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Los jugadores del Real Madrid celebran la clasificación en Manchester

Los jugadores del Real Madrid celebran la clasificación en MánchesterEFE

«Solo nosotros creíamos en nosotros»: el triunfo de la conjura de Valdebebas

  • Ancelotti analizó con sus hombres que se clasificarían en Mánchester si hacían bien los marcajes individuales y había sacrificio

  • El equipo cree como nunca en sus posibilidades y ha apostado por entregarse hasta el fin frente al Barcelona y el Bayern en busca de un año histórico

La ilusión brilla en los ojos de Modric y de Kroos. Hace dos años conquistaron una Copa de Europa que no pensaban ganar, en el otoño de sus carreras. Hoy, 24 meses más tarde, la historia se repite. La repiten. Los últimos mohicanos de un estilo de fútbol aspiran a ganar la decimoquinta Champions en la historia del Real Madrid. Nadie tira las campanas al vuelo y lo primero que ha hecho Ancelotti es decir que no hemos ganado nada. Bien lo saben Carvajal, Nacho y Lucas Vázquez, veteranos en mil lides que han celebrado cinco Ligas de Campeones en la última década. Pero es que el Real Madrid ha eliminado al favorito de la competición, el campeón vigente, el City.

Ahora toca el Bayern en semifinales, como sucedió antes de triunfar en Lisboa. Un hueso histórico. El quid de la cuestión es que el conjunto que mejor disputa esta competición ha llegado hasta aquí cuando nadie creía en él. Como sucedió hace justamente diez años. Entonces viajó a Múnich sin que nadie creyera en él. Y venció 0-4, preludio del éxito en Lisboa. Lo mismo ocurría ahora. Nadie creía en la clasificación madrileña frente a Guardiola. Ancelotti y sus pupilos se conjuraron para reescribir la historia del Real Madrid.

Víctimas en el voto popular, Ancelotti, su cuerpo técnico y la plantilla prepararon la eliminatoria de forma muy detallada. Por primera vez en los últimos tiempos, el conjunto blanco aplicó marcajes individuales para anular la eficacia del City. Lo hizo en los dos encuentros. Carvajal sobre Grealish. Rüdiger y Nacho ante Haaland. Vigilancias personales de Camavinga, Valverde y Mendy, inexpugnable en defensa. Y el capítulo estratégico más importante era la presión desde arriba, para que la escuadra inglesa no sacara el balón jugado.

El Real Madrid no dejaba rodar tranquilo al City. La idea era buscarle las espaldas al contragolpe. Solos ante el peligro. Pero querían realizar más historia.

Más peligro que el City

A la contra sorprendió el Real Madrid en el duelo de ida. Tras el error de Lunin en el tempranero 0-1, los blancos remontaron en el primer tiempo. Y aplicaron el sistema de robo y contragolpe que repitieron ayer. Otros dos disparos desde lejos permitieron a Guardiola el 2-3 en el Bernabéu. Valverde firmó el 3-3. Y Carlo fue claro ante sus jugadores: ya han gastado el cupo de goles desde lejos y en Inglaterra no nos harán ninguno de ese estilo. Así fue. La táctica en el Etihad se basaba en presionar, hacer marcajes estrechos y buscar el gol de nuevo al contragolpe. Nadie creía en el conjunto español, empezando por su afición. Y el proyecto salió bien. Porque los hombres de Carletto creyeron en él. Como lo hicieron hace dos años, cuando celebraron la Decimocuarta. Lo que consiguieron en Mánchester ya lo habían hecho antes, ante el Chelsea y el propio City. Solo ellos pensaban que era posible. Lo lograron.

Ancelotti y sus pupilos sabían que el Manchester City nunca juega a la defensiva y que le encontrarían de nuevo al contraataque. Un robo y una arrancada veloz supuso el gol de Rodrygo tras un pase colosal de Bellingham a Vinicius. Desde entonces el City pasó a dominar el partido mareando la perdiz y sin concreción. Y el Real Madrid supo aguantar esa posesión impotente durante más de una hora. Porque era el sistema táctico madridista el que provocaba que ese dominio fuera ineficaz. Lunin paró todo lo que le llegó. Los visitantes hicieron otros dos contragolpes que no supieron culminar. Y los locales solo pudieron empatar en un mal despeje de Rüdiger.

Mentalidad de soportar y decidir

Lo mejor del Real Madrid es que los blancos estaban preparados para eso y mantuvieron su estrategia. En el trabajo de campo de Ancelotti con su plantel constaba que algún tanto marcarían los azules. Estaba en la lista de empeños del italiano. El asunto clave era que nunca les hicieran dos goles en el Etihad. El análisis pausado demostró en el Bernabéu que solo consiguieron acertar con tiros desde lejos. Y en Mánchester nunca les dejaron tirar a gusto desde fuera del área. Camavinga, Valverde, Kroos y hasta Rodrygo se esforzaron al límite para obligar al City a mover el balón de banda sin entrar en el área. Así ocurrió durante setenta minutos. Los aficionados no lo valoraron desde fuera, pero eso fue un gran mérito defensivo del Real Madrid.

«Con sacrificio somos capaces de todo»

El punto fundamental de este éxito del Real Madrid es que han vuelto a asumir que con capacidad de sacrificio pueden ganarlo todo. Kroos y Modric, los más viejos del lugar, lo afirman. El estudio interno es que calidad tienen de sobra y solo hace falta imponer concentración y entrega defensiva para hacer valer esa clase. Es lo que habla Carlo con los líderes del plantel. Y lo han llevado a cabo.

Varios jugadores del Manchester City lamentan la eliminación de su equipo

Varios jugadores del Manchester City lamentan la eliminación de su equipoEFE

Ahora son esos propios líderes los que rebajan la euforia. Han vencido al favorito, pero toca el Bayern y todos saben que los alemanes no marean precisamente la perdiz y que les van a buscar las cosquillas con fútbol directo y pases cruzados.

La diferencia es que los veteranos han vuelto a manifestar en el seno de la cocina que con este esfuerzo sin fin todo es posible.

El clásico y el Bayern en la retina

El balance interno de los futbolistas es que ahora tienen 270 minutos que deciden la temporada. Darán el do de pecho el domingo en el clásico para sentenciar la Liga. Y en Anoeta, seis días después, se jugará con el plan B, como vimos frente al Mallorca, porque el Allianz Arena les espera el 30 de abril. Habrá también hasta seis rotaciones en la visita del Cádiz al Bernabéu, preludio de la llegada del Bayern a Madrid el 8 de mayo. Y Londres les espera en una hipotética final.

La casa blanca se ha ganado en el césped la gran posibilidad de festejar la decimoquinta Champions y no va a desperdiciar esta oportunidad. Saben que es muy difícil porque el Bayern es un enorme escollo. Sin embargo, ya han eliminado al equipo teóricamente más fuerte.

Rubricar otra temporada histórica

Nadie lanza las campanas al vuelo y los futbolistas de Ancelotti tienen muy claro que deben de trabajar mucho para eliminar al Bayern. Dicha esta verdad, el ambiente en Valdebebas, donde nacen las conjuras, es de victoria. Han visto caza mayor y tienen el colmillo preparado. Es el club más ambicioso del mundo y lo demuestra en las situaciones clave. El clásico y tres partidos de Champions pueden marcar otra campaña histórica del club más laureado del mundo. Ese es el mensaje que Ancelotti y sus hombres mastican en el vestuario. Es otra ocasión histórica, labrada con mucho esfuerzo en el campo.

La ambición de Bellingham y Rüdiger

Modric, Kroos, Carvajal y Nacho ven cómo Rüdiger y Bellingham tienen el carácter ganador que define al Real Madrid. El alemán y el inglés quieren conquistar la Copa de Europa con el club que la hizo grande. La forma en que Jude celebró con la afición el paso a semifinales en el Etihad lo decía todo. Rüdiger sentenció con su penalti la clasificación.

El aire que se respira en Valdebebas es el oxígeno mental de mantener esta fe en ellos mismos para volver a escribir historia. La conjura se fraguó en el estadio Alfredo Di Stéfano cuando nadie creía en ellos. El clásico y tres grandes partidos de Champions. Cuatro encuentros en la diana de Ancelotti y sus pupilos.

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