Del portazo de Ancelotti a unos pésimos resultados: el caos de la selección brasileña

Quién se lo iba a decir a toda una pentacampeona del mundo. Nadie contaba con ello, pero la realidad es que la selección brasileña, la considerada para muchos como la mejor de la historia, está viviendo sus horas más bajas. Y lo que es peor: el futuro más cercano no pinta nada bien y muchos se temen un descenso a los infiernos.

Por la selección brasileña de fútbol pasaron leyendas como Pelé, Ronaldo Nazario, Roberto Carlos, Sócrates, Rivaldo, Zico, Ronaldinho, por citar varios ejemplos. Y nos quedamos cortos. Podríamos dedicar un artículo entero a los grandes jugadores que ha dejado Brasil. Sin embargo, en la actualidad, la Canarinha dista mucho de esa selección que enamoró a tantos y tantos aficionados durante décadas.

A Brasil le falta un gran líder y todo son jóvenes promesas (Vinicius, Endrick, Rodrygo...) a las que les queda mucho por demostrar en el fútbol. Se esperaba mucho de un futbolista como Neymar. Y es una pena. Una selección como Brasil no se merece pasar por el ostracismo. Pero en ocasiones el fútbol es muy cruel y no entiende de dinámicas.

Siempre se espera mucho de la selección brasileña. Brasil es un país muy exigente en lo que a fútbol se refiere y todo lo que no sea ganar sistemáticamente no sirve. El problema es que han sido varios los asuntos que están perjudicando al combinado carioca. En las próximas líneas se repasarán los principales.

Lío con el seleccionador

A lo largo de su historia la selección brasileña de fútbol ha contado con una larga retahíla de entrenadores. Sin embargo, los más recientes han sido Luiz Felipe Scolari, Carlos Alberto Parreira, Dunga, Mano Menezes, Tite y Fernando Diniz, quien fue destituido el pasado 6 de enero por una dinámica de resultados paupérrima.

Y con el cese de Diniz, la Canarinha se encuentra en la actualidad en un periodo loco. Acaban de nombrar seleccionador, sin ningún tipo de euforia, a Dorival Júnior, un técnico que viene de Sao Paulo. El presidente de la Federación Brasileña, Ednaldo Rodrigues, aseguró con vehemencia que Diniz seguiría hasta mediados de 2024 y que después sería Carlo Ancelotti el que lideraría a Brasil en la Copa América de 2024. Y ni una cosa ni otra. Ancelotti renovó con el Real Madrid hasta 2026, plantó a la Canarinha y el presidente de la federación brasileña ha echado a Diniz.

Para resumir. Brasil tenía un seleccionador (Tite), al que destituyeron tras el Mundial. Pusieron a Diniz, a su vez entrenador de Fluminense (con el que ganó la Copa Libertadores), como interino hasta que llegara Ancelotti. Carlo renovó con el Madrid, Brasil se quedó sin él y en vez de mantener al que era interino le echan para tener que encontrar ahora a uno nuevo.

La justicia entra en la federación

Ser presidente de la CFB (Confederación Brasileña de Fútbol) requiere de una gran responsabilidad. Hoy en día, el máximo mandatario es Ednaldo Rodrigues, un tipo al que el Tribunal Supremo de Brasil había cesado tras recibir una amenaza por parte de la FIFA que decía que la selección brasileña podría ser expulsada de los torneos internacionales por injerencias en la Confederación.

Finalmente, esa sentencia quedó anulada y Ednaldo Rodrigues volvió a ocupar el puesto de presidente de la CFB. Y la primera medida que tomó fue la de destituir a Diniz. Rodrigues fue quien dio más por hecho que Ancelotti sería su próximo seleccionador.

Un caos en lo deportivo

Más allá de los problemas extradeportivos (que son muchos), los deportivos tampoco se quedan cortos. La historia indica que Brasil debería ser un fijo en la celebración de cualquier Mundial de fútbol, pero la realidad es que en la fase de clasificación no van nada bien. La Canarinha ocupa la sexta posición, tiene siete puntos y para el Mundial de 2026 sólo se clasifican seis de forma directa y uno a través de la repesca.

Aun así, una selección de la talla de Brasil debería aspirar a ocupar los puestos altos de la fase de clasificación. Lo más reciente ha sido un empate frente a Venezuela (1-1), tres derrotas frente a Uruguay (2-0), Argentina (0-1) y Colombia (2-1). Si la situación no mejora, la selección llegará a la Copa América con la moral por los suelos.

El último Mundial y Copa de América también fueron un auténtico desastre. Brasil llegó a la cita de Qatar con una sequía de 20 años sin levantar la ansiada Copa del Mundo y le pudo la presión. Se clasificó en fase de grupos, pero fue llegar a cuartos de final y Croacia la mandó para casa en la tanda de penaltis. Y en el caso de la Copa América, el combinado brazuca perdió la final en su país frente a Argentina.

En definitiva, la situación actual de Brasil no parece tener solución. Deben tomar medidas urgentes para, al menos, intentar salvar su honor y conseguir volver al lugar donde, por historia, se merece.