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Luis Rubiales y Pedro Rocha, los últimos presidentes de la RFEFEFE

La corrupción continua de la Federación Española de Fútbol pone en riesgo el Mundial 2030

Es un mal endémico de España. Un vicio habitual de nuestros dirigentes en todos los segmentos de la sociedad. Solo les importa el yo, yo, yo, el continuar en el cargo, aunque hayan sido imputados y su permanencia perjudique de manera grave a su nación. Les da igual. Únicamente piensan en ellos mismos. La actuación de la Federación Española de Fútbol durante tres décadas es un gran y triste ejemplo de esta realidad. Pero se acabó la fiesta de corrupciones.

De Ángel Villar a Luis Rubiales, de Rubiales a Pedro Rocha, todos imputados por irregularidades, la decisión de estos presidentes y sus colaboradores era permanecer en el cargo hasta que fuera imposible. El abuso se acabó. Ha llegado la FIFA y ha dicho basta. O el fútbol español elige un nuevo presidente antes del congreso FIFA del 11 de diciembre o le quitan el Mundial 2030. A ellos les da igual si no están ellos. Eso es lo grave.

Ángel Villar fue acusado durante lustros de corrupción y como toda la Asamblea del Fútbol Español la votaba persistió en el cargo frente a todo el frente de causas que le inculpaba. Le mantenían en el suyo también, tanto en las Territoriales como en el segmento del arbitraje o el del fútbol sala. Todos estaban en el mismo tinglado.

La red clientelar de Villar

Ángel Villar tuvo que ser quitado del cargo por una operación estatal y policial que se denominó el caso Soulé. El juez Pedraz encarceló a Villar, a su hijo Gorka y al vicepresidente de la Federación, Juan Padrón, su mano derecha y parte de la izquierda, por crear una red clientelar por la cual se daban concesiones contractuales a muchos dirigentes e integrantes de la Asamblea del Fútbol Español, quienes devolvían el agradecimiento de esos negocios con el voto al presidente de la Federación. Villar se mantuvo en la poltrona desde 1988 hasta diciembre de 2018.

La red clientelar era sencilla. Se concedían negocios con la compra de ropa a quienes dirigían tiendas de deportes, se contrataban viajes a quienes tenían agencias del sector turístico y se realizaban toda clase de acuerdos para que los votantes díscolos apoyaran a Villar. Incluso la compra de ropa deportiva para captar votos se hacía con marcas que eran las contrarias de la oficial que vestía a la selección española. Nada importaba con tal de perpetuarse en el poder.

Angel Maria Villar, en una imagen de archivoGTRES

Rubiales llega y no cambia nada

Ángel Villar fue echado del cargo y Luis Rubiales ganó las siguientes elecciones. Forjado desde el sindicato de jugadores AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), famoso por liderar huelgas en los vestuarios cuando era futbolista, Rubiales hizo un lavado de cara pero realmente no cambió nada. La mayoría de los dirigentes siguieron en sus sillones.

Luis Rubiales estaba siendo investigado por los dudosos contratos de la Supercopa de España que se disputa en Arabia Saudí cuando sus denigrantes actuaciones en la final del Mundial femenino adelantaron su despedida del cargo. El beso a Jenni Hermoso acabó con su carrera antes del caso Supercopa.

Rubiales era investigado por la Guardia Civil, que grabó sus conversaciones con Gerard Piqué, presidente de la empresa Kosmos, para organizar la Supercopa española en Arabia. Era increíble que Piqué todavía era jugador del Barcelona y negociaba con Rubiales que el Real Madrid y el club catalán cobraran más que los otros dos semifinalistas. Las grabaciones no tienen desperdicio. No obstante, Rubiales cayó por un beso, no por corrupción. Pedro Rocha le sustituyó provisionalmente.

Luis Rubiales, llegando a un juicio en MadridGTRES

Pedro Rocha, el amigo de Rubiales

Rocha fue el hombre que apoyó a Rubiales en todos los frentes para que llegara a la presidencia de la Federación. Recibió el cargo de vicepresidente por sus servicios prestados y cuando Rubiales fue destituido tomó la varita del poder. Seguían los mismos perros con distintos collares. Era un dirigente provisional, que debía convocar elecciones, pero ha intentado quedarse para siempre.

Su interinidad se ha convertido en una eternidad. Y como es costumbre en todos los que llegan arriba sin ser elegidos se lo creyó tanto que cometió abusos de poder, despidiendo en la Federación a personas como Andreu Camps y rompiendo contratos que no debía romper. Tuvo que dejar el puesto porque el Tribunal de Arbitraje Deportivo le suspendió con dos años de inhabilitación por tomar decisiones que no le competen. Abusos de poder para echar a la gente que no le interesaba.

Mientras se estudian sus recursos de defensa, María Ángeles García Chaves 'Yaye' ha tomado el puesto de presidenta de la Federación provisionalmente. La FIFA ya exigió a Pedro Rocha que convocara elecciones porque era un presidente interino. Echado del sillón, su amiga María Ángeles debe llamar a filas para esas elecciones inmediatamente.

Pedro Rocha, expresidente de la RFEF

La FIFA amenaza

La FIFA ha pedido ahora a la presidenta del fútbol español que organice las elecciones ya. No pueden perpetuarse en el poder los amigos y las amigas sin que nada cambie después de observar tantas corrupciones.

Gianni Infantino tiene toda la razón. España, Portugal y Marruecos organizan el Mundial 2030 y el presidente de la FIFA señala que España no puede presentar su candidatura a esa Copa del Mundo en el Congreso FIFA del 11 de diciembre sin tener un presidente elegido de la RFEF. Sobre todo porque la ausencia de un dirigente elegido para el cargo es consecuencia de las constantes acusaciones de corrupción y las inhabilitaciones.

El rey Mohamed VI de Marruecos y el presidente de Francia, Emmanuel Macron han aprovechado esta serie de corrupciones para solicitar que la final del Mundial 2030 tenga lugar en el nuevo estadio marroquí de El Mansouría, que debe construirse entre Rabat y Casablanca.

José Luis Martínez-Almeida ha defendido ante la FIFA que la final del Mundial se celebre en el Bernabéu y que se diriman varios partidos de esa Copa del Mundo en el Metropolitano. El Real Madrid también ha hecho su labor diplomática en este sentido. El Gobierno español, por el contrario, no ha propuesto el Bernabéu como sede de la final 2030 porque está atado por la veintena de votos de partidos catalanistas en el Congreso, que rechazan que se proponga el estadio del Real Madrid como sitio de la gran cita.

La debilidad del fútbol español es patente con todas estas causas de corrupción e inhabilitaciones. En vez de reaccionar rápidamente con la convocatoria de elecciones, los comicios se han atrasado todo lo posible.

Infantino ha dicho basta. Nos jugamos mucho y se han hecho las cosas muy mal porque estos dirigentes de la Federación han querido mantenerse en el poder lo máximo posible. Solo han pensado en ellos mismos. Esperemos que no sea tarde. Que los votantes de la FIFA no quiten el Mundial a España en el Congreso de diciembre. Y que se conceda la final al mejor estadio del mundo, el Bernabéu.