Frente Atlético, de la permisividad total al miedo a enfrentarse a ellos

De aquellos vientos vienen estos lodos. Si se conoce la historia de los radicales del Vicente Calderón se comprenderá por qué continúan actuando como delincuentes en las gradas del Metropolitano. Sí, porque hay delincuentes en este grupo radical, como los había en los Ultra Sur. La gran diferencia es que Florentino Pérez tuvo los bemoles de enfrentarse ellos y acabar con ese grupúsculo aunque lo tenga que pagar diariamente en vida, con pintadas insultantes en la tumba de su mujer, Pitina, y amenazas periódicas durante muchísimos años.

Los dirigentes del Atlético se equivocaron gravemente al no sumarse a esta cruzada del Real Madrid, que conocían bien la Liga y la Federación. Y el resultado de esta omisión de actuaciones se ha traducido en dos muertos cerca del estadio Calderón y una permisividad total que ha perjudicado histórica y ostensiblemente a la entidad. Es hora de coger el toro por los cuernos y no saltar por la barrera.

El origen de los ultras rojiblancos se produjo en 1968, cuando se creó la peña Fondo Sur. Esa peña se transformó oficialmente en Frente Atlético en 1982. Inicialmente iba a denominarse Brigata Rossibianca, en italiano, pero el club les pidió que se pusiera un nombre en español y eligieron 'Frente Atlético', en recuerdo del Frente de Juventudes falangista al que pertenecían entonces varios de sus integrantes. La mayoría de sus miembros son de derechas y de extrema derecha, pero también hay grupos de la extrema izquierda. Ese es el problema, son extremos por ambos flancos.

Eran otros tiempos, en los que la violencia verbal y física en el fútbol era admitida por los poderes políticos como un escape social. Se lavaban las manos. Y el club madrileño ofreció apoyo económico y oficial para que funcionaran. De aquellos vientos vienen estos lodos. Se les ayudó económicamente, se financiaron viajes y esa relación implicó que haya cosas que no pueden contarse. Ataduras que después son difíciles de romper de golpe, como hizo el vecino de arriba.

La muerte de Aitor Zabaleta

Desde su creación el Frente se involucró en peleas campales con otros grupos radicales. Hasta que la muerte del seguidor donostiarra Aitor Zabaleta el 8 de diciembre de 1998 por parte de miembros de Bastión, un segmento aún más radical del Frente Atlético, supuso el primer golpe de realidad para Jesús Gil y el resto de dirigentes de la institución. No se puede lidiar con delincuentes.

Lo malo es que los dueños del club rojiblanco no actuaron con mano dura. Hicieron un lavado de cara y no entraron a saco para acabar con estos energúmenos. Ricardo Guerra, perteneciente al grupo, fue condenado a 17 años de cárcel por la muerte de Aitor. Solo hubo un acusado. Y el Frente siguió campando en el fondo sur del Vicente Calderón.

Eran, son, racistas y xenófobos, y fueron advertidos por sus manifestaciones y pancartas racistas en varios partidos de Copa de Europa. Pero la entidad no pasó de realizar advertencias. Nunca se enfrentaron al monstruo que ellos engordaron desde 1968.

Segundo asesinato, Jimmy

La permisividad era total y el 30 de noviembre de 2014 se produjo otro asesinato, el de Francisco Javier Romero Taboada, 'Jimmy', miembro de «Los Suaves» del grupo Riazor Blues, los extremistas del Deportivo de La Coruña. Los violentos del Frente Atlético y de Riazor Blues se citaron para una pelea campal y Jimmy fue arrojado al río Manzanares.

La reacción institucional fue que, el 2 de diciembre de 2014, el Atlético expulsó al Frente del Vicente Calderón. Pero la única verdad es que estos violentos han mantenido su presencia en las gradas del Calderón y del Metropolitano hasta nuestros días sin que se tomen medidas de verdad contra ellos. Al revés, la entidad se ha reunido con ellos para discutir por ejemplo el escudo.

El camuflaje de la Grada de Animación

Lo único cierto es que el Frente ha seguido viviendo junto al Atlético hasta hoy. En 2022 se creó la Grada de Animación en el Metropolitano, donde se han escondido los miembros del Frente. Es una falsa y burda imitación de la Grada de Animación que tiene el Real Madrid. La Grada de Animación blanca se coloca en el fondo sur y solo hace cánticos en favor de su equipo, sin atacar a ningún rival.

Florentino Pérez aplicó esta idea al ver cómo funciona el Borussia Dortmund en su estadio, el Signal Iduna Park, donde decenas de miles de alemanes vestidos de amarillo y de negro se dedican únicamente a animar a los suyos. El Stuttgart también mostró esta lección de comportamiento deportivo hace unos días en el Bernabéu. Lo que hizo el Atlético con su presunta grada de animación es una burla a la inteligencia.

Permitir capuchas y bocas tapadas

El Atlético verdaderamente nunca ha hecho nada para acabar con estos radicales. No ha actuado de manera contundente cuando varios de sus seguidores colgaron un muñeco de Vinicius. Ni ha tomado medidas duras cuando vio cómo sus seguidores empujaron e insultaron a una señora hispanoamericana porque su hija de ocho años llevaba una camiseta del brasileño.

Claro que no se puede estar en todos los sitios para evitarlo, pero no hubo comunicados ni actuaciones realmente duras para finiquitar con esta violencia. Hay cámaras para echar a muchos socios y no se hace. Y deben realizarse informaciones internas con peñas y socios para finiquitar con esto. Hay que educar los comportamientos internos. Esta semana hemos vivido otro desastre de inacción total ante lo que se avecinaba.

Llevábamos días sabiendo que los ultras rojiblancos iban a estar en el fondo del Frente Atlético con capuchas y bocas tapadas y el club realmente no lo impidió ¿Por qué?

En este último derbi de la vergüenza una señora vestida camiseta del Real Madrid sufrió también una patada por parte de un violento aficionado local.

El remate de toda esta permisividad es que profesionales del club como Simeone, Koke –el capitán– y otros futbolistas acuden al fondo del Frente Atlético después del partido. Dan a entender que están apoyando su actuación. Dicen que les tienen miedo, les temen y por eso van allí. Su presencia al lado del Frente Atlético es el refrendo de un comportamiento vergonzante. Desde la grada se silbó a Simeone y a sus jugadores en esa convivencia con los radicales. Mensaje para navegantes.

Muchos rojiblancos de pro han criticado estas actitudes de los profesionales del club y han manifestado que sus dirigentes se han quedado trasnochados, en el siglo pasado. Están muy anticuados. Exigen que apliquen la mano dura por una vez en su vida. Miguel Ángel Gil debería escuchar a todos esos seguidores rojiblancos que se marcharon cuando el partido se detuvo por el lanzamiento de objetos. Manifestaron que iban al Metropolitano a ver un partido de fútbol y no a presenciar esta vergüenza. Mensaje para navegantes.