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Joselu se abraza con Ancelotti

Joselu se abraza con AncelottiEFE

Ancelotti, el triunfo de la estrategia del nueve de crisis

  • El italiano es un experto en revolucionar el equipo y los partidos; juega sin ariete puro y cuando llegan las situaciones límite cambia todo el esquema, saca a Joselu y la ley es buscarle con pases constantes por ambas bandas

  • La transformación del Real Madrid con el ariete español es total, el bombardeo encierra al rival, pero se generan más ocasiones

La historia del Real Madrid se escribe desde la primera final de la Copa de Europa con la épica de las remontadas. En 1956, los blancos vencieron al Stade de Reims en París por 3-4 después de ir perdiendo 2-0. Desde entonces, ese ha sido el devenir del club español, la reacción y la epopeya. Esta semana, el conjunto madrileño volvió a necesitar que le apretaran las clavijas para dar el do de pecho. Alphonso Davies adelantó al Bayern y Ancelotti tuvo que utilizar su tercer sistema táctico para dar la vuelta a la semifinal con unos minutos de oro y la presencia, por fin, de un delantero centro puro.

Al borde del precipicio, el entrenador italiano cambió todo el esquema típico para centrar desde ambas bandas y buscar al ariete rompedor. Joselu se erigió en protagonista y anotó en unos segundos los goles que el equipo más laureado del mundo no consiguió durante ochenta minutos.

Era el triunfo de la última estrategia del técnico, de su última carta. La primera táctica de Carlo es clásica. Dominar el balón, tener el tempo del partido y buscar los goles con jugadas trianguladas por ambos flancos, con balones rasos y precisos. Con ese esquema, Vinicius se convirtió en el mejor futbolista del encuentro y realizó siete incursiones espectaculares, rubricadas con pases de la muerte que no tuvieron rematador porque no había un delantero centro nato en el césped. Un tiro al poste también impidió su premio.

Siete incursiones letales de Vinicius sin rematador

No podía ser que el extremo brasileño destrozara la defensa rival y creara siete oportunidades claras que no acabaron en gol. Quedó patente que Rodrygo no es un nueve, es un segundo delantero, y que faltaba un killer de área. Mbappé y Endrick vendrán la próxima temporada a solucionar ese déficit.

La segunda estrategia de Ancelotti es la de bloque bajo, defensa recia y un contragolpe letal. Es la que vimos en los dos duelos frente al City y en el último tramo del clásico ante el Barcelona. Pero frente al Bayern no tocaba bloque bajo. Había que mandar y marcar con el talento individual en jugadas trenzadas en el área. Vinicius lo hizo todo bien, pero no hubo rematadores certeros para aprovechar tanta creatividad. Hay que analizarlo en la cocina.

El gol de Alphonso Davies obligó al preparador madridista a recurrir a la estrategia que menos aplica, la del nueve de crisis.

Con un nueve hay goles frente al cerrojo

Ancelotti sólo utiliza este sistema cuando la urgencia aprieta. Joselu ejerce de nueve puro y todo el equipo busca los centros desde las dos bandas. Se olvidan las paredes y el intento de penetración por raso y se consolidan los centros precisos desde ambos flancos.

Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria de su equipo correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones

Los jugadores del Madrid celebran la victoriaEFE

Es un esquema extraño y que funciona. Es raro porque la constancia de los pases al área encierra todavía más al rival en su área. Sin embargo, esa forma de jugar atosiga mentalmente al enemigo y quedó demostrado que las ocasiones fueron muy claras.

Joselu anotó dos tantos en cuestión de minutos y pudo haber más goles, porque el Bayern perdió los papeles en la retaguardia. Los perdió hasta Neuer, con un error de blocaje que le costó muy caro a la escuadra alemana. La presión local desarboló al adversario.

La estrategia de crisis exige ser muy bien ejecutada y el Real Madrid tiene la virtud de hacerlo perfectamente al borde del abismo. Los gestos de urgencia de sus futbolistas no impide que sean concisos en sus pases, pues todos saben lo que se juegan y un centro medido cambia la eliminatoria. Están acostumbrados a rendir al borde de un ataque de nervios. Los pupilos de Carletto se emplean a fondo en esas situaciones para exprimir lo mejor de ellos mismos. Funciona. Y en esas acciones decisivas participan futbolistas no habituales en el ataque para sorprender al enemigo. Este Ancelotti es un tipo listo. Rüdiger entró por la banda izquierda cuando nadie le esperaba y nadie le marcaba, y se sacó un centro de platino para que Joselu firmara la victoria. Carlo es un tipo demasiado listo, sí. Y Rüdiger también.

El dilema interno: jugar siempre con un nueve nato

El quid de la cuestión es: ¿Debería jugar el Real Madrid siempre con un nueve puro? Es el dilema interno. No puede admitirse futbolísticamente que Vinicius demuestre ser el mejor jugador del mundo y que nadie aproveche sus jugadas letales. No, no puede desaprovecharse tanto talento. Hay que hacer la autocrítica en la victoria, no en la derrota. Esto hay que estudiarlo y trabajarlo.

Joselu se gana la renovación

Inmersos en esta disquisición táctica, lo que es seguro es que Joselu se ha ganado la renovación por el Real Madrid.

Ancelotti adujo hace unos meses que el delantero estaba luchando por su continuidad en la plantilla y su rendimiento le ha concedido este honor. Su traspaso desde el Espanyol sólo cuesta 1,5 millones de euros, por ser un futbolista procedente de la cantera blanca, y el Real Madrid debe ejecutar esta opción.

Joselu estará en la final de Wembley. Le gustaría marcar, aunque no al borde del precipicio. O quizá sí. Es la historia del Real Madrid, la épica de la victoria, de la tragedia a la epopeya.

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