Así se gestó la victoria de la Superliga y el Real Madrid: se terminó el monopolio de UEFA y FIFA
A22 Sports, la empresa que lidera la Superliga, considera que se terminó el monopolio de UEFA y FIFA en el fútbol y que se ha cumplido con el libre mercado europeo
Real Madrid y el Barcelona han destrozado el establishment, el poder político europeo del fútbol; ahora, muchos clubes que tuvieron miedo y se borraron querrán regresar a la Superliga para ganar más dinero
Tenían razón. Es de justicia. Es democracia. Es Europa, la pionera de la democracia. Y lo han conseguido dos equipos españoles. Es un hito histórico: han derrocado la dictadura de UEFA y FIFA.
Real Madrid y Barcelona, Florentino Pérez y Joan Laporta, están felices. Primero, por su victoria legal ante Europa y el mundo. Y segundo, por haber defendido una libertad de mercado que en Europa es inviolable. Les abandonaron muchos cuando solo defendían derechos ineludibles: poder competir y organizar torneos sin el control dictatorial de la UEFA y de la FIFA. Y lo han conseguido.
Real Madrid y Barcelona han tenido la valentía, solitos, traicionados por muchos clubes, de romper con el monopolio de UEFA y FIFA. Los dos grandes equipos españoles han sido los únicos que se atrevieron a continuar con exigir sus derechos en la Europa democrática mientras la mayoría de los grandes clubes se bajaron del carro presionados por cuestiones políticas sin tener la gallardía de defender unos derechos que eran suyos.
Florentino Pérez, Joan Laporta y Bernd Reichart, el consejero delegado de A22 Sports, empresa de la Superliga, están contentos por haber cambiado el planeta del fútbol. Pueden organizar la Superliga sin temor a represalias.
Florentino Pérez tenía la esperanza de esta victoria. Ya reflexionaba que no era vinculante el informe previo de Athanasios Rantos, portavoz del Tribunal de Justicia Europeo, que dijo que la UEFA no era un monopolio. El presidente del Real Madrid esperaba que la sentencia definitiva reconociera que UEFA y FIFA son monopolios y así ha sido.
La FIFA , la UEFA y la Liga española de Tebas se han llevado un buen golpe porque defendían un poder establecido en el fútbol que ya no es rentable como se ha demostrado con la reducción de ingresos que prevé Ceferin en la Champions.
El presidente del Real Madrid y el presidente del Barcelona abogan por una Superliga abierta en la que se entrará por meritocracia pero en la que será fundamental el enfrentamiento deportivo entre los grandes clubes que son la atracción del público y los que producen más dinero.
Real Madrid y Barcelona, integrados en A22 Sports, reflexionan tras el veredicto que su solicitud de crear un torneo fuera del control de la UEFA ha tocado fibras sensibles del poder político y deportivo continental, que se arrogaba no solo el mandato tradicional del fútbol, sino los mandos del deporte en general, apoyados en federaciones privadas que se otorgan la representación internacional de inscribir a las federaciones nacionales con la aquiescencia de los políticos de cada país. Todo ese poder establecido se ha acabado.
La UEFA, reafirmada como un monopolio
Hay alegría en Real Madrid y Barcelona porque la Justicia europea ha confirmado el poderío omnímodo de la UEFA y lo ha destrozado. Y se acabó que haya represalias contra equipos y jugadores, amenazados con no jugar las ligas de cada país si disputan la Superliga. Nada de eso. Libertad. No se comprendía que en un continente que aboga por la libertad de mercados, de personas y de fronteras se permitiera que la Unión Europea de Fútbol Asociado sea el único camino para poder jugar al fútbol de manera oficial. Ya puede jugarse fuera de la UEFA. La Superliga es la demostración.
Real Madrid y Barcelona, clubes que apoyan la Superliga, no entienden que en el continente más libre del mundo no hubiera libertad para trabajar fuera de un único control que además es una empresa privada, UEFA, como privadas son la Federación Española de Fútbol y la Liga Profesional. El fallo judicial deja claro que esa libertad de mercado es verdad y han zarandeado los sillones del establishment.
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, movió todos los cimientos de Europa con sus llamadas a todos los presidentes políticos europeos para que obligaran a sus clubes a salirse de la Superliga, liderada por Real Madrid, Barcelona y Juventus.
Boris Johnson frenó a los equipos ingleses, la federación italiana presionó a Inter y Milán, que se bajaron del proyecto, el Atlético se salió también y quedaron tres grandes que ahora son dos porque en esta lucha canallesca de poder la Juventus ha cambiado de dirigentes al ser denunciada en Italia por irregularidades económicas. Los nuevos accionistas se han desmarcado de la idea paneuropea para intentar evitar la sanción nacional. Ahora, Gravina, presidente de la federación italiana, ha vuelto a amenazar a sus clubes con el despido del calcio si se apuntan a la Superliga.
Esas son las presiones que recibieron todos los equipos continentales para que no se acercaran al proyecto de Real Madrid y Barcelona. Pues todas esas expresiones han quedado derrotadas por la libertad de mercado Europea y el Real Madrid y el Barcelona han quedado como triunfadores mientras todos los demás han quedado retratados.
Es curioso cómo el miedo de las presiones políticas y sociales de cada país echaron de la Superliga a muchos equipos, pero bastantes de sus dirigentes preguntaban periódicamente a la prensa cómo iba el asunto porque todos querían una Superliga que les otorgaba el doble del dinero que perciben hoy. Ahora, todos aquellos que criticaron a Florentino Pérez querrán volverse a subir al barco.
Se han ganado muchas batallas hoy. Los clubes ya pueden acudir a la Justicia ordinaria sin las amenazas de ser sancionados, una dictadura judicial que se atribuyen todas las federaciones deportivas continentales y nacionales para refrendar su poder y con la jurisprudencia creada hoy se ha acabado con todo ese poder amenazante.
La UEFA tendrá que plantearse su modelo
Lo que Real Madrid y Barcelona han conseguido es que la UEFA tenga que plantearse una evolución. El organismo que preside Ceferin se ha quedado anticuado y sentado en un poltrona de poder sin avanzar desde hace décadas. Lo piensan los grandes clubes, pero solo dos fueron valientes de pelear por ello. Hay equipos que quieren otra cosa, partidos de más calidad entre los mejores.
El propio Ceferin y su amigo Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, ya habían filtrado que ellos mismos deberían hacer la Superliga. Llegan tarde.
Es lo que Bernd Reichart, consejero ejecutivo de A22 Sports, quiso exponer cuando visitó la UEFA con la intención de negociar. Lo que debía ser una reunión con Ceferin se transformó en una encerrona en presencia de muchos directivos de clubes europeos, con Miguel Ángel Gil como máximo exponente de las críticas a la Superliga y especialmente a Florentino Pérez, su enemigo del alma. Ahora, Florentino Pérez ha ganado. ¿Qué hará Miguel Ángel Gil? Enrique Cerezo siempre abogó por la Superliga. Es práctico e inteligente y siempre habló de ello con Florentino Pérez.