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Peña en un entrenamiento con el BarcelonaEFE

Iñaki Peña, el portero paciente que supo esperar su oportunidad en el Barça

Nacido en Alicante, en marzo de 1999, y con Víctor Valdés como referente en la portería, la carrera de Iñaki Peña ha distado bastante de ser un camino de rosas. Si algo ha caracterizado su corta trayectoria hasta el momento ha sido su paciencia y saber esperar.

Tras estar en las categorías inferiores de Alicante y Villarreal, en 2012, siendo aún un niño, se incorporó a La Masía para pasar a formar parte del Barcelona. En cuanto le llegó la llamada, no lo dudó. Era el club de su ídolo y en el que se veía jugando en el futuro. Ni el esfuerzo económico del Villarreal por retenerle funcionó ante la esperanza de un sueño.

Paso a paso, fue escalando puestos en la cantera barcelonista, quemando etapas y categorías. Siempre con la esperanza del primer equipo del Barça en el horizonte. En ese sueño, se encontró dos inconvenientes. Por un lado la obvia calidad de Marc-André ter Stegen, que copa el primer puesto de la portería blaugrana; en segundo lugar, Arnau Tenas, su amigo y competidor en la cantera del club.

Arnau, del 2001 y por tanto dos años menor que Iñaki, es otro portero que ha destacado en las categorías inferiores del club. El Barcelona, ante la imposibilidad de tener a los dos en el banquillo, debía apostar por uno, y esa decisión se tenía que hacer el pasado verano.

Tenas es un portero con mayor capacidad sacando el balón, con un gran desplazamiento largo e incluso ciertas dosis de creatividad para ser portero. Es escuela Barça, por lo tanto. Sin embargo, esa capacidad se vuelve, en ocasiones, en un exceso de confianza que juega en su contra, provocando errores de valor gol. Además, parando, saliendo en centros laterales y aguantando en el mano a mano ante el rival es menos seguro. Por lo tanto, el Barça apostó por Iñaki y Arnau se fue a París, donde le llamó Luis Enrique para ser el suplente de Gianluigi Donnarumma.

La milagrosa parada de Iñaki Peña ante el Atlético MadridEFE

Iñaki ya había salido del Barça antes, aunque a corto plazo y con la certeza de un regreso. Fue en la segunda mitad de la temporada 2021/22, cuando se marchó cedido al Galatasaray. Este destino no es casualidad ni fruto de una inesperada conexión del portero con Turquía, sino que, al igual que Arnau con Luis Enrique, alguien que le conocía le llamó.

Fue Domènec Torrent, miembro del cuerpo técnico de Pep Guardiola entre 2008 y 2018 y, en ese momento, primer entrenador del club de Estambul. Iñaki llegó ahí, se hizo con la titularidad de inmediato, y el destino le guardó una caprichosa coincidencia.

El 10 de marzo de 2022, Iñaki Peña jugó por primera vez en el Camp Nou. Pero no defendiendo al Barça, sino al Galatasaray. Ese encuentro, que le tuvo a él como héroe, se saldó con un 0-0. La vuelta, en la capital turca, la resolvió el Barcelona 1-2 para acceder a los cuartos de final de esa edición de la Europa League.

Acabada esa experiencia en el este de Europa, Peña volvió al Barcelona para ser el segundo portero y suplente de Ter Stegen. La pasada campaña, que tuvo al guardameta alemán como uno de los grandes héroes del campeonato liguero del club, Peña la resolvió con apenas cinco partidos jugados: dos de liga, dos de Copa del Rey y uno de Champions.

Esta temporada parecía depararle los mismos derroteros, pero la inoportuna lesión de Ter Stegen le ha brindado su oportunidad. Ha jugado los últimos cuatro partidos del club, donde ha encajado seis goles en los que poco podía hacer, y se espera que sea el portero titular del equipo hasta la vuelta del alemán a mediados de febrero.

Antes del encuentro ante el Girona, le preguntaron a Xavi si el club tenía planeado acudir al mercado invernal para suplir la ausencia de su portero titular. La respuesta fue rotunda: «No es una opción fichar a otro portero».

Por lo tanto, el club le da confianza a un Iñaki Peña que quiere aprovechar su gran oportunidad. Peña es un portero que se maneja bien con los pies, aunque no con el grado de maestría y confianza de Ter Stegen o Arnau, que es consciente de sus limitaciones y que deja pocos errores no forzados. Algunos le acusan de ser «bajito» (1,85m), pero tiene reflejos y estirada como demostró en el partido ante el Atlético Madrid (1-0).

Es obvio que sin Ter Stegen el Barça pierde seguridad y capacidad de obrar milagros, dentro de una línea defensiva que ya se está viendo suficientemente vulnerable, pero lo que está claro es que Iñaki Peña lo dará todo por aprovechar la oportunidad que ha estado luchando toda su vida.