Bellingham también coge la mística de la Champions: victoria del Real Madrid en el minuto 94

Jude Bellingham otra vez. Jude al rescate. Y en el último minuto del estreno de la Copa de Europa. El Real Madrid, fiel a su cita con la Champions. Fiel a cómo se gana en esta competición. En un partido complicado, que iba camino del 0-0 y al que el Madrid le costó muchísimo marcar, apareció el inglés para derrotar al Union Berlín.

El Madrid sigue con el pleno de victorias. Todo lo jugado lo ha ganado en lo que va de temporada. Y gana sea como sea. Esta vez, ante el conjunto alemán, un novato en la Champions, se consiguió con un gol en el minuto 94, cuando ya solo quedaba uno. Y fue tras un partido con muchas ocasiones, pero sin gol. Hasta que llegó Bellingham, imagen celestial de este Madrid feliz que no falla.

No fue fácil este estreno que pintaba cómodo. El Union Berlín era el novato, a priori el más fácil del grupo, pero en el Bernabéu pasan cosas, para bien y para mal. Y los alemanes se plantaron bien, sin miedo, disfrutando de la experiencia. Y al Madrid le costó encontrar su juego y especialmente el gol, que se resistió muchísimo en la segunda parte tras más de una docena de buenas ocasiones.

Eso sí, en la primera parte poco hubo que ver y contar. Un lanzamiento de falta de Alaba, una dura entrada de Tchouaméni, algún que otro acercamiento, todos sin peligro. El Madrid jugó dormido, esperando. Otra cosa fue la segunda parte.

Asedio en la 2ª parte

El Madrid activó nada más salir de vestuarios el toque de corneta. Ya no había tiempo que perder y desde el inicio de la segunda parte fue un continuo arreón con ocasiones claras. La que más, una de Rodrygo a media chilena que se estrelló en el palo. Dos minutos después Joselu se encontró con una buena parada de Ronnow y en otra ocasión con el palo. La madera amargaba al Madrid.

Fue Joselu el que más peligro llevó y en el tramo final del partido rozó otra vez el gol con un disparo cruzado que pasó literalmente a dos centímetros del palo. El portero del Union Berlín se hizo internacional y el equipo de Ancelotti comenzó con los centros por todos lados. El peligro era continuo, remataban de todas las formas y el balón estaba siempre en el área, pero no dentro de la portería.

El asedio fue continuo. Hasta 32 remates al final del partido. La segunda parte del Real Madrid fue sublime... salvo en el acierto. No había forma de marcar hasta que llegó esa mística que tiene el club español en la Champions de la que ya se ha impregnado Jude Bellingham.

El Madrid comienza la Champions con su mayor sello de identidad en esta competición: gol al final, casi a la épica, si bien esta vez no se puede tampoco exagerar con ese ADN porque es el primer partido de la fase de grupos y ante un rival al que se esperaba ganar de forma cómoda.

Bastante bien tuvo el equipo alemán en el Bernabéu, un club que hace cuatro años estaba en Segunda División y que ha ido construyendo un milagro futbolístico creciendo poco a poco participando en todas las competiciones europeas para acabar en la Champions. Flipaban al pisar el Bernabéu, la principal casa de la Copa de Europa. El Union Berlín resistió a 31 tiros y dos palos, pero no al fenómeno Bellingham, que marcó en el 94'.