Aitana Bonmatí, la futbolista que reculó en su renuncia a España para ganar un Balón de Oro

Hace unos meses, justo antes del Mundial femenino, Aitana Bonmatí había ganado la Champions League con el Barcelona. Ya era una de las mejores jugadoras del mundo, pero muy pocos la colocaban como futbolista que pudiera de verdad aspirar a ganar el Balón de Oro. Este trofeo, el más prestigioso a nivel individual, ya lo tiene en su palmarés. Y lo consigue por haber ganado el Mundial con España.

Sin triunfo mundialístico Aitana no tendría Balón de Oro. Y mucho menos sin presencia en ese torneo. Esto es importante recalcarlo porque Bonmatí no iba a ir al Mundial. Ella fue una de las 15 que renunciaron a España para echar a Jorge Vilda, una de esas 15 que protagonizaron una primera revuelta en la selección femenina, hace ya más de un año. No le salió bien, el equipo fue para adelante sin ella ni las otras 14, y al final tuvo que recular. Unas semanas antes del Mundial dio su brazo a torcer. Tras perderse todas las convocatorias previas, apareció en la última, en la del Mundial.

Se podría decir que Aitana, de 25 años, tuvo la virtud de saber rectificar. No le quedaba otra si quería jugar un Mundial. Lo hizo, aceptó que Vilda fuera su entrenador e hizo un torneo espectacular. Futbolísticamente la catalana fue la brújula de España, la persona por la que pasaban las ideas y la organización del juego. Disputó todos los encuentros del Mundial, aunque la clave de su éxito está en su carácter. Ganador y tranquilo a la vez.

La jugadora ha defendido que su acierto en el campo es porque «me gusta hablar, comunicar y trasladar ese carácter a todo el equipo cuando no tengo el balón». No se esconde, utiliza su calidad como forma de competitividad y con esas condiciones ha llegado a la élite. Lo ha ganado todo con el Barça y el Mundial fue un premio enorme a su gran estado de forma.

Con este Balón de Oro se reconoce a una Aitana que tendrá que interiorizar, por mucho que sea jugadora del Barça, que consigue el galardón por jugar y ganar con España. Con el Barcelona solo no le valía. Ahora está concentrada con esa selección en la que en los últimos tiempos también se ha puesto como referente en la lucha por sus derechos, aunque no ha sido de las más visibles en la pelea, no ha estado dentro del grupo de las capitanas que pedían todo y más para seguir jugando con España.

Sucede en el palmarés a Alexia Putellas, su compañera y no amiga. Conocido es que entre ambas la relación no es ni buena ni mala, sencillamente no fluye. A Alexia no le sentó nada bien no tener protagonismo con la selección y ganar un Mundial sin ser ella la estrella y habrá que ver ahora como le sienta tener una compañera en el día a día que ya es oficialmente, reconocida por el mundo del fútbol, mejor que ella.