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Qatarí que te viTomás Guasch

El Madrid marcó pronto: quedaba un minuto…

Hay que tomárselo a broma. Esto no lo da ningún equipo de ningún deporte. En el mundo. Sólo el Madrid. ¡Que se acaba, que se acaba! Y zas

Actualizada 21:38

Hay que tomárselo a broma. Esto no lo da ningún equipo de ningún deporte. En el mundo. Sólo el Madrid. ¡Que se acaba, que se acaba! Y zas. El final es el mismo, el guión va cambiando. Esta vez ganó después de generar montones de ocasiones. Otras veces lo hizo rematando la mitad. O menos. Es una cosa de locos. Las caras de la grada lo demuestran. Bocas abiertas, manos a la cabeza, empujones al vecino, el ¡ay! permanente.

Sí, el Madrid pone muy nervioso. También al rival que sabe lo que le va a pasar. Remas y remas con brazos y pies y te acaba ganando. Esta vez a un debutante en la Champions, el simpático Unión Berlín. Uno de sus jugadores manifestó la víspera que pasara lo que pasara, este partido se lo contaría a sus nietos.

Defendieron los alemanes al mando del catedrático en la materia Bonucci hasta el minuto 94. La cosa iba a llegar hasta el 95. Vamos, que le sobró tiempo al Real… ¿Un milagro, otro? Más lo hubiera sido que el partido acabara 0-0.

Treinta remates blancos, palos, otro portero que sale internacional del Bernabéu, dominio aplastante en un muy buen segundo tiempo. Pero el gol no llegaba. A un minuto estuvimos de volver a lo del Madrid y el gol. Pero está Bellingham.

Pelota suelta en el área le cae a él. En la posición del 9. El que lo es, Joselu, lo hizo todo para marcar. Pero le cayó a él. No puede ser ya casualidad que pase un partido sí y al otro, también. Seis goles en seis partidos, Jude. Ahora mismo el equipo está en sus manos. Y en sus pies.

El Madrid ganó en otro baile de San Vito. No hay manera de verle ganar un partido tranquilo. Un 2-0 seamos modestos. Igual da si es en Liga o en Champions. Puede que llegue el día que juegue más de 45 minutos buenos. Su salida esta vez fue quizá demasiado atenta a no encajar el gol tonto de costumbre. Salió palpándose la ropa y se le fue el primer tiempo entre espesuras. El magnífico trabajo defensivo del rival hizo el resto.

Conviene ganar en el estreno de esta fase. Ya, y el segundo. Sumar de a tres te quita preocupaciones. Costó. Pocos lo esperaban. Quizá Bellingham que se fue a por el rebote ganador imbuido de la fe madridista que parece profesar desde la cuna. Va, va y vuelve a ir. Como ante el Getafe en la misma portería. Será eso. Al Madrid le podrá fallar la puntería y otras cosas. Jamás la fe. Fe con obras, ya saben…

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