Ferland Mendy, el lateral que anula a cualquier atacante y es indispensable para el Real Madrid
No llena portadas ni provoca ovaciones pero, en la hora de la verdad, en pocos jugadores puede confiar tanto el Madrid como en Mendy
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Ayuda una escena arquetípica, del cine mudo de hace un siglo, de los dibujos animados que nos hacen reír de pequeños, en el que una persona va andando, con total determinación, y de repente se choca contra un muro, saliendo disparado hacia atrás, para carcajada de los espectadores. Unos espectadores que ahora también toman la forma de compañeros, que se tiran al suelo a desahogarse de risa cada vez que ven como un jugador rival, con total convencimiento, encara a ese muro que tiene el Real Madrid en su banda izquierda, solo para acabar saliendo disparados hacia atrás. Un muro llamado Ferland Mendy.
Un Mendy que, como todo futbolista golpeado por su diferencia, ha despertado dudas y murmullos entre los aficionados del Real Madrid, anhelando un lateral de mayor producción ofensiva, un jugador que, junto a Vinicius, convierta esa banda en una cuesta abajo hacia la portería rival. En Ferland se toma la parte por el todo, eso que en retórica se conoce como sinécdoque y en deporte malentendido.
Viendo, la pasada semana, a Davies (jugando como extremo) recorrer a galope la banda del Bernabéu, marcando un golazo con su pierna mala, el estadio empezó a murmullar cómo sería su súper equipo si, en vez de ese francés tan irregular técnicamente, su plaza la ocupara el exuberante canadiense. Pero Ferland seguía a lo suyo. Pocos saben como él que, en este ahora teñido de inseguridad y miedos, apenas cabe confiar en lo más corriente, en lo más tangible.
El reguero de víctimas que acumula el francés estos últimos años en la Copa de Europa ocupa una lista interminable de nombres ilustres. Leroy Sané fue el último, pero antes estuvieron Bernardo Silva, Phil Foden o Mohamed Salah. En el encuentro de ida de cuartos de final, la visita del City a Madrid, Guardiola tuvo que modificar su planteamiento inicial ante la imposibilidad de los suyos de superarle, intercambiando las posiciones de Bernardo y Foden.
Mendy es un jugador que, desde su potencia defensiva, modifica eliminatorias. Hasta el punto de que no es exageración decir que es uno de los jugadores más importantes que tiene el Real Madrid cuando llegan partidos de este tipo. En el 4-0 en Manchester de hace un año no jugó, lo hizo Camavinga (un centrocampista) en su puesto y, desde ahí, se empezó a desangrar el equipo. Si Kroos aporta la pausa y el control y Vinicius el desequilibrio y la amenaza, Mendy es la contundencia y el orden.
En el fútbol actual, tan marcado por los duelos individuales, tener a un tirano de ellos, capaz de anular a los mejores jugadores del rival, es un joker en la baraja. Estrecha el campo a los rivales y les elimina una banda por la que atacar.
Es obvio que Mendy, con balón, no es el mejor activo de la plantilla. Irregular técnicamente, necesita muchos toques para acomodarse el balón y no es un privilegiado ni pasando, como por ejemplo Miguel Gutiérrez (cedido por el Madrid en el Girona) ni desbordando, como Davies. Pero, a su vez, se mueve muy bien y es capaz de dejar a su acompañante en esa banda, normalmente Vinicius, situaciones de aclarado.
Ferland es uno de esos jugadores que se echa de menos cuando no está. No destaca en el día a día, no llena el ojo del espectador, pero es indispensable. Nadie quiere un paraguas hasta que se pone a diluviar. Y, en temporadas venideras, cuando los contrarios desaten tormentas sobre el Madrid, como la del City en el Etihad este año, el Real se contentará de tener al mejor paraguas que existe a su lado.