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Sede de la federación de fútbol en Las RozasEFE

Así se elige presidente de la RFEF: votación secreta y posible segunda vuelta

Llegó la hora de la verdad, la de resolver todo el lío que ha habido en el último año y medio en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Salvador Gomar, Rafael Louzán y Sergio Merchán son los candidatos a las elecciones presidenciales del próximo 16 de diciembre. Ese día se despejará la incógnita y el fútbol español volverá a la normalidad con un nuevo jefe del Ejecutivo ya con funciones plenas.

Se busca sucesor a Pedro Rocha pero no habrá candidatos de fuera de la Federación. Todo se quedará en casa y el aparato de las territoriales seguirá siendo dueña del fútbol español, tal y como ha quedado reflejado en la recogida de avales. El presidente de la Federación Gallega, Rafael Louzán (51 avales), el presidente de la Federación Extremeña, Sergio Merchán (23) y el presidente de la Federación Valenciana, Salvador Gomar (25), serán los candidatos.

Es una pelea a tres aunque realmente lo es a dos, pues Louzán y Merchán forman un tándem gallego-extremeño que tiene su explicación en que el gallego, gran favorito para hacerse con la presidencia, podría no ser candidato porque pesa sobre él una condena por prevaricación –que está recurrida y admitida por el Tribunal Supremo– y una inhabilitación para ocupar un cargo público durante siete años que le pueden complicar las cosas antes y después de las elecciones.

Miguel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores (CENAFE) y la voz más crítica con el aparato de la Federación, lo ha denunciado ante la Comisión electoral y además es un candidato que no agrada ni al Gobierno de España ni al Consejo Superior de Deportes, tal y como ha reconocido su presidente, José Manuel Rodríguez Uribes, que sigue muy de cerca el proceso. Es por eso que está también la figura de Merchán, quien recibiría todo ese apoyo si Louzán es apartado.

¿Cómo funcionan las elecciones?

Por tanto, y viendo como funciona el fútbol español en los últimos años, no se podrá dar nada por hecho hasta que llegue el día 16 de diciembre. Si todo sigue su curso, ese día se reunirá por primera vez la nueva Asamblea General para elegir presidente y Comisión delegada. Tras la constitución de la Asamblea se celebrará la votación, siempre que acuda al menos la mitad más uno de los asambleístas. Es decir, 72 asambleístas.

Si eso es así, que es lo previsible, comenzará la votación, que esta vez será secreta y no a mano alzada, como se hizo en otras Asambleas. Cada elector depositará en una urna la papeleta por el candidato al que otorga su confianza y cuando todos hayan votado se procederá al recuento. Hay que destacar que tampoco habrá voto por correo ni será posible delegar el voto. Todo se hará presencial.

Votación a mano alzada en la Asamblea de 2023EFE

Lo más probable, al haber tres candidatos, es que ninguno logre la mayoría absoluta, 71 votos, por lo que habrá una segunda vuelta con los dos más votados. El Reglamento Electoral establece que será elegido presidente el candidato que consiga la mayoría absoluta de los votos en la primera votación. Si hubiera empate en la segunda vuelta, la sesión se suspendería durante una hora y luego se volvería a votar. Y si persistiera el empate, entonces el presidente se decidiría por sorteo.

Elecciones a Comisión Delegada

También se llevará a cabo la elección de los 12 miembros que conformarán la Comisión Delegada, un órgano clave en la gestión del organismo. A estos 12 representantes se sumará el presidente electo, completando su composición.

Uno de los aspectos más destacados es la sobrerrepresentación de las federaciones territoriales en este órgano. Aunque su peso en la Asamblea General es del 13,5 %, en la Comisión Delegada ocupan cuatro de las 12 plazas, lo que equivale a un tercio del total.

Las ocho plazas restantes se distribuyen entre clubes (4) y representantes de jugadores, entrenadores y árbitros (4). Cada estamento elige a sus miembros de entre los candidatos que forman parte de la Asamblea General. Por ejemplo, los clubes profesionales votan exclusivamente a los dos representantes de su sector, mientras que los futbolistas profesionales eligen a un jugador de su misma categoría.