El Real Madrid toma el caso Vinicius por los cuernos: el CSD y la RFEF no han endurecido el reglamento contra el racismo
El club madrileño ha denunciado los múltiples ataques a su jugador ante la Fiscalía General del Estado y las instituciones deportivas
Los árbitros tienen la orden de no suspender el partido salvo una situación extrema y si un equipo se va del campo pierde 3-0
Fue penoso saber que el árbitro De Burgos Bengoetxea les expuso a Carvajal y Kroos en Mestalla cuando Vinicius denunció que los espectadores de un fondo del estadio emitían cánticos racistas contra él. Al colegiado le vino muy grande la afrenta, porque la Federación no les permite suspender el partido salvo una situación grave de peligro físico de los jugadores. El colegiado vasco reconoció ante Carvajal y Kroos que si el Real Madrid se marchaba del campo tendría que darle el encuentro por perdido, 3-0, como si no hubiera comparecido.
Relatamos esta experiencia para subrayar que Vinicius, Nico Williams, Rüdiger y otros profesionales han sufrido ataques racistas en los campos durante los últimos años mientras el Gobierno y la Federación no han movido un dedo para endurecer drásticamente el reglamento con sanciones muy duras que acabarían con la mayoría de estos casos. Se han hecho campañas de publicidad y poco más. Lo de siempre. No se quiere entrar de verdad a finalizar con el problema.
Es lo que ha demandado el Real Madrid a lo largo del tiempo, con denuncias ante la Fiscalía General del Estado y las instituciones deportivas españolas. Es lo que ha subrayado Vinicius. No se ha hecho nada en la reglamentación para frenar esta persecución. Un acoso que los medios de comunicación han recrudecido ahora contra el delantero brasileño por decir que «España tiene siete años de margen para mejorar y si no es así debería jugarse el Mundial 2030 en otro lugar». Una mera hipótesis del delantero ha sido transformada en un fusilamiento contra él. Se han escondido otras declaraciones de Vinicius que no interesaba destacar: «Amo a España, vivo muy bien aquí y la mayoría de los españoles no son racistas, solo son un pequeño grupo».
Por supuesto, el Mundial 2030 se va a jugar en España, Portugal y Marruecos. Y el Bernabéu será la sede de la final. Vinicius ha dado un toque de advertencia. Su club hablará con el futbolista para recordarle una verdad que ya le ha explicado mil veces: en cualquier declaración se cogerá la frase más grave, sacada de contexto, y se omitirá lo bueno y bonito. Eso ya lo sabe el brasileño.
Los medios señalan a Vinicius
El Real Madrid ha cogido el toro por los cuernos, porque la denuncia de Vinicius se ha vuelto contra él y, por ende, se pretende dañar al club. No se habla de sanciones más fuertes, se habla de quien denuncia el racismo.
El Real Madrid ha presentado muchas demandas y a la hora de la verdad no se ha hecho casi nada. Incluso los jueces han emitido veredictos que justificaban los ataques al brasileño, como el que solicitaba su muerte colgado, entendiendo que está barbarie se producía en el fragor de los derbis madrileños. La Policía y la Fiscalía contra los Delitos de Odio sí se ha tomado muy en serio unos ataques que se han concentrado sobre todo en Vinicius, con capítulos aislados sobre Nico Williams, Rüdiger y En-Nesyri. Ataques de palabra, con actos vandálicos, y acoso por Twitter.
El informe de la Policía Nacional, que recoge los incidentes graves de racismo de 2023 y 2024, desvela que mayoritariamente quienes «odian» a Vinicius son los ultras del Atlético y los tuiteros del Barcelona.
Los insultos de Mestalla
Los informes de la Policía Nacional y la Fiscalía contra los Delitos de Odio subrayan muchos casos graves. El primero que destacan data del 26 de enero de 2023, cuando apareció un muñeco ahorcado con la camiseta de Vinicius en el puente de la madrileña carretera M-11, cerca de la ciudad deportiva del Real Madrid. Una pancarta anexa decía que «Madrid odia al Real». La Policía detuvo a cuatro integrantes del Frente Atlético, que habían comprado una muñeca hinchable y le colocaron la camisola y el nombre de Vinicius. La fiscalía pidió para ellos cuatro años de prisión. Veremos al final si hay prisión o no.
El caso de agresión directa más grave sucedió en el estadio de Mestalla, el 21 de mayo de 2023. Decenas de aficionados valencianistas insultaron a Vinicius durante el partido entre el Valencia y el Real Madrid. Tres de ellos fueron juzgados y condenados a ocho meses de prisión y la prohibición de acudir al fútbol durante dos años.
Las fuerzas del orden nos recuerdan otro incidente gravísimo. Ocurrió el 24 de septiembre de 2023, junto al estadio Metropolitano de Madrid, minutos antes del derbi. Un hombre se dirigió a una mujer que llevaba en brazos a una niña de ocho años. La niña, mulata, llevaba puesta la camiseta del Real Madrid con el nombre de Vinicius. El hombre les gritó: «Fuera vikingos de mierda, madridistas hijos de puta, iros de aquí que os vamos a partir la boca y os vamos a matar». Así lo describe la Policía. El hombre golpeó a la mujer y le gritó: «Negra de mierda, iros de aquí, os vamos a matar». El agresor fue identificado y detenido por la Policía y aún debe de ser juzgado.
Ataques al brasileño en redes sociales
La otra modalidad, más moderna y anónima, de los ataques a Vinicius se produce en las redes sociales. La Policía detalla que el 30 de octubre de 2023 un usuario de la red social X, antes Twitter, escribió textos «de contenido racista y denigrante» hacia Vinicius. La Fiscalía pidió a la red social que identificara a quien estaba detrás de @TheBlones10, el autor de los insultos.
Este año, el 8 de enero, otro usuario de Twitter, esta vez con el título de @GamberrosATM, que incluía el logo del Frente Atlético, publicó «Sin piedad», un texto que añadía la imagen de Vinicius ahorcado, con la boca entreabierta y los ojos ensangrentados, con un remate preocupante: «Odio eterno, Puta Madrid». La Policía identificó al autor y el fiscal le imputó un «delito contra los derechos fundamentales y las libertades públicas».
Los informes policiales asustan, porque el cúmulo de sucesos delata que el litigio del racismo está muy vivo, candente, latente, y es bastante grave. El 18 de enero, antes del partido de Copa entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, «un grupo de personas» corearon esta frase: «Vinicius eres un mono». Ocurrió, otra vez, cerca del Metropolitano.
Posteriormente, sin descanso, el 24 de enero, la Fiscalía contra los Delitos de Odio recibió una denuncia del Real Madrid señalando a un usuario del perfil @BarcelonitaRD en la red social X. Había realizado «comentarios despreciativos y discriminatorios» contra Vinicius. La Fiscalía pidió a la red social de Musk la «total colaboración» con el fin de identificar al autor de esos comentarios racistas.
El informe policial da miedo, por la extensión de los casos de racismo y la poca seriedad política de los dirigentes para atajar la crisis. El 18 de febrero, un aficionado del Rayo Vallecano presente en el partido liguero entre el Rayo y el Real Madrid, en Vallecas, llamó «mono» a Vinicius y se llevó sus manos a las axilas «imitando uno de los gestos de ese animal». La Policía identificó al aficionado, menor de edad.
Suma y sigue. El informe policial es terrorífico. El 13 de marzo, de nuevo al lado del Metropolitano, «un grupo de aficionados» que acudían al partido de Copa de Europa entre el Atlético y el Inter corearon «Alé, alé, alé, Vinicius chimpancé». Todos son sucesos muy graves, que expresan un cúmulo de delitos de racismo y odio preocupantes. Que demuestran que hay mucho que hacer para frenar esta xenofobia reinante.