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06 de julio de 2024

Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria ante el Bayern

Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria ante el BayernEFE

Ancelotti buscará la Decimoquinta con el equipo que ganó al Bayern y al City

  • El técnico siempre mantiene los onces que funcionan y repetirá la idea de Nacho y Tchouaméni en el esquema inicial y de Camavinga, Brahim y Joselu como revulsivos

  • El lema del italiano es que lo que sale bien no se toca y los jugadores comprenden que continúe con los futbolistas y el estilo que le llevó a la victoria

El fútbol tiene unas máximas que se reeditan sin que el paso del tiempo les afecte. No importa que el balompié actual sea distinto, mucho más físico. Hay cosas que nunca cambian. La primera norma de un entrenador es que lo que funciona no se toca. Si un equipo vence con un once, esa alineación se mantiene. El triunfo de un esquema desvela conjunciones entre jugadores, conexiones entrelazadas, que no se producen en cuanto se varía un centrocampista o un delantero en el equipo. Por esta razón, Ancelotti intentará conquistar en el Real Madrid su tercera Champions con la idea que eliminó al Manchester City y al Bayern de Múnich.

Su intención es jugar la final de Londres con Nacho en el epicentro de la defensa y Tchouaméni como mediocentro, mientras que Camavinga, Brahim y Joselu serán reservados de nuevo para inyectar nueva energía en el segundo tiempo, tal y como sucedió en los duelos frente a Guardiola y Tuchel.

La elección de este proyecto, con Nacho y Tchouaméni como titulares y Camavinga como reacción posterior, sorprendió a muchos madridistas en su momento. Ancelotti meditó profundamente está elección de futbolistas.

Una alineación muy meditada

La entidad de los rivales, el campeón de Europa vigente y el aspirante alemán de siempre, le hizo decidirse por un centro del campo más destructivo, con Tchouaméni al frente, para frenar al City y al Bayern, en detrimento de Camavinga, más versátil en funciones ofensivas. Esta decisión implicaba el protagonismo de Nacho como central. La otra opción era colocar a Tchouaméni como defensa y Camavinga de pivote, dejando a Nacho en el banquillo. Prefirió la primera idea. Y ese ideario le salió bien.

Tchouamení de zapador y un Nacho total

La aportación Tchouaméni como zapador se sumó a la estrategia de bloque bajo y los marcajes individuales para sujetar al City y superarle con nada menos que media docena de goles al contragolpe en la suma de ambos partidos. El enorme rendimiento de Nacho en la retaguardia consolidó la táctica para el futuro inmediato.

Así fue. El cuadro bávaro era el siguiente reto en la Copa de Europa y el entrenador italiano repitió el plan. Otra vez destacaron las prestaciones de Nacho atrás y la eficacia de Tchouaméni como destructor. La entrada de Camavinga, Brahim y Joselu en la segunda parte del partido de vuelta fue clave para remontar el tanto de Davies con dos remates de Joselu.

En quince días llega la gran final europea ante el Borussia Dortmund y el santo y seña de Carletto es no mover lo que rinde bien.

Ancelotti es listo. No hará ninguna variación en el esquema. Nadie entendería que hiciera cambios en la alineación que atacará la Champions en Wembley cuando ha derrotado a dos favoritos con un equipo fijo. Le lloverían las críticas si hubiera novedades en el once inicial y perdiera el titulo europeo.

Ante el Dortmund, bloque medio, ataque y contragolpe

Lo que sí variará el entrenador madridista son las estrategias. Ante el City planteó los dos encuentros con un sistema de bloque bajo y vigilancias estrechas, para atacar al contragolpe y triunfar. La defensa era primordial en esa confrontación con el campeón, que gusta de tener el balón y marearlo.

Un buen Tchouaméni es indispensable para el Real Madrid

Un buen Tchouaméni es indispensable para el Real MadridGTRES

Ante el Bayern trazó en Múnich la misma táctica empleada con el Manchester, mientras en el duelo de vuelta quiso dominar el balón y el partido, apoyado en una retaguardia recia, para sorprender a la contra. A la postre venció con doce minutos de fútbol clásico, de dominio y bombardeo de centros al área en busca de Joselu. Le salió perfecto. En Wembley veremos otra cosa.

Ancelotti impondrá en la final un esquema diferente, de bloque medio, que significa que intentará tener la pelota en su poder, mandar en el encuentro decisivo, pero sin arriesgar en defensa y con algunos marcajes individuales.

Nacho se ha ganado el sitio en el esquema. El hijo predilecto de Alcalá de Henares ha rendido de manera excelente tanto cuando el City encerró al Real Madrid como cuando el central jugó a cincuenta metros de su portería, a campo abierto, que es el examen más difícil para todo central.

Tchouaméni vivió la pasada temporada una fase irregular y en la presente campaña ha recibido más confianza y se ha consolidado en el centro del campo. La dirección deportiva exigió que el destructor francés tuviera mayor protagonismo y así ha sido. El rendimiento ha sido óptimo, tanto como pivote como en el puesto de central, una misión de urgencia para la que fue convencido por Ancelotti. Su eficacia confirmó el acierto. En los duelos de Champions ha vuelto a ser el mediocampista que aporta una labor destructiva colosal.

Ante el Alavés y en las siguientes jornadas de Liga veremos alineaciones distintas del italiano para resguardar a los grandes protagonistas de la final de Wembley. Ancelotti buscará en Londres su tercera Champions con la casa blanca. Florentino Pérez espera celebrar su séptima Copa de Europa. Nacho luchará por su sexta victoria en la competición fetiche del club en el que ha vivido desde niño. Tchouaméni peleará por su primer éxito continental. Lo que funciona no se toca. Es la historia del Real Madrid.

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