El Barça gana sin brillantez a Osasuna y habrá clásico en la final de la Supercopa en Arabia

Habrá clásico en la final de la Supercopa de España. Como el año pasado. Para eso se llevó el torneo a Arabia, para que los saudíes disfruten de un Real Madrid - Barça. Es así porque el equipo de Xavi ha ganado por la mínima, sin gran sufrimiento pero sin ninguna brillantez, a Osasuna en la segunda semifinal (2-0).

Sigue vivo el Barcelona. Esa es la noticia. Xavi mantiene en pie a su equipo. Y lo hace con novedad: ha ganado un partido por más de un gol de diferencia. Bien es verdad que ese segundo gol llegó ya en el tiempo de descuento, es decir, que no estuvo tampoco con el duelo controlado, pero el 2-0 rompe la racha de 20 partidos sin ganar por más de un gol de ventaja.

Fue Lewandowski, después de fallar dos claras ocasiones, quien decantó una semifinal sosa. El partido no se pareció nada a la otra semifinal, el derbi madrileño. Ni en el ritmo ni en las ocasiones ni en la calidad de los equipos. A Osasuna no se le puede pedir más, es un mérito enorme lo que ha hecho y estar ya en Arabia en esta Supercopa. Al Barça sí. El Atlético de Simeone es mejor equipo que este Barça de Xavi, tiene más peligro y juega mejor. Por eso sigue siendo increíble que el 'Cholo' fuera a Montjuic, hace ya varias semanas, con tanto miedo. Perdió allí, claro.

En la primera parte vimos un control del Barça sin que a Osasuna le preocupara. Dominaban los culés sí (solo faltaría), pero los navarros estaban tranquilos para lo que podía ser. Un disparo fuera de Ferrán, un fallo de Lewandowski que paró Herrera, un cabezazo del polaco que rozó el palo. Poco más. Lo de Lewandowski merece un debate por mucho que fuera anotador después: falla mucho, prácticamente todo, y está lejísimos de su nivel.

A Osasuna por momentos se le vio nervioso, especialmente atrás, quizá superado por lo que supone esta Supercopa, que es jugar en Arabia con fuegos artificiales. Tuvo sus ocasiones, especialmente en un precioso recurso de Budimir que dejó tumbado a Araujo (literalmente le tiró con su regate), pero se estrelló ante Iñaki Peña.

Desequilibró esta semifinal Lewandowski en una jugada polémica por una falta previa de Christensen a Arnaiz no pitada. Cinco segundos después le llegó el balón al polaco, que desde la frontal del área remató bien, pero sin gran oposición. No le quitaremos aquí mérito. Fue un buen gol. Pero sabe Robert, como lo sabemos todos, que está a años luz de un nivel de élite.

Lo peleó Osasuna pero sin fuerzas. Tras una buena ocasión de Joao Félix (que fue suplente) y mejor parada de Herrera, Budimir rozó el empate. Las diferencias entre uno y otro equipo eran grandes. Un Barça en mínimos, sin sufrir pero sin brillar, ganó sin pestañear. No hubo la igualdad que sí tuvo la otra semifinal y Lamine Yamal en el tiempo de descuento acabó por sentenciar el partido en un contraataque. ¡Milagro! El Barça de Xavi ganó un partido por más de un gol de diferencia.

Habrá clásico en la final de la Supercopa. Será en Riad el domingo. El segundo Madrid-Barça de la temporada, la misma final que el año pasado. Arabia tiene su premio, caerá más dinero por tener ese clásico y el título puede marcar el devenir de la temporada.