Fundado en 1910

Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria ante el BarcelonaEFE

La táctica del equipo 'tieso' de Ancelotti: presionar, aguantar y sentenciar al contragolpe con los cambios

  • El Real Madrid estaba agotado tras la batalla de Manchester, pero el italiano planificó incluir a Brahim y Fran García para revolucionar el partido

  • La orden era hacer transiciones perfectas para romper al Barça y se consiguieron con los goles de Lucas y Bellingham

Dice Carlo que él tiene la experiencia y que su hijo, los preparadores físicos, los médicos y los utilleros le inyectan el entusiasmo que se pierde con la edad. Es un tipo raro Ancelotti. Un tipo listo, inteligente. El italiano ha conseguido dar una vuelta de tuerca a la historia del Real Madrid y a los miocardios de los madridistas con estrategias que comenzaron a triunfar en la decimocuarta Champions y que ahora ha vuelto a aplicar con acierto en la Copa de Europa y en la Liga. Es tal su capacidad camaleónica de ganar como sea que ha impuesto el dúo de palabras 'bloque bajo' en la leyenda del madridismo.

Nadie le puede discutir que sus cambios tácticos son tan únicos como exitosos. En Manchester anuló al City de Guardiola con siete marcajes individuales y una presión total que impidió que los azules entraran con balón controlado en el área madridista. Cuatro goles al contragolpe del cuadro español sentenciaron esa eliminatoria de 'bloque bajo'.

La victoria en los penaltis después de dos horas de batalla dejó al conjunto blanco 'tieso' físicamente, definición literal surgida desde Valdebebas. Carletto necesitaba otra vuelta de tuerca para superar al Barcelona cuatro días después. Y la dio.

Frenar al Barcelona con cinco mediocampistas

Carvajal, Mendy y otros futbolistas llegaron cansados, tocados, al clásico. Ancelotti ideó una estrategia para detener al Barcelona, primero, y relatarle en el segundo tiempo con los cambios.

El entrenador del Real Madrid planificó con su hijo Davide una línea de contención con cinco centrocampistas reales. Lucas Vázquez y Camavinga fueron laterales que se convirtieron en mediocampistas cuando los locales atacaban. Los dos, junto a Valverde, inyectaron potencia en un equipo agotado, mientras Modric, Kroos y Bellingham debían crear para alimentar a los puntas, Vinicius y Rodrygo.

Lucas Vázquez, la sexta marcha

En esta tesitura, con dos encuentros decisivos en cuatro días, se constató lo importante que es el fondo de armario del club madrileño. En Manchester fueron Nacho y Lucas Vázquez los triunfadores. En el clásico fue Lucas quien metió la sexta marcha, la que le faltaba al grupo, para provocar el penalti del primer gol madridista, anotar el segundo con un disparo colocado y dar el pase de la muerte en el tercero. Los dos últimos tantos del líder se produjeron con un cambio estratégico que Carlo y Davide Ancelotti dibujaron para el segundo tiempo y que el 1-2 del Barcelona precipitó en el tiempo.

Vayamos por partes, como diría Jack el destripador. En el primer período, Carlo anuló el esquema de dominio del balón de Xavi con ese muro de contención. Y en el segundo acto lo remató.

Un torbellino al contragolpe

El gol de Fermín, el mencionado 1-2, pasada la hora de partido, anticipó la revolución ofensiva que los Ancelotti habían pergeñado. Los dos técnicos italianos habían planteado con sus jugadores atacar al contragolpe en el último cuarto de hora con transiciones muy precisas y pases al primer toque.

El proyecto estaba estudiado y se aplicó desde el minuto 70. Y salió muy bien. Carlo sacó a Brahim para revolucionar el ataque con sus regates, introdujo a Fran García con el fin de imponer nueva velocidad por la zona izquierda y dio entrada a Militao para adelantar al potente Tchouaméni como pivote.

Golpes precisos, en tres pases y al primer toque

El clásico de transformó en un correcalles y en el intercambio de golpes el que mejor pegó fue el Real Madrid, que había preparado este triunfo por K O. con las incursiones de Brahim por el centro, el incombustible Lucas Vázquez por la derecha y Fran García por la izquierda en apoyo de Vinicius. Cada ataque debía ser ejecutado de forma muy rápida, en tres pases y al primer toque. Y así se venció al Barcelona.

Tchouaméni mira al cielo de Madrid tras el tardío gol de BellinghamEFE

Ter Stegen despejó aún no sabe cómo una contra que Vinicius terminó en un tiro que se topó con el cuerpo del guardameta alemán. Fue el aviso. A la segunda fue la vencida. El brasileño dibujó perfectamente un contraataque con un centro cruzado que Lucas Vázquez transformó en el 2-2 gracias a un disparo conciso y al primer toque.

Vinicius fue relevado por Joselu, a los 81 minutos, en busca de un rematador de área. Y al filo del gong llegó el 3-2 decisivo en otra transición perfecta del líder, bien ensayada por Ancelotti en los entrenamientos.

Brahim se llevó un balón con el coraje que le define, soportando varias tarascadas, y mandó la pelota a la derecha, donde Lucas Vázquez ejerció de nuevo desde su posición favorita, extremo puro, para enviar un pase de la muerte al primer toque, siempre al primer toque, que Joselu no quiso rematar porque Bellingham entraba como un tanque desde atrás para fusilar el gol del triunfo. Todo había sido hablado, analizado y salió como se planificó.

Frente al Bayern: los marcajes individuales de Manchester

Ancelotti había ganado una vez más adaptando su estrategia a la situación física de sus hombres y a las características del rival. La transformación de los futbolistas con Carlo y su rendimiento merece un estudio. Cuando es necesario defender con sacrificio lo hacen incluso Kroos y Modric, al límite de sus fuerzas. Lo hicieron en Manchester y en el clásico.

Es mérito del respeto máximo que el grupo tiene sobre cada jugador. Han hablado en la cocina de Valdebebas y asumen que si realizan los marcajes individuales y lo dan todo físicamente pueden ganar la Decimoquinta. Porque con esa entrega sin fin levantaron la Decimocuarta. Cada uno ve el esfuerzo del compañero y todos se sacrifican en la presión alta y en las vigilancias.

En estas vueltas de tuerca que Ancelotti impone, el morbo del madridismo es saber qué Real Madrid verá en Múnich en las semifinales de la Copa de Europa. La táctica frente al Bayern en el Allianz Arena será la misma que vimos en el Etihad. Siete marcajes al hombre, pressing sobre el balón y nueva versión europea de contraataque.

Defender muy bien y dar otra lección de contraataque

Ancelotti tiene claro que si defienden muy bien pueden ganarlo todo, pues la calidad de sus hombres siempre genera goles.

Fue sintomático que Guardiola no supiera frenar la contra del Real Madrid. Cuatro tantos le endosó el conjunto español al inglés con la filosofía que Ancelotti repitió 96 horas más tarde ante el Barcelona: robo, tres pases a toda velocidad y remate al primer toque. El ataque del Real Madrid es un compendio de precisión y velocidad.

Dichas estas verdades, el plantel blanco analiza que habrá que tener mucho cuidado con el Bayern en las semifinales de la Champions. Carlo sabe que la escuadra bávara no marea la perdiz como Guardiola. Va directo al grano. El conjunto alemán es peligroso con sus centros cruzados en busca del remate de cabeza. El equipo español deberá extremar los marcajes en este sentido. Y dar una nueva lección de contraataque. Capítulo decimoquinto.