Rüdiger, el mariscal de campo del Real Madrid
La lesión de Militao generó una enorme preocupación en el club, pero el alemán cogió el testigo del mando desde la defensa y se ha convertido en el jefe que necesita un equipo
Era cuestión de tiempo que tomara la batuta. Ha disputado todos los partidos, es el jugador que más minutos suma y su liderazgo unido al de Bellingham marcan la diferencia
Ningún jugador está por encima del Real Madrid. Este lema define la grandeza histórica del club. Se marchó Di Stéfano y vino el Real Madrid de Pirri, Velázquez, Sanchís, Zoco, Grosso y De Felipe para ganar la sexta Copa de Europa. Se fue Cristiano y el equipo se adjudicó la decimocuarta Champions con Benzema como referente. La historia se repite, porque el lema se mantiene.
Se fueron Sergio Ramos y Varane, que dieron la oportunidad para la explosión de Militao. El brasileño y Alaba cubrieron ese hueco. Ahora, la grave lesión del suramericano exigía que alguien tomara el bastón de mando en la retaguardia. Había preocupación en la dirección deportiva, pues la defensa siempre necesita un jefe que mande al equipo desde atrás. Antonio Rüdiger ha cogido ese testigo.
No ha sido una sorpresa, la verdad, para la dirección deportiva madridista. Los espías de la entidad habían observado a Antonio, como le llaman, durante dos años y el informe interno analizaba que era el líder que la retaguardia necesitaba para el futuro.
El espia que surgió del frío
Su liderazgo en el Chelsea era admirable. Podía jugar de central o de lateral pero siempre era el bastón de mando. El Real Madrid había tirado muy bien el anzuelo. Su prodigioso partido en el Bernabéu, en el duelo épico con el Chelsea, sólo hizo confirmar una realidad que los ojeadores madridistas conocían. Ese futbolista debe ser nuestro, le expusieron al presidente los espías de la casa. Lo fue. Y Rüdiger quería venir al Real Madrid a demostrar su poderío.
Hoy, el alemán es el líder del conjunto madrileño. Manda, ordena, chilla, se enfada y exige marcajes, porque es el primero que cumple con disciplina germana su misión. Si la temporada pasada le vimos marcar por debajo de la axila a Haaland, en Montjuic le tocó pegarse a Lamine Yamal hasta anularle. Siempre ataca los cometidos más complicados porque es el mejor defensa puro que tiene el Real Madrid.
Hay que decirlo con claridad: Antonio Rüdiger es pieza fundamental del éxito de este Real Madrid. Es el defensa que más balones corta, el que más despeja por alto, el que gana el 95 por ciento de los duelos. Su combate con Sergio Ramos en el polémico arbitraje de Sevilla fue inolvidable. Y frente al Barcelona venció en siete de los ocho balones aéreos en una dura pelea con Lewandowski. Además, por bajo fue un muro para el fogoso Ferrán y luego para Yamal. Como ven, a Rüdiger siempre le tocan las misiones más difíciles.
Descubramos más secretos internos. Tras observar el triunfo personal de Eder Militao como sucesor de Sergio Ramos, los informes de la dirección deportiva reflexionaban que Rüdiger se haría definitivamente con un puesto titular en el centro de la retaguardia para formar con Militao un dueto sensacional. La grave dolencia del suramericano cambió la situación de tal manera que ahora el centro de la zaga lo forman Antonio Rüdiger y otro. Dicho con respeto, la cruda realidad es ésta. El alemán de padres africanos es indiscutible en cualquier alineación o esquema.
Antonio, Toni y Jude
Su influencia en el grupo es tan grande, dentro y fuera del campo, que todos los compañeros le escuchan con atención, porque su experiencia es mucho más que un grado. Se ha ganado en el césped, con su contundencia y su inteligencia, el respeto de todos. Es el mejor en la defensa y es el jefe que dirige al equipo desde atrás.
Hablemos aún más claro. El pasillo de seguridad lo forman Antonio, Toni y Jude. Rüdiger manda y saca el balón jugado desde atrás para enlazar con su compatriota Kroos, director de la construcción de fútbol del Real Madrid. Toni templa, fija y pone sentido al juego para que después un inglés cambie el fútbol por brillo con sus goles. El joven Bellingham se ha erigido en el líder del fútbol ofensivo del Real Madrid y remata una columna vertebral que marca la diferencia.
El Real Madrid lleva una década de lucha desigual con los clubes-Estado que rompen la legalidad del fútbol. La UEFA de Ceferin ha apoyado siempre al París Saint-Germain, incluso el presidente lo ha manifestado públicamente en los congresos de la organización continental del fútbol. Y también ha dejado hacer toda clase de irregularidades económicas al Manchester City. Ahora es la propia Justicia inglesa la que piensa intervenir ante este dispendio de gastos de equipos de la Premier que no producen el dinero que tiran.
Florentino Pérez supo siempre que no podría competir contra ese desperdicio de dinero. Los propios clubes ingleses intentaron convencerle para que entrara en el juego de hacer fichajes exagerados. Se negó. Y adoptó la filosofía de presente y de futuro del Real Madrid.
La forma de combatir a los clubes-Estado financiados por países era fichar a las mejores promesas del mundo y traer también a futbolistas con carta de libertad.
Desde el regreso del presidente al cargo hace catorce años, su objetivo fue dedicarse de manera prioritaria a observar y conseguir a los mejores jugadores en ciernes del planeta. El resultado de esta política han sido las adquisiciones de Vinicius, Rodrygo, Valverde, Tchouaméni, Camavinga, Guler, Bellingham y Endrick.
Junto a la captación de los mejores talentos jóvenes, la dirección deportiva planificó también las contrataciones de buenos futbolistas con experiencia que pudieran llegar con la carta de libertad. Han sido los casos de Alaba y Rüdiger. Frente a los dispendios, inteligencia. Grandes futbolistas sin pagar un euro de traspaso, porque todos desean jugar en el Real Madrid. Antonio es el mejor ejemplo de buena elección y rendimiento frente a los derroches de dinero que vemos en Inglaterra.