La eterna deriva del Manchester United, último de grupo y eliminado de Europa en diciembre

Los cambios son difíciles, especialmente si se viene de una relación larga, próspera y muy feliz. Y es por eso que, cuando Sir Alex Ferguson abandonó el Manchester United en 2013, tras 27 años en el cargo, se podía esperar que la transición fuese difícil y costara la adaptación. Pero que, una década después, la institución siga en esta deriva deportiva no era algo predecible. Demasiadas cosas han ido mal.

David Moyes, Ryan Giggs, Louis van Gaal, José Mourinho, Ole Gunnar Solskjaer, Ralf Rangnick y Erik ten Hag. Siete entrenadores del Manchester United en los últimos 10 años. En ese período de tiempo se han ganado cinco títulos, aunque todos de una enjundia menor de lo que una institución así merece: tres con Mourinho (Europa League, Carabao Cup y Supercopa inglesa), uno con Van Gaal (FA Cup) y la Carabao Cup de nuevo la temporada pasada con Ten Hag.

El caso es que la temporada pasada dio indicios de que algo bueno se estaba cociendo. Llegó Casemiro para ajustar al equipo, Marcus Rashford explotó en jugador total y el equipo finalizó tercero en liga, volviendo a la Champions.

En un grupo relativamente sencillo, donde se esperaba una pelea en el primer puesto con el Bayern Múnich y una superioridad clara sobre Copenhague y Galatasaray, el Manchester United ha quedado último. Ni siquiera cae a la Europa League.

Cuatro puntos en seis partidos, con un empate ante el Galatasaray y una victoria de local ante el Copenhague, con los daneses fallando un penalti en el 97 para empatarlo. El resto, derrotas. 15 goles recibidos en seis partidos, una media de 2,5 por partido.

En el último y decisivo partido ante el Bayern, el Manchester United estaba sin Rashford, aquejado de enfermedad pero en el ostracismo tras decaer notablemente su rendimiento, sin Jadon Sancho, apartado del equipo desde agosto tras un fichaje de 85 millones en 2021, con un delantero de 20 años que apenas supera los 30 goles marcados en toda su trayectoria deportiva y con un portero, André Onana, que va a gol regalado por partido. Sí jugó Varane, su primera titularidad en más de un mes, con el entrenador prefiriendo recolocar a un lateral (Luke Shaw) de central antes que usarle a él en este tiempo.

Obviamente las cosas no salieron bien, perdieron 0-1 y se consumó la eliminación. Tampoco es una sorpresa el fracaso europeo del equipo. Desde 2011, año en el que pierden la final ante el Barcelona, ha sido la cuarta eliminación en grupos. Tres veces cayeron en octavos y dos en cuartos. Nunca llegaron más arriba.

José Mourinho, cuando entrenaba al club, llamó a esta deriva football heritage, que se podría definir así como patrimonio futbolístico o herencia futbolística. El ostracismo y la indiferencia que produce en Europa una institución que otrora fue una de las más temibles del continente.