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Jenni Hermoso estará en las campanadas de TVE por nada que tiene ver con el fútbol

Jenni Hermoso estará en las campanadas de TVE por nada que tiene ver con el fútbolGTRES

Jenni Hermoso, del fútbol a la farándula

Estará en las campanadas en TVE no por su desempeño en el fútbol ni por ser campeona del mundo sino por dejar que la izquierda le convierta en un icono tras el beso de Rubiales

Jenni Hermoso es campeona del mundo. En España, país futbolero por excelencia, solo hay 46 personas que son campeones del mundo: los 23 hombres que lo lograron en 2010 y las 23 mujeres que lo consiguieron en 2023. Jenni es como Alexia, Aitana, Carmona, Salma, Esther, Mariona... una futbolista que logró una hazaña deportiva.

Pero Jenni es algo más. Ya no solo es futbolista. No quiere ser solo eso. Es también un símbolo para una parte de la población que no dudó en utilizar a la jugadora madrileña en causas que nada tienen que ver con el deporte. Es el referente de quienes incluso jamás vieron un partido de fútbol femenino ni tampoco le ponían cara antes del improcedente y vergonzoso beso (se juzga todavía si delictivo) de Luis Rubiales.

La presencia de la futbolista en las campanadas de Televisión Española refleja cómo Jenni construye su figura mediática lejos del fútbol. Poco a poco se va pasando del deporte a la coloquialmente llamada farándula, sin que sea nada negativo la farándula. A Hermoso –porque así quiere ella– no se la ve ya como una gran futbolista –que lo fue– sino como un personaje social al que la izquierda política convierte en icono por nada que tiene ver con su profesión y a la que ahora la televisión del sanchismo da su hueco en el momento de mayor consumo televisivo del año.

TVE justifica la presencia de Hermoso por ser «considerada una de las mejores jugadoras del mundo», algo que no es cierto, ya que ni estuvo entre las 30 primeras del reciente Balón de Oro que ganó una española, Aitana Bonmatí. Hermoso no aparecerá en las campanadas de TVE por su profesión ni por ganar el Mundial (también lo lograron otras 22). Tampoco por su relevancia futbolística, ahora muy menor al estar jugando en México. Estará por un beso, el que le dio Rubiales en la final de ese torneo. Por sufrir el beso, concretamente, un beso que se condena sin paliativos.

El momento más polémico del año, el hecho por el que Hermoso se convirtió en un símbolo para parte de la población

El momento más polémico del año, el hecho por el que Hermoso se convirtió en un símbolo para parte de la poblaciónGTRES

Jenni, que ya era una gran futbolista antes del Mundial (mejor incluso que ahora), queda desdibujada como jugadora, sin ningún titular futbolístico porque ella misma se encarga de que su figura sea destacada por otras razones. Ella lo acepta con el argumento, como explica TVE, de «brindar por la igualdad en el año 2024». ¿Alexia Putellas, Olga Carmona, Cata Coll o Esther González, por citar a otras campeonas, no brindarían por la igualdad?

Un caso jugoso para el Gobierno

Es indudable que el caso Jenni Hermoso, un caso al que no se debe restar importancia al ser un comportamiento impropio y chulesco del ya expresidente de la Federación, fue impulsado por el Gobierno de la Nación con el objetivo de que la atención se desviara, crucificar al Luis Rubiales que habían protegido durante años y haciendo suya la causa para ganar adeptos y ahora para conseguir más audiencia.

Hermoso, mayor de edad y plenamente consciente de lo que hace, elige tener un hueco en aquello que va más allá del deporte al entender, de forma lícita, que su figura trasciende su profesión futbolística y que será más relevante estar en otro foco que en el estrictamente deportivo. Se centra más en la denominada coloquialmente farándula.

Jenni Hermoso tiene todo el derecho a llevar su vida como quiera, de forma libre e independiente, así como centrar su carrera ahora en asuntos no deportivos, el mismo derecho que tienen quienes critican a la madrileña y quienes ven que el beso –repetimos, condenado desde el inicio, acto machista y en juicio actualmente para saber si es delictivo– ha acabado por elevar su figura. Jenni es hoy más famosa y más aplaudida por ese beso en el que se sintió «vulnerada y víctima de una agresión», agresión que denunció cinco días después de la final tras cachondearse del hecho durante un día e irse otros dos de fiesta a Ibiza.

Figura clave en el crecimiento del fútbol femenino en España, algo que ya era así antes de ganar el Mundial, Jenni antepone eso y elige que el foco mediático lo tenga no por el deporte y sí por aquello que nada tiene que ver el fútbol. Como escribió Mario de las Heras en este periódico, las futbolistas que ya no quieren ser solo campeonas del mundo, sino símbolo feminista.

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