Andratx y la esperanza de volver a tentar a lo imposible en la Copa del Rey: «Este partido es una fiesta»
Rafa Ribot, presidente del club, atiende a El Debate antes del encuentro ante la Real Sociedad
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Vuelve a soñar es el lema escogido por el Club Deportivo Andratx para su eliminatoria de Copa del Rey ante la Real Sociedad. Este modesto equipo balear, del municipio de Andrach que ronda los 10.000 habitantes, recibe a un equipo de Champions League. Aunque no será la primera vez.
El 15 de diciembre de 2021 es una fecha que nunca olvidarán los habitantes de este municipio situado en el suroeste de la isla de Mallorca. Como ahora, recibían en su estadio, Sa Plana, a un equipo Champions: en ese caso el Sevilla. Ya antes habían eliminado al Real Oviedo. Frente a los hispalenses, fue un partido cerrado, donde a los entonces dirigidos por Julen Lopetegui les costó adelantarse...tan solo para recibir el empate instantes después. El Andratx se atrincheró en su portería y logró llevar el partido a los penaltis, donde la fortuna no les sonrió.
Rafa Ribot, presidente del club que atiende a El Debate, recuerda esa experiencia: «Ojalá ahora sea igual. Eran un equipo de Champions, como la Real ahora. Dimos buena imagen llegando a los penaltis. Ahora hay que tener los pies en el suelo, cada partido es un mundo. La Real Sociedad está haciendo el mejor fútbol de España, tenemos un porcentaje muy bajo de pasar la eliminatoria, pero siempre con esperanza»
Y es que Rafa sabe que ese precedente, de llevar al límite a un equipo muy superior, no tiene por que ser igual ahora. Por ello advierte de la posibilidad de que ese recuerdo juegue en contra de las ilusiones de la gente: «No quiero que la gente se crea que puede ser como hace dos años. Lo más evidente es que la Real gane, para eso son un equipo Champions. Pies en el suelo, hay ilusión pero puede ser un chasco».
Somos un pueblo de 10.000 habitantes que durante unas horas estaremos en el foco mediático
Para un equipo que milita en la Segunda División RFEF, que equivale a la cuarta categoría del fútbol español, un partido así significa mucho más que los 90 minutos en los que el balón rueda sobre el césped. Es la oportunidad de una vida para un grupo de jugadores que no soñaban con poder recibir en su estadio a futbolistas de la talla de los Take Kubo, Mikel Oyarzabal o Martín Zubimendi.
El 80% de la plantilla del Andratx tiene que convalidar su profesión futbolística con otro trabajo que les permita llegar a fin de mes y no pasar apuros económicos. «Hay un comerciante, un jardinero y también hay estudiantes» nos desvela el presidente. Ahora, todas esas personas abandonarán sus problemas y quehaceres diarios para recibir a un equipo que, apenas una semana después, estará jugando en San Siro ante el Inter subcampeón de Europa buscando terminar primero de grupo en Champions.
No únicamente para los jugadores será un día único, también para el pueblo, los aficionados y toda esa gente vinculada al club. «Solo por la repercusión del partido la gente ya va a mirar en un mapa donde está Andrach. Somos un pueblo de 10.000 habitantes que durante unas horas estaremos en el foco mediático» nos cuenta Rafa Ribot.
A nivel económico, un partido así significa un ingreso extra que es oro para equipos humildes, aunque el Andratx ha preferido jugar en su pueblo, ante su gente, que irse a un estadio más grande donde quepan más. «Hay dos vías económicas, por un lado la compensación por pasar la eliminatoria que es de 29.000 euros. Por otro lado la taquilla: la nuestra no va a ser nada del otro mundo, en nuestro estadio solo caben 1.700 personas y hemos vendido 1.000 entradas, el resto van para miembros del club, invitaciones, sponsors..» nos cuenta el presidente de la institución.
Y es que el estadio del equipo ha sufrido una remodelación en los últimos años que ha limitado la capacidad. En el comentado partido ante el Sevilla de hace dos años, fueron 2.200 personas. Ahora serán 500 menos. «Hemos hecho remodelaciones, puesto asientos y se ha perdido bastante capacidad. Antes la gente se apelotonaba más, pero ahora con asientos no se puede hacer y se ha limitado el espacio» argumenta Rafa Ribot.
Hablando del ambiente que se respira en estos días previos al gran partido, el presidente nos cuenta con emoción que «la gente está muy animada. Es un pueblo donde nos conocemos todos. La gente está feliz y con ganas del partido, aunque algunos están tristes por no haber logrado entrada. Yo digo lo mismo que dije ante el Sevilla: este partido es una fiesta para los socios y para la directiva y tiene que ser en este campo. No puede ser en otro».
Una de las imágenes del sorteo de esta ronda de Copa, que se produjo el pasado 15 de noviembre, la protagonizó precisamente el Andratx. Justo antes de salir la bola de su rival, los futbolistas del conjunto balear seguían el sorteo a través de televisión junto a aficionados y trabajadores del equipo. Algunos de ellos tenían claro su favorito para medirse en la segunda ronda: «Athletic, Athletic, Athletic», coreaban. Les tocó la Real Sociedad.
«A veces las imágenes no son lo que equivale a la realidad» nos cuenta Rafa Ribot. «Nosotros teníamos tres preferencias en el sorteo: Real Betis, Athletic Club y Real Sociedad. De los tres, uno nos tocó así que estamos muy contentos».
«Llevamos una semana organizando esto junto al Ayuntamiento. Hay que organizar las gradas, la policía, que todo sea lo más adecuado. Es un campo muy pequeño y el parking también es muy limitado, hemos tenido problemas para colocar a la gente. En la tele todo es muy bonito pero hay mucho trabajo detrás», concluye un Rafa Ribot que tiene esperanza en lo que pueda lograr su equipo.
Este miércoles se acabará la cuenta atrás y el Andratx recibirá a la Real Sociedad dispuestos a otra gesta más. En un fútbol cada vez más enfocado a los de arriba, historias así, de gente modesta, que comparten una misma comunidad, reconectan al espectador con la esencia fundadora del deporte y potencian el carácter de este juego que siempre está ofreciendo historias en cualquier lugar del mundo. Por pequeño que sea.