se quede y se marche libre.

Será una derrota personal para Al-Khelaifi, señalado por Al Thani. En este caso, el dirigente del París Saint-Germain pedirá a Mbappé que declare públicamente en los próximos días que desea marcharse para negociar el traspaso inmediatamente al Real Madrid y justificarse ante los radicales árabes, esos que el propio Nasser mantiene económicamente para ir, por ejemplo, a las casas de Neymar y de Messi y amenazarles hasta que se fueron ¿Harán lo mismo ante la residencia de la familia Mbappé?

Nada de 250 millones

La mentira, apoyada por la prensa francesa de un PSG que no lidera realmente el relato de la situación, añade que el precio de esa cláusula liberatoria, si continuara un año más, sería de 250 millones. Para que vean que el mensaje es manipulado comprobarán que nunca hablan del precio si se marcha ahora.

En el Real Madrid se parten de risa, tras dos victorias ligueras, al escuchar dos palabras: 250 millones.

Si Mbappé expresa en los próximos días que desea marcharse, el PSG debe abrir la puerta del Real Madrid. Especialmente porque solo le queda esa puerta. No existe ningún otro club europeo que quiera fichar a Kylian.

Fayza Lamari, con su hijo Kylian Mbappé, en una imagen familiar compartida por el jugador

La mentira del relato del PSG es que, con un mero año de contrato por delante, el poder se encuentra en manos del futbolista y del Real Madrid. En la hipótesis de ser llamado a negociar por el equipo parisino, el club español hará una oferta inicial de 130 millones. Y su propuesta final, a diez meses de quedar libre la estrella, nunca superará los 175 millones, incluidos bonus a pagar en cuatro años.

La pelota está en manos de Mbappé y su madre. En una versión práctica del caso todos los agentes internacionales concuerdan en analizar que si Kylian se hubiera dejado dirigir por un intermediario legal hoy sería jugador del Real Madrid. Su madre no sabe de nada de negociaciones y se dejó llevar por el dinero. Si hubiera llegado ya al Real Madrid, ganaría más a largo plazo, porque la leyenda futbolística de su hijo aportaría esos emolumentos posteriores.

La advertencia del Real Madrid es clara. Si se presenta la opción, intentará fichar a la figura francesa este mes de agosto o como máximo, el próximo año. Las elucubraciones de una renovación por dos años con cláusula no valen para la casa blanca si el jugador quiere esperar dos temporadas, como pretende el emir. No. La posibilidad de venir al Real Madrid empieza este mes de agosto y se acaba en julio del año que viene.