«Nada de pedir perdón, ni disculpas»: la redención de Joselu en el Real Madrid
Hay labor psicológica de Ancelotti y de la plantilla para que nunca pierda la confianza: «En cuanto marque dos goles consecutivos logrará cuatro»
El mensaje grupal es rotundo: «Ni pedir perdón ni vergüenza, tú vales y debes creer que es así»
Sí se puede, se escucha en los estadios ante las situaciones límite. Es un cántico par ayudar a un equipo a alcanzar un milagro. El Real Madrid lo hizo ante el Chelsea y el City en la decimotercera Champions. Hay una verdad empírica en este negocio y es que el fútbol es un estado de ánimo. Si el jugador está convencido de que puede, lo consigue. Lo malo es cuando no cree que tiene la capacidad de lograr el objetivo. En ese momento entran las dudas y si hay dudas se falla. Joselu vivió frente al Nápoles uno de esos capítulos que no por repetidos dejan de ser importantes: la perdida de fe cuando se fallan varios goles.
El fútbol es un mundo cainita. Pasas del cielo al infierno en cuestión de noventa minutos. El Bernabéu no hizo un drama de los goles fallados por José Luis Mato Sanmartín. El Real Madrid ganó bien con ocho bajas y el delantero nacido en Stuttgart firmó el cuarto. Fue cuando Joselu dramatizó sus errores. En vez de celebrar el acierto, lo primero que hizo fue pedir perdón.
Reprendido por pedir perdón
Bellingham le reprendió por poner las manos como si estuviera rezando ante la afición. El inglés le empujó hacia el público para que le aplaudieran. Y así sucedió. De hecho, los seguidores ya le apoyaron antes cuando desperdició dos ocasiones de oro. Era el propio Joselu el que se flagelaba.
El futbolista se encontraba tocado y cuando eso sucede es peligroso, porque se puede entrar en una cadena negativa de la que es difícil salir.
Joselu militó en el Castilla hasta 2012 y luego ha sido un delantero que compitió en nueve clubes distintos hasta llegar al Real Madrid. De canterano a canterano, Nacho le cogió por el cuello y le dijo que debe de creer en sí mismo y no hundirse mentalmente por esa noche extraña. El defensa madrileño comenzó un trabajo psicológico que ha continuado durante dos días.
Vestido de calle, Modric le dijo a Joselu que grandes estrellas han fallado como él. El Balón de Oro quiso que le quitara tragedia a un partido bien ganado por el conjunto blanco con el premio de ser primero de grupo con vistas al sorteo de Champions. Y después vino el empuje del cuerpo técnico y de todo el plantel.
Ancelotti, que ha vivido estos casos durante cuarenta años , fue rotundo en el vestuario. No quiere debilidad: «Nada de pedir perdón, ni disculpas». El entrenador reflexionó que estas cosas pasan y que lo que no puede hacer un delantero es entrar en bucle y bloquearse. Realmente es lo que le pasó a José Luis. Desde que desaprovechó la segunda oportunidad se mesó los cabellos y empezó a hablar consigo mismo. Mal síntoma. El cuerpo técnico sabía desde ese instante que estaba bloqueado y podía fallar más remates.
Son secuencias en las que ya no se controla la cabeza. Menos mal que el futbolista supo dar un paso al frente y anotar la cuarta diana madridista. Ancelotti analizó que nunca hay que pasar vergüenza y dejar de confiar en uno mismo, eso es lo peor. Hay que liarse la manta a la cabeza, rechinar los dientes y superar el escollo con coraje.
Tú sí que vales
Han sido cuarenta y ocho horas de labor psíquica. Los veteranos del lugar fueron rotundos con un jugador afligido. Aunque tenga 33 años, Joselu estaba sufriendo un mal que se soporta mal y que se produce en algunos momentos desde juveniles.
Los líderes de la cocina blanca fueron directos a por él: «Tú vales y debes creer que es así». Otros compañeros explicaron: «En cuanto marque dos goles en un partido hará cuatro». Su valoración es que cuando anote dos tantos consecutivos se liberará mentalmente y firmará tres o cuatro. La presión le tiene retenido, le frena. Y eso ocurre aunque el equipo sea líder en Copa de Europa y Liga.
Las plantilla comentaba en las últimas horas que el partido frente al Granada es para José Luis el momento idóneo para resarcirse. El grupo le anima para que este encuentro sea importante para él. Que marque un antes y un después en su camino.
El cuerpo técnico trabaja para que supere la obsesión sufrida ante el Nápoles, porque si persiste esa desconfianza no rendirá y todo se complicará por acumulación.
Joselu sabe que se juega su futuro. No puede caer en la duda. Su traspaso desde el cuadro españolista cuesta 1,5 millones. El Real Madrid está dispuesto a pagar la operación. Estar un año más en la casa blanca es un éxito para el delantero. No puede dudar.
No dudó en el Espanyol, donde anotó 17 dianas la Liga pasada, plusmarca personal, en un cuadro, el blanquiazul, que descendió. El Real Madrid juega siempre al ataque con un plantel de mayor calidad y las ocasiones de gol son muchas más que en el equipo españolista. José Luis Mato sabe que debe aprovechar esta oportunidad única. Es indudable. No puede dudar. Creer es renovar.