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Bernd Reichart, el CEO de A22 Sports, empresa promotora de la SuperligaFC Barcelona

La Superliga advierte a la UEFA de que tiene pruebas de sus amenazas a clubes, prohibidas por el TJUE

El proyecto de la Superliga en el fútbol europeo y la UEFA siguen con su guerra abierta y este miércoles A22 Sports, la empresa promotora del proyecto de Superliga, ha exigido a la UEFA que cumpla las leyes de la Unión Europea y las resoluciones judiciales y que «ponga fin a sus actuaciones en curso destinadas a obstruir las actividades de A22».

En un comunicado, A22 Sports recuerda que «estamos liderando un diálogo público sobre el futuro del fútbol europeo de clubes» después del impulso que recibió este proyecto el pasado 21 de diciembre con la histórica decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que daba luz verde a que en Europa se pueda celebrar una competición de manera externa a la UEFA.

Así, la Superliga exige al organismo que manda en el fútbol europeo «que cese y desista inmediatamente de los comportamientos anticompetitivos que tienen como objetivo excluir a A22 del mercado europeo de competiciones de clubes». Esto en la práctica es que explican que no se obstruya el proyecto de la Superliga con amenazas. Y tampoco que se engañe a la opinión pública de lo que están haciendo.

Y es que desde A22 Sports explican que Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, tergiversó el contenido de una carta que mandó este martes, de ahí que ellos ahora la hagan pública. En esa misiva los promotores de la Superliga aseguran tener pruebas de «las amenazas de sanciones dirigidas a varios clubes europeos», algo ilegal a tenor de lo dictado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

«Desde abril de 2021, el comportamiento y las acciones anticompetitivas de la UEFA hacia A22 (con el apoyo de varias federaciones y ligas nacionales que actúan de forma coordinada con la UEFA), han sido con el objetivo de frustrar las iniciativas comerciales de A22», dice la Superliga, que añade que esas acciones «incluyen la denigración constante e inaceptable de la reputación de A22 en los medios y en otros lugares y las presiones y amenazas a los clubes europeos por detrás para evitar que consideren proyectos potenciales que involucren a A22 y para presionarlos a anunciar su apoyo público a las competiciones de la UEFA».

«Además de ignorar una orden judicial válida, el comportamiento de la UEFA y el abuso de su posición dominante también han tenido el efecto de inducir a varias contrapartes a incumplir contratos privados, lo cual es un ejemplo obvio y clásico de interferencia dolosa, así como de violación de la legislación europea en cuanto a la libre competencia», continúan.

Así, lo que le piden a la UEFA lo resumen en dos puntos. Por un lado que la UEFA «cese y desista de cualquier forma de acción anticompetitiva contra A22, su negocio e iniciativas, sus socios y directores». Y por otro «instruir a cualquier tercer afiliado a la UEFA o que actúe bajo su influencia o dirección (incluidas, entre otras, las ligas nacionales y federaciones nacionales) a hacer lo mismo».