El abandono de Marco Asensio en París y la difícil pelea por abrirse un hueco

Marco Asensio abandonó el Real Madrid el pasado verano tras siete temporadas en el club blanco para recalar en París y ponerse a las órdenes de Luis Enrique. Lo hizo como agente libre, dejando a sus espaldas una etapa de éxitos, muchos trofeos, algún gol muy importante y un pequeño ostracismo en su etapa final que le empujó a buscar nuevos retos. La ciudad del amor fue el destino.

Por mucho que el talento innato, las horas de trabajo que se echen y el sacrificio que se ponga son esenciales a la hora de que uno triunfe en su ámbito laboral, sea el fútbol o cualquier cosa, el componente de azar es tal vez lo más importante de todo. Estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Que la suerte te sonría a ti y no a otro. La etapa de Asensio en París, por desgracia para él, no se está caracterizando por ahora por la suerte.

El exjugador de Mallorca, Espanyol y Real Madrid empezó bien su andadura en el PSG, siendo importante. En las primeras cuatro jornadas, fue titular en tres de ellas. Marcó dos goles (ante Lens y Lyon) y parecía importante en los planes de Luis Enrique.

Es importante recalcar un tema de fechas en esta cuestión. La liga francesa arrancó el 11 de agosto, con 20 días de mercado de fichajes aún por delante, y el PSG se dejó sus deberes para el final. Ousmane Dembélé llegó a París el propio 11 de agosto, Bradley Barcola el 30 de agosto y Randal Kolo Muani el 31, el último día de mercado. Jugadores que compiten por un puesto con Marco se encontraron con esa desventaja inicial, de directamente no estar o de necesitar rodaje con sus nuevos compañeros. Y Asensio aprovechó su oportunidad.

Jugando como delantero centro, donde ya el propio Luis Enrique le había probado en la selección española, o tirado a la banda derecha, Asensio participaba donde le ponían y estaba contribuyendo con juego y goles. Pero entonces le llegó la mala suerte.

España le convocó y el virus FIFA se ensañó con él. En el partido que enfrentó a España contra Georgia, en el minuto 44 de la primera parte, con un ya asombroso 0-4 reflejando en el estadio, Asensio, que había contribuido con una asistencia, cayó lesionado. Una lesión en el pie. Tardaría más de dos meses en volver.

Tiempo suficiente para que sus compañeros se adapten al sistema de juego, creen relaciones entre ellos y empiecen a edificar el equipo. En una fase de proyecto embrionario como es este PSG, con nuevo entrenador y el adiós de Verratti, Neymar y Messi en verano, dos meses es el mundo.

A Marco se le dio el alta médica el 23 de noviembre. Desde entonces el PSG ha jugado seis partidos, y Asensio apenas suma 40 minutos disputados. Cero ante Mónaco y Le Havre, nueve contra el Newcastle y otros nueve contra el Borussia Dortmund, diez contra el Lille y doce contra el Nantes. Es normal dosificar a un jugador que vuelve de lesión, pero esto es algo más, es una pérdida de jerarquía en el vestuario.

Por si fuese poco, en ese último encuentro ante el Lille, Asensio entró en el tramo final con su equipo ganando y, un grave error suyo en un pase, propició el empate rival en los instantes finales.

Para recapitular sus opciones de jugar, hay que entender lo que está construyendo Luis Enrique. Dentro del 4-3-3 o 4-2-4 que está usando el asturiano en París, los puestos de ataque se dividen en tres posiciones para jugadores con un rol atacante y otros tres para jugadores con alma más centrocampista.

En el primer apartado es difícil entrar, las opciones que maneja el club ahí son Kylian Mbappé, Randal Kolo Muani, Gonçalo Ramos, Ousmane Dembélé y Bradley Barcola. Los cinco le han supuesto al equipo un total de 435 millones de euros.

En el segundo apartado también está complicado. El uruguayo Manuel Ugarte le da mucho equilibrio al equipo, el jovencísimo Warren Zaïre-Emery es la gran apuesta del club de cara al futuro y el portugués Vitinha parece llevar la delantera ocupando ese último puesto. Ante el Dortmund en la última jornada de Champions, Luis Enrique quiso ser más ofensivo, prescindió de Ugarte, atrasó a Vitinha y le hizo hueco al surcoreano ex del Mallorca Kang-In Lee. Es decir, la competencia es feroz y Asensio tiene a varios por delante en la cola.

Asensio puede jugar de falso 9, tirado a ambas bandas o como ese centrocampista más ofensivo, casi un mediapunta, que está utilizando Luis Enrique, ya sea como interior más adelantado o como extremo que se mete por dentro, pero en todas esas demarcaciones tiene a gente por delante.

A favor de Marco también hay argumentos. La polivalencia para desempeñar diferentes roles, su capacidad de disparo que siempre te acerca al gol y el dominio del PSG en competición nacional, que le permite rotar mucho y repartir minutos entre todos. Ahora él sabe que tendrá que aprovechar sus oportunidades para que cuando el equipo se juegue la temporada en noches primaverales, él sea de la partida.