Cómo Xabi Alonso construyó al mejor equipo de Europa y amenaza con romper la hegemonía del Bayern Múnich

Entrados ya en el mes de febrero, pasado el ecuador de la temporada, el Bayer Leverkusen dirigido por Xabi Alonso es el único equipo de Europa que no ha perdido ningún partido, en ninguna competición. Líderes de la Bundesliga con 52 puntos sumados en 20 jornadas –16 victorias y cuatro empates–, en semifinales de copa y campeones de su grupo en la Europa League.

Lo que está haciendo Alonso en el Leverkusen, un club esencialmente perdedor a lo largo de su historia, que apenas cuenta con una copa de la UEFA y una copa alemana en su palmarés, es posiblemente la gran historia de la temporada. Juegan muy bien, no pierden nunca y amenazan con romper una de las grandes hegemonías del fútbol europeo.

Desde que el Borussia Dortmund dirigido por Jürgen Klopp lo lograra, por partida doble, siendo la última de ellas en 2012, el Bayern Múnich ha ganado las once últimas ligas alemanas de forma consecutiva. Con 33, el club bávaro tiene más del triple que el segundo clasificado en el palmarés, el Dinamo Berlín que no vence dese 1988 y actualmente se encuentra en cuarta división.

Ha habido años donde se ha amenazado ese dominio, sin ir más lejos la temporada pasada el Borussia Dortmund liderado por Jude Bellingham perdió inexplicablemente el título en la última jornada, siendo incapaces de ganar como locales al modesto Mainz. Un gol del Bayern en Colonia en el minuto 89´, obra de esa barbaridad de jugador que es Jamal Musiala, volvió a dirigir el título camino a Múnich.

Ahora es el Bayer Leverkusen el que está amenazando la tiranía, con unos números espectaculares. 52 puntos en 20 jornadas, apenas se han dejado cuatro empates en el camino –tres de ellos ante los otros tres equipos que conforman el top-4 de la liga–, incluido un meritorio empate en el inexpugnable Allianz Arena del Bayern. Ahora es el turno de los de Múnich de visitar Leverkusen en lo que se presume como una final por el campeonato.

Son el equipo con menos goles encajados en la liga –14 en 20 partidos– y el segundo más goleador, con 52. Se han sabido reponer a la dura baja por lesión de su delantero estrella, el nigeriano Victor Boniface, y a la marcha de dos de sus tres centrales titulares rumbo a la Copa África. Han convertido al alemán Florian Wirtz en uno de los jugadores más cotizados del mundo y, en general, son una máquina imparable.

¿Cómo juegan?

Desde su llegada al equipo de la aspirina, hace ya más de un año, el equipo ha mejorado en todas las facetas del juego. Más allá de resultados, con una escalada hasta el sexto puesto y unas semifinales europeas el curso pasado, y un liderato momentáneo de la Bundesliga hoy en día, la clave de la mejora del equipo es lo mucho que se han ido regenerando en todas las fases del juego.

Xabi sabe que no se puede empezar a construir una casa por el tejado y, aplicándolo al fútbol, no puedes pretender que un equipo cambie de la noche a la mañana modificando todas sus fases del juego, sino que se tienen que ir introduciendo las ideas poco a poco y, muy importante, tener al equipo en constante evolución. Ir introduciendo matices con el paso de los partidos para no caer en lo rutinario y tener siempre soluciones nuevas para enfrentar a los rivales.

Un equipo te lo marcan los jugadores, y cuando Alonso llegó a Leverkusen en octubre de 2022, con Wirtz aquejado de una lesión de ligamento cruzado, se encontró con que sus dos jugadores más mortíferos, el carrilero neerlandés Jeremie Frimpong y el atacante francés Moussa Diaby, se encontraban más cómodos y hacían más daño en situaciones a campo abierto, con metros por delante en los que hacer valer su devastadora velocidad a campo abierto. Por eso, y también considerando que el equipo venía de una serie de malos resultados y una posición comprometida en liga, Xabi construyó un equipo más contragolpeador que propositivo. El Leverkusen 22-23 era un equipo que te mataba a la contra.

Llegó el verano, la primera pretemporada completa y la necesidad de cambiar, de seguir reinventándose. Diaby se marchó a la Premier League con el Aston Villa, pero eso, más que debilitar al equipo, le ha hecho ser más creativo en sus soluciones, buscar dañar de diferentes formas. Lo que está buscando hacer en su primera temporada completa es crear un plan potenciando las cualidades de todos, sin miedo a errores de los jugadores porque son errores que la estructura contempla y está preparada para ello. Lo que enriquece a un equipo es poder jugar de diferentes maneras, y este año el Leverkusen es bien diferente a lo que era la temporada pasada pese a mantener el bloque de jugadores, algo que sin duda habla bien de su técnico.

El Bayer Leverkusen 23-24, que mantiene el esquema de tres centrales tan habitual en la trayectoria de Alonso como técnico, busca generar más desde la posesión de balón. Con el español Álex Grimaldo generando desde el lateral, Wirtz y Jonas Hofmann aportando pausa y criterio por dentro y la amenaza en velocidad de jugadores como Frimpong o Boniface, son un equipo que te puede matar de diferentes formas.

Creer en el entrenador

La plantilla del Bayer Leverkusen cree a ciegas en su entrenador. Además, tener a Xabi Alonso le ha permitido al equipo acceder a jugadores que, de otra manera, no contemplarían el Leverkusen como el siguiente equipo en sus carreras. Ha logrado convencer para unirse al club a Granit Xhaka, capitán y titular en un Arsenal subcampeón de Inglaterra, o al lateral español Álex Grimaldo, procedente del Benfica y pretendido por varios clubes del primer nivel.

Y en el juego esa creencia ciega también es muy perceptible. De las últimas cuatro victorias del Leverkusen, tres han llegado con goles en el tiempo de descuento: signo inequívoco de creer en tu entrenador. Pero no basta con creer, también hay que saber jugar en estas situaciones. Y ahí el Leverkusen es una de las referencias en el fútbol. No se precipitan jamás pese a que la arena del reloj se consuma, esperan al momento oportuno y tienen muy buenas ideas y dinámicas para cargar el área y generar oportunidades.

Nadie sabe qué le deparará el futuro a Xabi, parece cuestión de tiempo que se haga dueño de alguno de los banquillos más codiciados del mundo, pero lo que es seguro es que es un gran entrenador y eso queda claro en cómo jugadores y equipos se desarrollan bajo sus órdenes. Parece una tarea demasiado complicada competirle a 34 jornadas al Bayern Múnich de Harry Kane, pero ahora mismo si alguien parece capacitado son ellos. Con Xabi, ha nacido una estrella.