Celta de Vigo 1-2 Real Madrid
Modric y Vinicius guían al Real Madrid en Balaídos para llegar en forma al clásico
Los de Ancelotti sacaron los tres puntos ante un grandísimo Celta que tuvo en varias ocasiones la opción de igualar el duelo
El detalle de la plantilla del Real Madrid con Carvajal para mandarle ánimos en su recuperación
Hay partidos que no se juegan, se ganan. Le tocó al Real Madrid tirar de esa filosofía en Balaídos ante el Celta. El conjunto de Giráldez puso las cosas muy difíciles a los de Ancelotti y tuvo que ser un mago como Modric el que saliera a desequilibrar las cosas. Sufrió de lo lindo el Madrid en Vigo y el triunfo por 1-2 sabe a gloria. Victoria de campeón.
Sigue sin encontrar el nivel de fútbol que desea, pero el Madrid es una máquina de ganar y Mbappé y Vinicius están cumpliendo a la perfección la misión de ser decisivos en cada partido que juegan. A ellos se le suma un Courtois que está de vuelta y que nuevamente evitó que se escaparan puntos y así llegar al clásico lo más apretado posible en la clasificación.
Diluvió en Vigo todo el día y aunque parecía que el tiempo iba a respetar a la hora del partido no fue así. No es noticia que llueva mientras se juega en Balaídos y el Real Madrid no se libró. Le tocó climatología adversa en una de las plazas más complicadas de esta temporada. Este Celta de Giráldez no tiene nada que ver con el de Benítez y lo dejó claro nada más echó a rodar el balón.
Unos 25.000 aficionados empujaban a los suyos y el Celta comenzó el partido queriendo ser protagonista. De hecho, a los cinco minutos Courtois, que reapareció después de dos semanas fuera, ya se había tenido que emplear a fondo para evitar que se adelantaran los locales. Swedberg la tuvo en el mano a mano ante el Belga, pero se llevó la partida el guardameta belga al desviar la pelota con el pie izquierdo.
Despertó el Real Madrid
Aguantó el Real Madrid el arreón del Celta en los primeros 10 minutos y pidió protagonismo. Fue Valverde quien probó suerte con un disparo desde fuera del área que desvió Guaita y después Vinicius, también desde lejos, aunque se le marchó por encima del larguero. Sabía el Real Madrid que los tiros lejanos podían dar sus frutas y a la tercera llegó la vencida.
Un error de Fran Beltrán en la salida de balón dejó la pelota perfecta para que Mbappé se animara con el chut y, con Guaita descolocado, mandó el balón a la escuadra y adelantó al Madrid cuando más lo necesitaba. El Celta estaba jugando de tú a tú, pero para eso están los cracks y el francés anotó su sexto gol en lo que va de Liga.
Le sentó genial el gol al conjunto de Ancelotti y Vinicius quería el suyo. Lo intentó dos veces más en la primera mitad, pero la suerte no estuvo de su lado. Tras el paso por vestuarios fue Bellingham quien lo tuvo cerca, pero su disparo tras regatear a Marcos Alonso se marchó cerca de la cepa del palo.
Pagó caro el Madrid no tener contundencia y Swedberg se redimió de su error en la primera parte y acertó en la segunda que tuvo. Una gran combinación de Bamba con Mingueza terminó con el español llegando a línea de fondo para poner un centro raso que cazó el sueco de primeras para sorprender a Courtois y devolver la igualada al marcador.
La suerte de tener a Modric
Agitó Ancelotti el banquillo y dio entrada a Rodrygo y Modric. El segundo de ellos, con su calidad, resultó clave para que el Real Madrid volviera a dar un golpe al partido. Está claro que a sus 39 años no tiene el físico de hace 10, pero sigue dejando destellos al alcance de muy pocos. Trazó un pase perfecto para hacer bueno el desmarque de Vinicius y el brasileño regateó a Guaita y resolvió a puerta vacía.
Antes, el propio Vinicius había visto como el árbitro, Hernández Hernández, le anulaba un gol por fuera de juego de Mbappé. Bellingham robó un balón en el centro del campo, cedió la pelota al francés, que hizo el pase de la muerte al '7' madridista la empujara, pero la jugada ya estaba invalidadada.
No se rindió el Celta y tuvo las suyas para empatar. Primero en las botas de Bamba, pero Courtois, nuevamente con los pies, lo evitó. Después fue turno de Alfon en una acción que repelió Modric, también implicado en tareas defensivas.
De todos modos, la más clara la tuvo Douvikas en el descuento. Una carrera de Alfon al contrataque sirvió para que el griego tuviera en sus botas la igualada. Era solo empujarla, pero llegó sin fe y demasiado forzado y la pelota se le fue lamiendo el palo. Se libró el Madrid, duerme a un punto del Barça (que tiene que jugar) y llega al clásico con la idea de recortar diferencias.