¿Qué le espera ahora al PSG de Luis Enrique con la marcha de Kylian Mbappé, su jugador insignia?

Esta emana no ha sido una de las mejores para el PSG. Se podría decir que ha sido bastante negra, por no decir terrible. El martes, los parisinos cayeron sorprendentemente eliminados en las semifinales de la Champions League por el Borussia Dortmund después de tirar cuatro veces al palo y asediar a los alemanes. Y el viernes se conoció la decisión definitiva de Kylian Mbappé. El astro francés comunicó que no iba a renovar su contrato y que se iba del club a final de temporada.

«Quiero decirles a todos que este es mi último año en el PSG. No voy a renovar. Terminaré mi aventura dentro de unas semanas. Jugaré mi último partido en el Parque de los Príncipes el domingo. Son muchas emociones. Tuve la oportunidad y el inmenso honor de formar parte del club más grande de Francia, uno de los mejores del mundo», expuso Mbappé.

La salida de Mbappé es un 'palo' para el club, ya que se queda sin su jugador insignia, sin su máxima estrella, sin el líder del proyecto, llámenlo como quieran. Es algo similar a lo que pasó con Cristiano Ronaldo en el Real Madrid y con Leo Messi en el Barcelona. Salidas difíciles de digerir y que con el paso de los años se siguen sin olvidar.

Lo que le viene ahora al PSG es una ligera reestructuración en el frente de ataque. Mbappé era la referencia ofensiva del club parisino y un salvador para Luis Enrique en los momentos más complicados, por mucho que el técnico asturiano optara por cambiarle y mandarle al banquillo, una tónica habitual en los últimos tiempos. Era una estrategia que servía para tener fresco al francés de cara a la Champions. De poco sirvió.

Lo que sí está claro es que el legado que deja Mbappé en París es imborrable. Y Luis Enrique lo tiene muy claro: «He tenido mucha suerte porque siempre he tenido una relación muy directa que podéis considerar que llevan el peso mundial en cuanto a ser números uno. Sería repetirme en el mismo mensaje. Cada uno tiene su situación personal. Creo que todos los que he tenido se han comportado de una manera adecuada. Tampoco me gusta poner una clasificación tal cual. Solo puedo hablar maravillas de todos los jugadores que he tenido».

Será muy difícil encontrar el sustituto de Mbappé, pero el conjunto parisino ya se ha puesto manos a la obra para tratar de fichar a otra gran estrella futbolística. Son muchos los rumores que han ido saliendo en las últimas fechas. Estas podrían ser las tres opciones más realistas:

Marcus Rashford

El futbolista inglés del Manchester United no está viviendo la mejor de sus temporadas a nivel individual. Eso es algo evidente. Pero es un jugador con muchísima calidad y cuando tiene confianza en su fútbol, cuenta con una capacidad asombrosa para generar ocasiones de peligro y marcar goles.

Su deseo es quedarse en Old Trafford y volver a ser ese extremo que enamoró a los diablos rojos el año pasado, etapa en la que fue uno de los futbolistas más desequilibrantes del Viejo Continente. Sin embargo, si llega una buena oferta por él (superior a los 75 millones de euros), el United no vería con malos ojos venderle en el próximo mercado de verano.

Rafael Leao

El portugués lleva un par de temporadas destacando en el calcio italiano y, sobre todo, en el Milan, club al que llegó en la 2019-2020 procedente del Lille francés. El extremo de 24 años gusta mucho a los clubes europeos de alto nivel gracias a su verticalidad en ataque y su buen disparo.

El factor diferencial que podría decantar la balanza a favor del PSG a la hora de fichar a Rafael Leao es la opción portuguesa. Porque cabe recordar que en el equipo parisino ya juegan Vitinha, Nuno Mendes y Gonçalo Ramos. Es decir, en París hay buen gusto por el fútbol portugués.

Victor Osimhen

El nigeriano también gusta en París y su perfil se podría llegar a entender como la versión de Edinson Cavani, un futbolista total, rematador y con una capacidad goleadora asombrosa. Y el gol es algo que le ha faltado al PSG en algunos momentos claves de la temporada.

El Nápoles podría estar por la labor de venderle, pero no sería por menos de 100 millones. Su cláusula de rescisión es de 150 y ya se ha visto cómo se las gasta De Laurentiis cuando tiene que vender a un futbolista de su equipo. No perdona ni un euro.