Fundado en 1910

Luis Medina Cantalejo, presidente actual del Comité de ÁrbitrosEFE

Medina Cantalejo, el CTA y el silencio cómplice en el caso Rubiales

El jefe de los árbitros (y el colectivo en general) son los únicos que no solo no se ha desmarcado de el expresidente de la RFEF sino que ni siquiera condena el comportamiento como

A Luis Rubiales muchos le aplaudieron después de que diera su polémico discurso ante la Asamblea Extraordinaria de la Federación. Hace una semana Rubiales gritaba que no dimitía, hablaba de «asesinato social», cargaba contra parte del Gobierno y denunciaba el «falso feminismo». Fue su final en la práctica: horas después la FIFA le suspendía de su cargo y se adelantaba a todos, también a la lentitud del Gobierno de España.

Entre las personas que le aplaudían había quien lo hacía de forma efusiva, quien lo hacía casi por obligación y quien aplaudía de forma normal pero a los que las cámaras los 'pillaron' y su imagen ya se quedó ahí. De estos últimos es Luis Medina Cantalejo, el presidente de los árbitros españoles, el único que aun se mantiene a nivel mediático y público al lado del defenestrado –a nivel social, político y deportivo– Luis Rubiales.

Aplaudió Luis de la Fuente, seleccionador nacional masculino, pero al día siguiente condenó la actitud de Rubiales «sin paliativos». También aplaudió Jorge Vilda, entrenador de la selección femenina, pero ocurrió lo mismo: más tarde afeó el «comportamiento impropio» de Rubiales. Aplaudieron también algunos líderes territoriales, por supuesto Pedro Rocha, ahora presidente (interino) de la Federación, y tres días después le pidieron de forma unánime que se fuera «de manera inmediata».

Todos aplaudieron y todos abandonaron a Luis Rubiales cuando la FIFA le suspendió al día siguiente. Nadie habló antes. Y algunos tampoco lo han hecho después. Dos son los casos más sonados, aunque uno tiene sentido: Andreu Camps. El secretario general de la RFEF es la mano derecha de Rubiales, su hombre más necesario, una continuidad más de Luis. Tiene sentido que no diga nada y que siga trabajando para el ya expresidente de la RFEF, como hizo con el escrito que mandó a la UEFA presionando con amenazas inviables.

El silencio arbitral

Pero el otro que le aplaudió y ha mantenido su legítima pero cuestionable lealtad a Rubiales fue Medina Cantalejo, jefe de los árbitros españoles. Es la figura más mediática, más conocida, que no ha condenado aun la actitud de Rubiales y su cargo es de especial relevancia: de él depende todo el organigrama arbitral, tan discutido y examinado siempre y más en los últimos meses con el caso Negreira.

El silencio en el estamento arbitral es total. Así como en otros sectores del fútbol español (clubes, federaciones territoriales, fútbol femenino, fútbol masculino...) sí hay gente que ha hablado y ha condenado la actitud de Rubiales, en los árbitros no hay nadie que diga nada. Ni siquiera para decir aquello en lo que todos están de acuerdo: que los gestos, el discurso, las formas fueron inapropiadas.

Bien es verdad que los colegiados podrán decir que nunca hablan. Eso es cierto hasta cierto punto, porque últimamente son varios los árbitros que conceden entrevistas o que hacen charlas. Pero este colectivo siempre ha sido el gran silencioso del fútbol español. Ahora bien, a la hora de la verdad ahí están

Medina Cantalejo, en su época de árbitro de Primera DivisiónEFE

Con el caso Negreira se organizaron ruedas de prensa, se intentó explicar paso por paso lo ocurrido, pero Medina Cantalejo quedó muy tocado. Muchos fueron los clubes que se quejaron el año pasado ante el pobre nivel arbitral, ante el cambio de criterios y errores clave. Pero esto es ahora otro asunto. El caso Rubiales va más allá de cualquier interpretación arbitral.

Nadie dice nada

Medina Cantalejo, de la máxima confianza de Rubiales y jefe de los árbitros desde finales de 2021. Ha sido especialmente promocionado por el ya expresidente y el silencio ahora es atronador. No le ha abandonado ni a nivel privado ni a nivel público. Y con él arrastra también al Comité que preside, porque tampoco nadie habla del asunto. Ni el CTA como tal ni colegiados individuales, algunos de los cuales también estaban sentados en la Asamblea de hace una semana.

En el estamento arbitral nadie habla. Y se entiende así por cómo es el organigrama, el modo de funcionamiento. Ningún colegiado ha sido capaz de señalar errores (aunque fuera de forma mínima) o a otro compañero o al superior, en este caso Medina, que es el 'rubialista' de primer orden y que sabe que sin Rubiales puede caer. Y los árbitros son conscientes de que pueden venir otros y que el silencio es la mejor compañía. Aunque sean ellos los únicos que lo guardan.