Memphis Depay se viste de héroe y le da el pase a las semifinales de Copa al Atlético de Madrid

El Atlético de Madrid está en semifinales de la Copa del Rey. Para ver escrita esta afirmación había que retroceder hasta la temporada 2016-2017, año en el que el equipo rojiblanco cayó eliminado en manos del Barcelona. Siete temporadas después, el equipo de Simeone regresa a la penúltima ronda del torneo del KO gracias a un gol de Memphis, ese delantero denostado que ha salvado al conjunto colchonero en dos eliminatorias (1-0).

El ambiente en el Cívitas Metropolitano era esplendoroso. No cabía ni un alfiler en las gradas del templo rojiblanco. Se notaba que estaba en juego el último billete para las semifinales de Copa, esas en las que ya están Real Sociedad, Mallorca y Athletic Club. Y en ese sentido, Atlético y Sevilla se tenían muchas ganas. No todos los días se consigue pasar a la penúltima ronda de un torneo tan vibrante como es el del KO.

El inicio de partido se caracterizó por ser pausado. Ambos equipos optaron por mantener la posesión y no arriesgar más de la cuenta. Pero era el Sevilla el que estaba teniendo más el balón en los primeros compases. Y el Atlético decidió esperar atrás.

Sin embargo, con el paso de los minutos hubo un cambio de roles bastante evidente. Dado que el Sevilla no estaba siendo capaz de adelantarse en el marcador, el Atlético aceleró y, poco a poco, se fue acercando a la portería defendida por Nyland. El gol podía llegar en cualquier momento y en una jugada sin apenas peligro, Gil Manzano decretó pena máxima a favor del conjunto rojiblanco.

Antoine Griezmann adquirió toda la responsabilidad. El delantero galo se resbaló a la hora de tirar el penalti y lo mandó a las nubes. Ese fallo recordó, y mucho, a ese mítico lanzamiento que John Terry (excapitán del Chelsea) tiró fuera en la tanda de penaltis de la final de Moscú 2008 contra el Manchester United.

Fallar el penalti desmoralizó ligeramente al Atlético. Habían desaprovechado una magnífica ocasión de irse ganando al descanso. Y fue ahí donde el Sevilla volvió a ver un pequeño halo de esperanza. El de este jueves recordaba, y mucho, al encuentro liguero que disputaron ambos equipos el pasado 23 de diciembre. Es decir, partido de idas y venidas, pero sin grandes ocasiones de peligro. Así se llegó al descanso. Todo por decidir en la segunda mitad.

Si el primer tiempo había estado igualado, la segunda mitad, al menos en los primeros minutos, fue distinta. El Atlético se hizo con el control del balón y empezó a llegar con más dinamismo y facilidad al área del Sevilla. Para intentar contener el control del Atlético, Quique Sánchez Flores optó por meter más veteranía en la sala de maquinas y Oliver Torres le dejó su sitio al croata Ivan Rakitic.

La grada del Metropolitano empezó a hacer de jugador 12 y llevó en volandas a su equipo. Y cuando la afición rojiblanca está encendida... ya se sabe lo que suele pasar: el equipo de Simeone se crece y empieza a ser ese conjunto eléctrico que rara vez pierde los partidos que se disputan en el feudo colchonero.

Pasados los diez primeros minutos del segundo tiempo, se confirmó lo que se vio al principio. Un Atlético dominador y un Sevilla replegado atrás en busca de un contraataque. Y para buscar algo más de frescura en ataque, Simeone cambió a Morata y Griezmann para dar entrada a Ángel Correa y Memphis.

El Atlético se estaba mereciendo el gol. Pero el equipo rojiblanco no se encontraba tan lúcido como otros días. Le faltaba un puntito extra de claridad de cara a puerta. Eso sí, la actitud y las ganas de salir victorioso se mantenían intactas. El público del Metropolitano no se explicaba cómo su equipo no estaba siendo capaz de ganar un partido que se estaba mereciendo claramente.

Hasta que se llegó al 79'. El Atlético dijo basta y Memphis fue el más listo de la clase para anotar ese 1-0 que provocó el rugido del Metropolitano. Con el gol del delantero neerlandés, el Atlético se soltó la melena y se fue en busca del segundo tanto.

El final de partido fue agónico. El Sevilla apuró sus opciones hasta el último segundo. Hubo tiempo para que Gil Manzano señalara penalti, pero el VAR le dijo al colegiado extremeño que el contacto no era suficiente. El Sevilla no daba crédito. Acto seguido, se llegó al final del partido y la afición rojiblanca celebró con alegría el pase a semifinales.