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Los jugadores del Girona celebran un gol esta temporadaGTRES

¿Puede el Girona hacer lo del Leicester? Comparación de los dos equipos jugador por jugador

Llegados al ecuador de la temporada, la comparación entre la historia del Girona y la memorable gesta del Leicester City, ganando la Premier League hace ya ocho años, es inevitable. La historia de un equipo supuestamente de media tabla –ese Leicester tenía un perfil más bajo, de luchar por evitar el descenso– que se codea entre la élite y busca romper el orden preestablecido es una narrativa que siempre interesa a los espectadores.

El Girona ha sumado 48 puntos en la primera vuelta, un promedio de acabar el campeonato con 96 unidades; el Leicester campeonó en Inglaterra con 'tan solo' 81 puntos, aprovechando una temporada de transición de los grandes clubes. Aquel Leicester era un equipo millonario, con un rico empresario tailandés detrás, en una liga de aún más millonarios; el Girona es un club que tiene el apoyo del City Group detrás, con las oportunidades que eso supone, en una liga que se está empobreciendo y donde el dinero para fichar es caso.

Pero, ¿y futbolísticamente? ¿Hay similitudes entre estos dos equipos? Más allá de que los estilos sean bien diferentes, el del Leicester más contragolpeador y directo, el del Girona más propositivo y con patrones muy ricos en su forma de progresar, cabe detenerse en sus plantillas y, más concretamente, en sus equipos titulares.

Veteranía en la portería

Una de las grandes claves del título del Leicester fue su portero, el danés Kasper Schmeichel, hijo del mítico portero del Manchester United, Peter Schmeichel. Con 29 años en ese momento, Kasper fue esencial en el buen hacer defensivo de ese equipo y una de las individualidades más potentes del equipo. Tras muchos años en el equipo, Schmeichel se marchó a Francia, al Niza, y ahora disfruta de las postrimerías de su carrera en el Anderlecht belga.

Kasper Schmeichel en un partido con el Leicester CityGTRES

El caso de Paulo Gazzaniga, portero del Girona, es diferente. A sus 32 años, el guardameta argentino ha disfrutado de una carrera en la que nunca destacó especialmente en ningún lado. Varios clubes en Inglaterra –Gillingham, Southampton, Tottenham, Fulham– y en España –Rayo Vallecano, Elche– pero siempre luchando por sus oportunidades, sin llamar la atención. Ahora, en su segunda temporada en el equipo catalán, está disfrutando de regularidad y una buena racha. Ha mejorado considerablemente su juego de pies para ayudar al Girona a sacar el balón desde atrás y está dejando buenas paradas, pero no es el seguro atrás que el Leicester tenía con Schmeichel.

Diferentes formas de afrontar la defensa

Es difícil comparar las defensas de estos dos equipos porque, al ser su modelo de juego tan distinto, la forma de jugar está en las antípodas. Ningún defensa de este Girona sería titular en aquel Leicester, ni viceversa, pero no por cuestión de nivel, sino por estilo y adecuación al sistema.

Aquel Leicester construyó su defensa –Danny Simpson, Wes Morgan, Robert Huth y Christian Fuchs– con jugadores veteranos, poco aseados con el balón –el austriaco Fuchs sí tenía un gran golpeo–, pero que defendían, en contextos de bloque bajo y líneas juntas, de manera muy sólida.

Paradigmático es el caso de sus centrales, Morgan y Huth, lentos, sin juego con balón y faltos de cintura, pero auténticas rocas defendiendo el área. Hoy en día, el único de esos cuatro que sigue en activo es el lateral derecho Danny Simpson, a sus 37 años, en el modestísimo Macclesfield de la séptima división inglesa.

Este Girona está formado por una mezcla de jóvenes que buscan revivir sus carreras tras salir de grandes clubes –es el caso de sus laterales, Eric García y Miguel Gutiérrez– y de veteranos que aportan su experiencia y calma al grupo, ya sea para defender –David López es su mejor defensor en lo que propiamente es defender– y el neerlandés Daley Blind, procedente del Bayern Múnich y un privilegiado sacando el balón.

Incluso sus roles son bien diferentes. Si bien en el Leicester los laterales seguían un patrón más clásico, de subir la banda y centrar, en el Girona se han sumado a la vanguardia de invertir sus posiciones –por derecha, Eric se comporta como un tercer central; por izquierda, Gutiérrez se posiciona de interior–.

Aleix y Kanté como paradigmas

El mediocampo también funciona, como siempre hace en cualquier equipo, como paradigma de las intenciones. En el Girona está destacando Aleix García, un mediocentro que, tras pasar por multitud de equipos, está brillando ahora como metrónomo, organizando desde atrás. En el Leicester la figura en el medio era el, entonces joven, N´Golo Kanté. Procedente del modesto Caen, el jugador francés y su constante recorrido y esfuerzo fueron esenciales para explicar el modelo del Leicester.

Kanté fue nombrado centrocampista de la Temporada de la UEFA Champions League 2020/21AFP

Aleix está acompañado por Iván Martín, que destaca mucho aguantando el esférico y llegando desde atrás y, en un principio, el venezolano Yangel Herrera. Tras la lesión de este último, Martín ha atrasado su posición y ese puesto restante se lo están repartiendo entre Pablo Torre, cedido por el Barcelona, y el ucraniano Viktor Tsygankov.

Mientras el Girona juega con tres medios, ese Leicester solo lo hacía con dos, aunque el japonés Shinji Okazaki –que luego pasó por Huesca y Cartagena– tenía funciones de media punta similares a las que pueden tener Iván Martín o Pablo Torre.

Sávio, el Mahrez del Girona

Por fuera viene la magia. En el caso del Girona con sus dos extremos brasileños –Yan Couto y Sávio– que aportan el desequilibrio y la creatividad desde el regate que siempre se necesita para romper bloques rivales. Aunque Sávio juegue por la izquierda y Riyad Mahrez lo hiciese en la derecha, se puede comparar la magia de ambos extremos como la clave para abrir marcadores y superar mediante regates al rival.

Mahrez celebra un gol del City en el BernabéuAFP

El otro extremo de ese Leicester era el inglés Marc Albrighton, menos barroco y creativo que los otros nombres mencionados, pero de mucho trabajo llegando al área, conduciendo hasta línea de fondo o esforzándose sin balón.

Dovbyk y Vardy, el gol

Por último, los ambos delanteros, que comparten ciertas similitudes en sus historias, como venidos del extrarradio y aprovechando una oportunidad tardía en sus carreras. Vardy se había pasado toda su carrera en el infrafútbol inglés, descendiendo hasta la quinta categoría con el modesto Fleetwood Town, hasta aprovechar esta ventana de oportunidad que se le abrió. Su récord de jornadas consecutivas marcando, sus carreras al espacio, sus remates de primeras y, en definitiva, sus 24 goles en aquella Premier League, explican la consecución del campeonato. Hoy en día es, junto a Albrighton, el único que sigue en el club.

Dovbyk había pasado por Ucrania y Dinamarca sin destacar en exceso, su fichaje por el Girona el pasado verano no llenó portadas y, sin embargo, no se podría explicar la temporada del club catalán sin él. 11 goles y cinco asistencias en 18 partidos de liga que le sitúan como uno de los grandes jugadores de lo que llevamos de campeonato.

Míchel y Ranieri, las mentes pensantes

Comparten la similitud de que, parecía, nunca habían llegado a tiempo a sus equipos. La carrera de Míchel es mucho más corta, obviamente, con experiencias únicamente en el Rayo Vallecano y el Huesca antes de desembarcar en el Girona. Equipos donde el coqueteo con el descenso y los malos resultados eran lo habitual.

No es cuestión de repasar ahora la inmensa carrera del italiano Claudio Ranieri, desde sus experiencias en España –Valencia y Atlético Madrid–, grandes clubes europeos –Juventus, Chelsea, Inter– o incluso selecciones –Grecia– pero la gloria siempre se le había escapado a un técnico que, en aquella temporada, enamoró a todos. Actualmente, dirige al Cagliari, de nuevo metido en batallas por el descenso. A sus 72 años bien se podría haber retirado en la cumbre tras su etapa en el Leicester, pero, como dicen, un hombre puede cambiar de todo menos de pasión.

Ranieri es una leyenda del Leicester CityGTRES

Hay que ver si el Girona tiene alguna estrella como tenía aquel Leicester, que luego Kanté fue pieza esencial en un Chelsea que lo ganó todo y lo mismo se puede decir de Riyad Mahrez en el Manchester City. Incluso Vardy, rechazando al Arsenal, prefirió el amor por los colores antes que los éxitos colectivos y el reconocimiento individual. Aleix es un gran jugador pero no es tan joven y proyectos como Miguel Gutiérrez o Sávio tienen una pinta fantástica, pero habrá que ver cuál es su techo. Por ahora, disfrutemos el camino.