El portero revelación de los Juegos habla del mal trato recibido por el Barça aun siendo canterano

«Més que un club», ese es el lema del FC Barcelona y que en los últimos años está traicionando día tras día. El trato del club a sus futbolistas desde que Joan Laporta regresó a la presidencia es bastante cuestionable, muchos de ellos se van por la puerta de atrás después de que la directiva del club azulgrana intente sacarlos como sea. Da igual que sean nuevos fichajes, jugadores que lo han dado todo o incluso canteranos.

Si no se entra en los planes del equipo o se necesita que alguien se marche para aligerar la masa salarial se hace todo lo posible para acabar con él. Sea quien sea y haya hecho lo que haya hecho. Esto como empresa se puede entender, la cuestión es que no casa en absoluto con los valores que vender el Barcelona y lo mucho que hablan de su manera de cuidar la cantera.

Uno de los futbolistas que vivió el maltrato por parte del Barcelona fue Arnau Tenas, canterano que se tuvo que marchar al PSG para continuar con su carrera. El guardameta, de 23 años, pasó desapercibido durante el año al ser suplente, pero en la selección olímpica demostró ser un portero de garantías y con calidad suficiente para estar en un buen equipo, aunque su sueño era seguir en el Barcelona.

En una entrevista en el Qué t’hi jugues de SER Cataluña, Arnau Tenas ha negado que le llegara alguna opción para renovar: «A mí me llegan a decir que el club está pasando en un mal momento y me piden hacer un nuevo contrato y no hubiera tenido ningún problema, yo hubiera firmado cualquier contrato. Me habría quedado y me hubiera ido a algún otro lugar cedido porque me tocaba jugar y en el primer equipo no tenía sitio. No entiendo por qué no se hizo esto, no lo esperaba. No me pusieron una oferta sobre la mesa para decir sí ni no».

Le costó entenderlo

Al ver que quedaba libre y que no tenía ninguna propuesta del Barça, Tenas encontró su sitio en el PSG de Luis Enrique, un sitio en el que está cómodo, pero al que le costó llegar, ya que en su cabeza solo pasaba la idea de triunfar en el Barcelona. «Cuesta mucho. La gente cree que es fácil, y no tiene nada fácil. Yo con ocho años llegaba a las once de la noche a casa y tenía que hacer los deberes en el taxi y despertarme a las seis de la mañana. Hice esto durante casi nueve años, hasta que hice el Bachillerato en La Masia. La gente esto no lo ve», aseguró en el citado medio.