El Atlético de Madrid salva los muebles y evita un incendio en el Día de las Peñas

Ser como papá. Si ese es el objetivo que se ha propuesto en su carrera Giuliano Simeone lo está consiguiendo. El 'cholito' ha sido el artífice de la remontada del Atlético de Madrid ante el Leganés. No rendirse nunca le ha dado sus frutos y suya es la acción con la que los rojiblancos le han dado la vuelta al partido para imponerse por 3-1 al Leganés y calmar las aguas.

Intentó el Atlético que se viviera un ambiente de fiesta en el Día de las Peñas, pero ni las circunstancias ni después el juego ayudaron. Le costó un mundo al equipo de Simeone generar peligro, pero en la segunda parte consiguió arreglar los problemas y salvarse de una crisis muy tempranera, pero que a pesar del triunfo sigue acechando.

Malo para el fútbol cuando las primeras noticias de un partido están en la grada y no en el terreno de juego. De lo que más se había hablando durante la previa a este Atlético de Madrid - Leganés era del cierre parcial del Metropolitano con los 5.000 asientos de la Grada de animación vacíos y un Día de las Peñas descafeinado.

Aun así era día de partido y el balón echó a rodar con los rojiblancos tratando de dominar el choque. Lo intentaba por medio de posesiones largas y con Riquelme queriendo ser protagonista, pero no estaba fino el Atlético por mucho que Sorloth rozara el gol en el minuto 10 tras un buen centro de Griezmann que no llegó a rematar. También probó suerte Barrios desde lejos, pero realmente no hacía daño el equipo de Simeone.

Jugar mal se paga caro

No llegaba el Leganés, que estaba cómodo con un partido de poco juego, pero a medida que pasaban los minutos iba ganando protagonismo en el duelo. Dejó de estar encerrado y en la primera gran combinación, Neyou se animó con un trallazo al palo corto que clavó en la escuadra y dejó en nada la estirada de Jan Oblak. Se adelantó el conjunto pepinero y dejó noqueado al Atlético.

La música de viento empezó a sonar en el Metropolitano, indignado por el encuentro que estaba despachando su equipo. No están las cosas en el Atlético de Madrid para actuaciones así y el público lo hizo saber aunque el equipo no reaccionó. Ni cosquillas a Dmitrovic antes del descanso.

Sabía Simeone, padre, que debía agitar el banquillo para que reaccionaran los suyos y dio entrada a Lino, a su hijo Giuliano, a Julián Alvarez y a De Paul. Sangre iberoamericana para intentar dar la vuelta a un partido que los rojiblancos tenían la obligación de ganar.

Se volcó el Atleti al ataque y, aunque muy espeso, fue embotellando a un Leganés con pocos argumentos para seguir el ritmo que imprimían los locales. Nadie de rojiblanco estaba fino, pero el empuje hacía lo suyo y al final Witsel, que minutos antes se había caído sobre Lenglet para dejarlo fuera de combate (se teme lesión grave) apareció por una zona donde no se le esperaba para darle un pase de la muerte a Sorloth y que este resolviese de tacón con una maniobra de '9' puro.

Giuliano Simeone

Antes del empate Correa y Lino habían perdonado dos goles claros por lo que parecía que iba a ser una tarde aciaga para el Atlético de Madrid. La igualada calmó algo las aguas, pero era necesaria la victoria y Giuliano creía más que nadie. Así pues, un mal envío de Rodrigo de Paul al que cualquier otro le habría perdido la fe, lo corrió el 'Cholito' para hacerlo bueno y servir un pase a Griezmann, que se adelantó a Dmitrovic para completar la remontada.

Estuvo blando el guardameta serbio que esperó el balón en vez de atacarlo y lo pagó carísimo el Leganés. Los de Borja Jiménez no supieron como salir ahora al ataque, tras 80 minutos por delante, y apenas inquietó a Oblak.

Aun así, se vivieron varias cosas, una expulsión por roja directa a Griezmann que después el VAR corrigió y el gol de la sentencia, de Sorloth, tras una jugada de Julián Alvarez en la que se llevó todos los rebotes y después se la cedió al noruego para que la empujara. Se salva el Atlético, pero el juego sigue dejando muchas dudas.