La madre de Rubiales pone fin a la huelga de hambre y abandona el hospital acompañado por su hijo
El expresidente de la Federación acudió al centro hospitalario para estar con su madre, que ya descansa en su domicilio de Motril
Ángeles Béjar, madre de Luis Rubiales, ha sido ya dada de alta tras ser ingresada horas antes en el Hospital Santa Ana de Motril (Granada) debido a diferentes problemas físicos ocasionados durante el encierro y la huelga de hambre que ha mantenido durante tres días. Se encuentra ya en su domicilio de Motril.
La madre de Rubiales abandonó el servicio de urgencias del hospital pasadas las 23.30 horas de este miércoles acompañada de su hijo y tras responder de forma satisfactoria al tratamiento realizado, lo que ha proporcionado a la paciente una mejoría en el cuadro clínico por el que fue ingresada.
Béjar cuando fue trasladada al hospital Santa Ana de Motril presentaba diferentes dolencias posiblemente ocasionadas por la enfermedad crónica de riñón que padece y agravadas por los tres días que ha mantenido de encierro y de huelga de hambre.
Presentaba un importante hinchazón en las piernas, pudiéndose haber ocasionado por la acumulación de líquidos, vómitos, mareos y angustia, así como un fuerte malestar físico que ha motivado que el médico que la ha tratado en la iglesia donde secundaba el encierro recomendara el traslado al centro sanitario en el que acaba de ser dada de alta.
Fuentes cercanas a la familia consultadas por Europa Press han indicado que, tras una crisis en que sintió que su situación empeoraba, como indicó a los periodistas el sacerdote de la parroquia Divina Pastora, la huelga de hambre ha finalizado, habiendo ya dormido en su casa esta pasada noche tras la revisión en el hospital.
«Estaba ya cansada de estar aquí» e «incómoda», de tal modo que los familiares habían decidido que tenía que ser trasladada, precisó el sacerdote, quien ya adelantó que no volvería a la parroquia a continuar la protesta y, a preguntas de los periodistas, que Rubiales había llamado a su madre por teléfono para hablar con ella.
La madre de Rubiales, suspendido como presidente de la Federación por la FIFA, se encerró en una iglesia de Motril y en huelga de hambre «hasta que Jenni Hermoso diga la verdad» en una acción no compartida por su hijo, que acudió al hospital para volver juntos a su domicilio.